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martes, julio 8, 2025

Chespirito: ¿genio con palancas o infiel con talento?

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UN ADULTO RESPONSABLE

“El ricachón es Quico, qué cachetón y feo es el pobre chico; pero la más ladina, sin duda alguna es la tremenda Chilindrina…”

La vecindad del chavo – El Chavo

Ya tiene rato que el famoso standupero/comediante Carlos Ballarta tiene un pleito cantado con la memoria de Chespirito y sus programas, tanto que en entrevistas ha mencionado que sus hijos podrán ver cualquier cosa en la televisión con excepción de los productos de Gómez Bolaños.

Este coraje se debe, según las palabras del también actor, a que Chespirito estuvo a favor de las dictaduras en Latinoamérica, pues se presentó (junto con los actores del Chavo del 8), por ejemplo, en el Estadio Nacional de Chile durante la dictadura de Pinochet, lugar que había sido utilizado como campo de concentración.

Ballarta mencionó también que el humorista mexicano acudió a varias reuniones privadas de narcotraficantes colombianos, cosa que es verdad y está documentada. Y además, se quejó amargamente que esto no fuera conocido por la gente, que solo estaba al tanto de su trabajo delante y detrás de las cámaras.

Con esta información y la dada a conocer por la serie de “Chespirito: Sin Querer Queriendo” que lo retrata como un infiel y chapulín, en mi mente solo resuena una pregunta: ¿pues no que muy católico, mi “Chespi”?

Decir que crecí con los programas de Gómez Bolaños sería mentira, pero afirmar que nunca los he visto y que no me he carcajeado de lo lindo con algunos de sus chistes, también lo sería.

Y es que es improbable que un mexicano no conozca al menos a uno de los personajes de Roberto Gómez, aunque quiera dárselas de intelectual, pues fue uno de los “grandes” comediantes mexicanos y de los más exitosos a lo largo de los años.

Pero así como conozco por repeticiones al Chavo del 8, estoy al tanto de la “publicidad” católica que no estaba tan escondida en el programa; recuerdo la canción de “Óyelo, escúchalo” o las constantes referencias a Jesús, por ejemplo, en el capítulo en que acusan a nuestro protagonista de ratero.

Investigando también pude encontrar que Chespirito formó parte de una campaña contra el aborto, justo cuando estaban por legalizarlo en la Ciudad de México. Cosa bastante extraña si tenemos en cuenta que él mismo tenía la vasectomía, situación prohibida por los católicos ortodoxos. 

Gómez Bolaños vivió en un mundo de contradicciones y lo plasmó ante nuestros ojos en innumerables ocasiones: “un adulto atrapado en la apariencia de un niño”, porque parece que entre los pasillos de los sets había de todo menos inocencia.

A la memoria ya de por sí manchada del comediante, un nuevo dardo envenenado llegó hace poco en una entrevista que le hicieron a Ana Lilian de la Macorra, actriz que dio vida a Paty, en la que afirmó que Bolaños le había hecho propuestas indecorosas. Una acción de la cual yo no dudaría ni tantito, teniendo en cuenta que el hombre se casó con una mujer 20 años menor que él.

Sus propios hijos están clavándole un puñal con cada capítulo de la serie de HBO Max, así que supongo que más de una vez realizó sus acciones “queriendo con querer”. Sinceramente como católico, esta gente y Trump, no me representan, aunque digan ellos estar a favor de la vida.

Y es aquí donde me preguntó: ¿valdrá la pena separar al artista de su gran arte? ¿La vida personal no debería afectar nuestro actuar laboral o al revés? ¿Ese nivel de inspiración le habría llegado a Frida sin que Diego se dedicara a hacerla sufrir? No sé, simplemente son preguntas difíciles de responder.

Nota: Si usted es menos moralista que yo, vea sin culpa los sketches de Chespirito, son, muchas veces, obras maestras de humor blanco.

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