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martes, febrero 4, 2025

El cambio climatico agravará las sequías, que serán más largas e intensas

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En los últimos 40 años, las sequías graves se han hecho cada vez más largas, intensas y extremas y todo apunta a que en el futuro se producirán más episodios plurianuales (pueden durar años o décadas), que suponen una grave amenaza para los ecosistemas, la agricultura y la producción energética.

Así lo advierte un estudio del Instituto Federal Suizo de Investigación Forestal, de la Nieve y del Paisaje (WSL) y del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria (ISTA), publicado este jueves en Science.

El estudio es un inventario cuantitativo mundial de las sequías registradas en el mundo desde 1980 que pretende servir de base a las futuras políticas para combatir estos fenómenos impulsados por el calentamiento global, que afectan con más intensidad a las zonas de praderas templadas como las de Estados Unidos.

Las sequías agotan la humedad del suelo y reducen el caudal de los cursos de agua, causando daños potencialmente irreversibles y provocando la pérdida generalizada de cosechas, mortalidad de los árboles, merma de la productividad de los ecosistemas y reducción del suministro de agua.

Como ejemplos, el estudio cita la devastadora sequía que asola a Chile desde 2010 -la más prolongada en mil años- que prácticamente ha secado las reservas de agua del país, y que está teniendo graves consecuencias en la producción minera, la agricultura y los ecosistemas, y la sequía del oeste de Estados Unidos, que sucedió entre los años 2000 y 2018.

El estudio advierte además de que otras sequías de menor envergadura pueden haber pasado desapercibidas, lo que subraya la necesidad de conocer bien cómo suceden estos fenómenos y cuáles son sus efectos.

Para ello, el equipo analizó datos meteorológicos globales y modelizó las sequías registradas entre 1980 y 2018.

El estudio reveló un aumento preocupante de las sequías plurianuales que se han hecho más largas, frecuentes y extremas, y que cada vez cubren más tierras.

«Cada año desde 1980, las zonas afectadas por la sequía se han extendido una media de cincuenta mil kilómetros cuadrados más -lo que equivale aproximadamente a la superficie de Eslovaquia o de los estados norteamericanos de Vermont y New Hampshire juntos-, causando enormes daños a los ecosistemas, la agricultura y la producción de energía», explica Francesca Pellicciotti, investigadora del WSL y coautora del estudio.

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