IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO
A propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) António Guterres, destaca en su mensaje que, aunque 144 países han aprobado leyes sobre violencia doméstica y 154 sobre acoso sexual, su implementación es insuficiente. La violencia contra mujeres y niñas sigue siendo una epidemia global, con un promedio diario de 140 muertes a manos de familiares y una de cada tres mujeres sufriendo violencia física o sexual.
Las crisis como conflictos, cambios climáticos y hambre agravan esta situación, intensificando desigualdades y utilizando la violencia sexual como arma de guerra. Además, hay un aumento de la misoginia en internet y una reacción negativa contra los derechos de las mujeres, incluyendo la revocación de protecciones legales y el acoso a activistas.
Al respecto, el catálogo de publicaciones de la violencia contra las mujeres en México del Instituto Nacional de las Mujeres, expone de entre muchos casos, el diagnóstico nacional sobre tortura sexual cometida contra mujeres privadas de la libertad en México, surge a raíz de la represión sufrida en San Salvador Atenco, revelando la violencia intensa del estado autoritario hacia las mujeres. Este informe busca reparar el daño a las sobrevivientes y visibilizar los sufrimientos de mil 280 mujeres entrevistadas que enfrentaron detenciones arbitrarias y discriminación.
La tortura sexual no solo causa daño físico y psicológico, sino que afecta a familias y comunidades enteras, amenazando la paz y la justicia en el país. Aunque el Estado ha tomado medidas para erradicar la tortura bajo estándares internacionales, el problema persiste debido a la impunidad y el silencio cómplice. Las mujeres y mujeres trans que han padecido estas violencias rara vez son reconocidas como víctimas, lo que limita su acceso a la justicia y a la reparación de los daños sufridos.
Asimismo, y por citar otro ejemplo, el artículo de Rosa Isabel Medina Parra examina la percepción de la observancia de los derechos humanos en Matamoros, Tamaulipas, a través de los operadores jurídicos que trabajan en esta ciudad fronteriza, evidenciando una situación de alta violencia vinculada a una cultura de ilegalidad, que incluye el tráfico de mercancías, drogas, armas y personas.
Aunque se reconoce un avance significativo en la normativa de los derechos humanos en México, especialmente tras la reforma constitucional del 2011, la percepción de los operadores jurídicos indica que aproximadamente un 73 por ciento de los derechos humanos son observados en Matamoros, en contraste con las denuncias de violaciones graves en otros informes.
Esto sugiere una desvinculación entre los indicadores oficiales y la percepción local. Para mejorar esta situación, el estudio recomienda fortalecer la promoción y protección de los derechos humanos, así como explorar más a fondo la relación entre creencias sociales y su observancia. También destaca la necesidad de investigar más sobre la percepción de la población en general y replicar el estudio en otros contextos de alta violencia.
Es por lo que Guterres llama a unir esfuerzos para combatir esta violencia, instando a acciones urgentes para lograr justicia y proteger los derechos humanos, en el contexto de la Iniciativa Spotlight y la iniciativa ÚNETE de la ONU.