El buque escuela uruguayo Capitán Miranda zarpó este lunes del Puerto de Montevideo para dar inicio a su XXXV viaje de instrucción, en el que los oficiales a bordo visitarán 19 puertos de 11 países hasta su regreso, previsto para el 14 de octubre.
Tras participar del acto protocolar en que las autoridades del Ministerio de Defensa Nacional y de la Escuela Naval despidieron a los tripulantes del buque, cuyos familiares también se acercaron al puerto para saludarlos, el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, destacó la importancia del Capitán Miranda para el país.
«No solo es un símbolo sino que además es un buque escuela. Suben ahí y más allá de la instrucción que ya tuvieron van a tener la prueba de fuego en una travesía que no solo es codiciada, deseada por todos ellos, sino que también es parte central en su formación», subrayó sobre el considerado como un «embajador itinerante» de la marca país Uruguay Natural.
Bajo la orden del capitán del buque escuela, Andrés Debali, formarán parte del XXXV viaje de instrucción del Capitán Miranda 80 tripulantes, acompañados de cinco invitados nacionales, representantes del Ministerio de Relaciones Exteriores, la Fuerza Aérea, el Ejército Nacional, la Policía Nacional y la Universidad de la República.
A estos se sumarán, además, dos invitados en representación de Argentina y Brasil, y, para un tramo del recorrido, otros dos invitados, de la Marina Real del Reino Unido y de la Armada española.
En total, al finalizar su recorrido, que abarcará 131 días a bordo del navío y 55 días en puerto, tocando diversos puertos de Brasil, Italia, España, Reino Unido, Francia, Dinamarca, Noruega, Alemania, Países Bajos y Portugal, el buque contabilizará 17 mil 600 millas navegadas.
Construido en 1930 en el puerto español de Cádiz, el Capitán Miranda, cuyo nombre homenajea al capitán de navío Francisco Prudencio Miranda, un historiador, hidrógrafo e investigador de temas del mar uruguayo, fue pensado inicialmente como un buque hidrográfico, función que cumplió hasta 1977.
De allí en adelante, se transformó al barco de 55 metros de eslora, ocho metros de manga, 3,40 de calado y propulsión a diésel y a vela en velero escuela, pasando a ser una goleta de tres palos y en 1993 fue reparado para incorporar las mejoras de actualización tecnológica que permitieron las facilidades con las que hoy cuenta.