El artista mexicano Álex Fernández considera que los corridos tumbados, que se han puesto de moda, y otros géneros, como el mariachi que él canta, tienen el objetivo común de «llevar a México a lo más alto posible» en la música.
En una entrevista, confirma que la nueva generación de artistas mexicanos, como Peso Pluma y Fuerza Regida, han popularizado los corridos tumbados y a México y esto beneficia a todos los artistas del país, incluido a él, a pesar de que su estilo musical es «totalmente diferente».
«Mientras que México vaya para arriba, nosotros felices», enfatiza con una sonrisa.
El cantante actuará en el Teatro Real de Madrid con el grupo español Mocedades y la orquesta Mariachi Vargas de Tecalitlán el viernes 18 de julio.
Y aprovecha la estancia en España para promocionar su próximo álbum, en colaboración con el productor mexicano Kiko Cibrián. Ya es posible escuchar el primer sencillo, ‘¿Quién no ha llorado por amor?’, y pronto se publicarán nuevos temas.
El mariachi, su seña de identidad
«Quería diferenciarme, hacer algo que fuera un diferenciador, sobre todo entre mi abuelo (Vicente Fernández) y mi papá (Alejandro Fernández)», dice para explicar su apuesta musical, el mariachi pop.
El estilo nació de un deseo que tenía Fernández de lograr un «sonido firma». En definitiva: «Que la gente, al escuchar los arreglos, la música, ya me identifique», fusionando sus dos géneros favoritos: el mariachi y el pop.
«Hago mariachi porque a mí es lo que me gusta y me apasiona -argumenta-. Si está de moda, si no está de moda, lo que sea… De hecho, cuando me lancé yo, al principio, la disquera y todos me decían que no me fuera por mariachi, porque en ese entonces ya estaba muriendo».
Porque lo más importante para el artista, confiesa, es disfrutar cantando lo que le gusta y ser leal a sí mismo.
El peso del apellido Fernández
Sobre el peso de su apellido, muy famoso en la música hispanoamericana, explica que supone tanto una ventaja como un reto, ya que, por un lado, «la gente te va a querer escuchar, van a tener la curiosidad de verte».
Sin embargo, y por otro lado, «el reto es que te van a medir con una vara altísima y van a esperar algo con mucha más expectativa que de cualquier artista que esté empezando».
Fernández asegura que de hecho fue su abuelo, Vicente Fernández, quien lo alentó a ser artista hace años y le produjo una canción de regalo a su madre para el 10 de mayo, día de la madre en México.
Ahí es cuando su abuelo le empezó a convencer, algo que costó un poco al principio pues era introvertido. «No me gustaba salir de mi casa y me llegaron a dar pánico los aviones».
De hecho, el miedo escénico supuso uno de los mayores retos al inicio de su carrera y que fue superando «show por show, escenario a escenario».
«Desde que salía en el escenario, me temblaban las manos, los pies, la boca seca, la taquicardia… Se sentía horrible», asegura.
Pero años después, el trauma ha sido superado. Aunque admite todavía sentir un poco de nervios antes de cada actuación, el benjamín de los Fernández tiene pendientes siete conciertos más por toda España.
Luego vendrá una gira por el continente americano, con actuaciones en los Estados Unidos, México, Colombia y Ecuador.