Un bombardeo ruso con misiles balísticos contra el centro de la ciudad ucraniana de Sumi, en pleno Domingo de Ramos, causó más de una treintena de muertos, incluidos dos niños y más de un centenar de heridos.
Según informó el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania (DSNS) en su cuenta de Telegram, en el ataque fallecieron al menos 34 personas, entre ellas dos niños, y otras 117 resultaron heridas, incluidos 15 niños.
El jefe de la inteligencia militar de Ucrania (GRU), Kiril Budánov, explicó que Rusia empleó dos misiles Iskander-M/KN-23 que fueron lanzados por la mañana por las brigadas 112 y 448 del Ejército ruso desde el territorio de las regiones rusas de Vorónezh y Kursk.
Un misil con fragmentos muy dañino
El responsable de la Administración Militar de la Ciudad de Sumi, Serguí Krivosheyenko, afirmó que se produjeron dos ataques contra el centro de la ciudad, pero que fue el segundo misil el que causó la mayor parte de muertos y heridos, ya que probablemente estaba cargado con elementos de fragmentación.
Según Krivosheyenko, la explosión en el aire se produjo aproximadamente a 200 metros del lugar del impacto inicial, en una zona donde se encuentran edificios residenciales, instituciones educativas y comercios.
«Estas acciones de los terroristas apuntan a un ataque planificado específicamente contra objetivos civiles y civiles en las calles», señaló.
Budánov dijo que se trataba de un «otro crimen de guerra» de Rusia, porque en el momento del ataque «mucha gente había acudido a las iglesias el Domingo de Ramos y regresaban a sus casas».
El alcalde en funciones de Sumi, Artem Kobzar, decretó tres días de luto a partir de mañana.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, exigió una respuesta fuerte del mundo ante el ataque ruso.
«Necesitamos una fuerte respuesta del mundo. América, Europa, todos los que quieren que esta guerra y estas matanzas terminen», enfatizó.