IGUALDAD SUSTANTIVA, EMPODERAMIENTO EFECTIVO.
La participación política de las mujeres se hace valer a partir de la reforma publicada el 17 de octubre de 1953, galardonando las fuertes voces de Hermila Galindo, Elvia Carrillo Puerto, Margarita Ríos Cárdenas y Esther Chapa, por citar algunas, quienes desde 1915 en una ruta cronológica durante décadas de organización colectiva y lucha social, exigieron el derecho al voto de las mujeres mediante diálogos, manifestaciones, huelgas de hambre, y mítines políticos para lograr esta reforma que reconoció la ciudadanía plena de las mujeres mexicanas, y su derecho a votar y a ser votadas a nivel federal.
Además de ello, estas mexicanas ocuparon los primeros cargos de elección popular y fundaron organizaciones como el Frente Único Pro Derechos de la Mujer para difundir publicaciones, combatir prejuicios y dialogar con el poder legislativo demostrando la opinión pública y la relevancia nacional que tendría la participación política femenina.
De acuerdo al Instituto Nacional Electoral, los hitos más importantes en esta evolución se destacan con la reforma de 1937 que permitió el voto a las mujeres en elecciones estatales; en 1947 el otorgamiento del derecho a la mujer de votar y ser votada en elecciones municipales, que marcó un avance significativo hacia el sufragio efectivo, para que en 1953 se aprobara la reforma que establece el sufragio universal permitiendo a las mujeres votar y ser votadas en todos los órdenes de gobierno.
En 1987, Beatriz Elena Paredes Rangel fue la primera gobernadora electa del estado de Tlaxcala, por lo que como parte de la lucha de la paridad, en 1996 mediante un añadido al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, se estipuló que las candidaturas propuestas por los partidos políticos, para diputados y senadores, no debían ser más de 70 por ciento para un solo género.
En el 2014, se aprobó la reforma política estableciendo nuevas reglas para la organización de elecciones y participación política de las mujeres, promoviendo los principios de equidad y democracia; con ello, en 2018 la LXIV Legislatura fue casi paritaria en la Cámara de Diputados: 50.8 por ciento de hombres y 49.2 de mujeres, y en el Senado de la República: 51 por ciento de mujeres y 49 de hombres.
En este mismo año (2018), Claudia Sheinbaum Pardo se convirtió en la primera jefa de gobierno electa de la Ciudad de México, en Puebla, Martha Érika Alonso Hidalgo fue la primera gobernadora electa, hasta su fallecimiento. La reforma constitucional de 2019, “Paridad en Todo” estableció que se deben buscar los mecanismos institucionales para que la mitad de los puestos en los tres niveles de gobierno, en los tres poderes y en órganos autónomos sean ocupados por mujeres.
En 2020, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación estipuló que los partidos políticos deberán incluir mujeres en al menos siete de las 15 candidaturas para las elecciones a gubernaturas del año siguiente, 2021-2023 en Campeche, Guerrero, Baja California, Chihuahua, Tlaxcala, Colima, Aguascalientes y Quintana Roo.
Obteniendo como resultado que seis mujeres por primera vez en sus estados, ocuparan gubernaturas en la República de 2021: Layda Elena Sansores San Román en Campeche; Evelyn Cecia Salgado Pineda en Guerrero; Marina del Pilar Ávila Olmeda en Baja California; María Eugenia Campos Galván en Chihuahua; Lorena Cuéllar Cisneros en Tlaxcala; Indira Vizcaíno Silva en Colima. En 2022: María Teresa Jiménez Esquivel en Aguascalientes; y María Elena Hermelinda Lezama Espinosa en Quintana Roo.
En 2023 hay nueve gobernadoras de manera simultánea, más del 50 por ciento en el recuento histórico de gobernadoras electas en la Historia de México. A partir del proceso electoral 2020-2021 se incrementó de forma exponencial el acceso de mujeres a las legislaturas estatales. Al año 2023, 27 entidades cuentan con Congresos paritarios o los superan.