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miércoles, abril 23, 2025

¿Cuánto le cobran?

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EL PEQUEÑO TIMMY

Hace mucho tiempo que no hago uso de un taxi; teniendo un avión de papel, uno llega a cualquier parte si es que hay buenos vientos como los de Pachuca, sin embargo, no siempre tuve el sentimiento de repulsión que ahora tengo hacia este servicio de transporte privado, creo que surgió desde que las tarifas comenzaron a imponerse sin seguir el tarifario, es decir “a ojo de buen cubero de los taxistas”. 

La última vez que discutí con un taxista fue por un viaje que pretendía hacer de la colonia San Cayetano al Congreso de Hidalgo, y la discusión fue por la maña que han  agarrado los taxistas de imponer tarifas a modo, ya que al preguntar cuánto es por cierto trayecto, lo primero que contestan es: “¿Cuánto le cobran?” Una pregunta que parece conciliadora y con la que se busca que el usuario ponga el precio  pero una vez que lo pone, el taxista generalmente agrega 10 pesos más si el precio es más o menos correspondiente o agrega más para llegar a lo que considera que se debe pagar, pero nunca he escuchado a un taxista decir “no, señito, son cinco pesos menos de lo que usted dice”. 

La pregunta “¿Cuánto le cobran?” es un insulto para la sociedad y es un tema que debería regular por completo la Secretaría de Movilidad y Transporte de Hidalgo, esa pregunta en sí,  refleja todo el abuso y la corrupción que existe dentro del Sistema de Transporte Convencional de Hidalgo, ya que la interrogante no debería existir ante la solicitud de un servicio. Ante la pregunta ¿Cuánto es? El chófer debería ofrecer una cifra exacta, calculada conforme al tarifario oficial y no a “ojo de buen cubero”.

Según el tarifario emitido por la Secretaría de Movilidad, los primeros cuatro kilómetros tienen un costo de 38.50 pesos, sin embargo, incluso por distancias menores, ningún taxi cobra esta cantidad, basta con calcular una distancia menor a cuatro kilómetros, salir a la calle, tomar un taxi y comprobar que no cobrará menos de 50 pesos. 

Aunado a lo anterior, basta con ver los hechos recientes del taxista que avienta una bolsa de basura en las calles, basta con salir de un antro pachuqueño para que un taxista entrado en confianza “te ofrezca algo para seguir la fiesta”,  o que en Pachuca se esté consolidando la cultura del regateo en las tarifas para saber que el servicio va de mal en peor y que los choferes no son perfiles confiables. 

Sin embargo, no todos son así. Hace años, olvidé mi cartera en un taxi, todavía recuerdo que el taxista regresó al punto donde me dejó y me la regresó, lo mínimo fue pagar el viaje de regreso, ya que no sólo me libró de tener que tramitar documentos oficiales nuevos, sino que me dejó una gran lección, me hizo ver que en ese trabajo hay perfiles buenos y justos, pero es una realidad que cada día son menos. 

También no se puede hablar del tema de los taxistas sin  mencionar los peligros a los que enfrentan, la forma en que las autoridades los han abandonado, ya que al dejar de garantizar la seguridad, varios de ellos han sido asaltados, despojados de las unidades e incluso asesinados, y pensar que harán esto por tarifas de 38.50 pesos nos deja mucho en qué pensar. 

La revisión del tarifario del servicio de taxi y la aplicación del mismo es una responsabilidad que las autoridades no deben dejar pasar, todos sabemos que un servicio de taxi es más caro que el del transporte público y tenemos el derecho a decidir si viajamos en uno o en otro de acuerdo a  nuestras posibilidades, pero el hecho de que un taxi te cobre 60 pesos, otro  65 y otro 80 por la misma distancia en horarios similares, es una muestra de que la autoridad no hace su trabajo. 

En un estado de derecho, este tipo de situaciones no deberían suceder, la tarifa es una y es directamente proporcional a la distancia recorrida, ni más ni menos, ojalá existiera alguna aplicación digital que permitiera calcular distancias de rutas para poder terminar con exactitud una tarifa, algo que se llamara Maps o Waze algo que hiciera uso del GPS, nada más por poner un ejemplo. 

El tema del transporte público y la inminente llegada de servicios como UBER, DIDI, PRONTO a Hidalgo, es una situación que con el paso del tiempo se le escapará de las manos al gobierno en turno, porque mientras éste impide la llegada de este tipo de servicios, muchos de los taxistas se encargan de hartar a la población, con malos tratos, malos servicios, cobros excesivos, unidades descuidadas y hasta apestosas, etc. para que los usuarios sean quienes ejerzan la presión para que entren otro tipos de servicios.

Advertidos están, lo vimos con la llegada del Tuzobús, muchos usuarios no quisieron acompañar a los choferes de las rutas desplazadas en sus manifestaciones, simple y sencillamente, porque estaban hartos de combis retacadas, de choques y volteos, y en un inicio pensaron que el Tuzobús era la solución (cosa que no fue) por eso no apoyaron a los conductores que de un momento a otro se quedaron sin sustento. El mismo panorama podría esperar a los taxistas de la capital hidalguense y de otros municipios. 

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