ALFIL NEGRO

ABORTO
La iniciativa para legalizar el aborto hasta la semana 12 de gestación, con precisiones sobre el derecho de médicos a no realizarlo por objeción de conciencia, que en el fondo debe ser por  convicciones religiosas y otros temas que hablan de la obligación del estado para atender estos casos, se aprobó la semana pasada en la sesión de comisiones conjuntas de Legislación y Puntos constitucionales y la de justicia, con una votación  que refleja la gran división que hay sobre el aborto en el Congreso estatal, pues de acuerdo a la votación  fueron 5 votos a favor, 2 en contra y 2 abstenciones, con la significativa ausencia de la diputada Roxana Montealegre, presidenta de la Comisión  de Legislación, que de muchas maneras se ha manifestado en contra de esta iniciativa, o por lo menos eso se puede pensar.

Su real manera de ver ya se conocerá cuando, eso se dice, se lleve al pleno esta decisión de las comisiones para su discusión y posible aprobación o rechazo.
Desde luego no es una decisión fácil, porque en un tema tan delicado se supone que es una medida que nace de la convicción personal de cada uno de los 30 diputados, en que con todo lo importante que es, lo que les mande u ordene su partido, parece que debe verse como una opinión a la hora de votar y no que otros decidieran por ellos por razones de compromisos políticos, por no soltar la bandera de partido moderno y en el peor de los casos por cuestiones electorales.
Lamentable sería que los señores diputados tuvieran como razón del voto el no querer pasar como retrógradas y por el contrario ganar la fama de que por su voto Hidalgo es la tercera entidad en la República en aprobar el aborto y verse con un rato de fama de gente de avanzada.
No parece razón definitiva la presión de las pañoletas, sean verdes o azules, aunque deben contar como opiniones, renglón en el que también deben contar los asuntos de conciencia, porque este aspecto es parte de nuestra existencia y fuente de valores, aunque haya quien no lo quiera ver así.
Es una realidad, existe y no se puede borrar por extremismos la convicción de creencia religiosa sobre la vida.
El aborto no es una causa que genere el fenómeno sobre la materia, se ve que es un efecto para remediar lo que provocan los efectos reales que se deben atender con urgencia: fundamentalmente una adecuada Educación Sexual que por lo que se ve no se atiende adecuadamente, aparte de ambientes que provocan relaciones con una natalidad que al parecer se quiere resolver en sus efectos y no en sus causas.
Desde luego es un punto de vista nada más
Lo que se ve es que no hay un sentir homogéneo de parte de los diputados sobre el aborto y que si bien hay impulsores a favor, los que se oponen no son pocos .
Los del PAN claramente están en contra, lo mismo que el PRI y algunos del PANAL y no se pueden cerrar los ojos para ver que algunos del Grupo Universidad no están convencidos para aprobar el aborto.
Lo que está en juego es el valor más grande del ser humano que es la vida y ya se sabe que con la vida no se juega, sobre todo con los más indefensos.
De los dos lados hay argumentos que se dicen de peso y fuertes.
Se supone que ya le preguntaron a los que mandan que son los ciudadanos, en unos foros que hicieron para saber qué piensan sobre el aborto.
Si de verdad el pueblo manda , hagan lo que el pueblo decida aunque no grite en manifestaciones o lleve al cuello pañoletas verdes o azules.
Si van a decidir sin tomar en cuenta la voz popular, hagan lo que quieran.
El tiempo, nuestra historia y los resultados pondrán a cada quien en su lugar.
No es asunto fácil y las convicciones deben pesar sobre otras fuentes de poder.

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