El Foro Cultural Efrén Rebolledo se convirtió en el epicentro de un homenaje a la herencia culinaria de Hidalgo con la presentación de Pinceladas de Cintéotl, obra de Aarón Sánchez L. Villagrán, que trasciende el formato convencional para erigirse como un manifiesto de identidad y legado. Concebido como un compendio artístico, histórico y literario, el libro recoge el devenir de la tradición gastronómica hidalguense, elevándola a una categoría que exige reflexión, resguardo y apreciación.
El evento reunió a distinguidos exponentes del ámbito cultural y académico, entre ellos el arquitecto Luis Corrales Vivar Cravioto, autor del prólogo, y el Dr. Pablo Elías Vargas González, del Colegio del Estado de Hidalgo, quienes destacaron la importancia de la obra como salvaguarda de la historia culinaria del estado. Corrales Vivar Cravioto subrayó la necesidad de proteger la gestación de estas iniciativas ante posibles apropiaciones indebidas por parte de actores públicos que han demostrado carencias en la gestión cultural.
El diputado federal Ricardo Crespo Arroyo y el maestro Luis Alfonso López Vite, director de Arte y Cultura del Municipio de Mineral de la Reforma, resaltaron el impacto del libro no solo como un documento que reivindica la tradición, sino como un vehículo capaz de fortalecer el desarrollo social y económico a través del turismo, el comercio y la recuperación del conocimiento ancestral.
Lejos de ser un mero recetario, Pinceladas de Cintéotl se erige como un acto de resistencia cultural, una evocación literaria de los aromas y sabores que definen el alma de Hidalgo. Su publicación es un acontecimiento que exige acción: proteger y difundir el patrimonio que encierra, garantizar que su mensaje trascienda generaciones y consolidar su impacto en la formulación de políticas culturales que prioricen la memoria colectiva sobre la inercia administrativa.
El libro de Aarón Sánchez L. Villagrán es, en esencia, una celebración de la identidad; un ejercicio de preservación que invita a la sociedad a reconocerse en la riqueza de sus propias raíces. Hidalgo, en cada página, en cada receta, en cada historia, encuentra un testimonio que resiste el paso del tiempo y reclama su lugar como patrimonio esencial.