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lunes, marzo 3, 2025

Alcoholismo, factor importante de la violencia contra las mujeres

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La Red de Acción sobre el Alcohol, en su informe 2024, señala que el consumo de alcohol actúa como un factor desencadenante de la violencia, ya que se considera la sustancia que causa mayores estragos en la sociedad. Este fenómeno está particularmente relacionado con la violencia intrafamiliar, de género y comunitaria, lo que conlleva graves repercusiones para la salud mental, el desarrollo infantil, la desintegración de la familia y la comunidad. 

Al respecto, la Organización Mundial de la Salud señala que «el crimen y la violencia» son los problemas sociales más serios derivados del consumo perjudicial de alcohol. Se estima que anualmente, 2.6 millones de personas en todo el mundo fallecen por causas relacionadas con el consumo de alcohol, desglosándose en 2 millones de hombres y 600 mil mujeres; en México, más de 40 mil personas pierden la vida cada año por esta causa.

Es una realidad que no hay un país ni comunidad a salvo de la violencia, las imágenes y las descripciones de actos violentos invaden los medios de comunicación, la violencia está en los hogares, las calles, lugares de concurrencia masiva, en las escuelas, sitios de trabajo por citar algunos.

La violencia representa un desafío que fractura el tejido social, poniendo en riesgo la vida, el bienestar y la salud de la comunidad. Al igual que otros problemas de salud, la violencia no se presenta de manera única o equitativa entre los diferentes grupos poblacionales o contextos, a menudo comparten factores que la predisponen o la desencadenan, como es  el consumo de alcohol. 

El consumo del alcohol no solo se relaciona con la ocurrencia de actos violentos, sino que también contribuye a su agravamiento, incrementando tanto la frecuencia como la severidad de la violencia en el ámbito doméstico.

En el cierre del Primer Conversatorio «Diálogos sobre el alcohol: del consumo a la violencia» de esta Red, especialistas como Martha Romero G., Raquel Mondragón, Alejandra López y Claudia Benítez abordaron la vinculación entre el consumo de alcohol y la violencia de género, destacando que la relación entre el alcohol y la violencia es compleja, ya que el consumo puede desinhibir a las personas, aumentando el riesgo de comportamientos violentos.

La violencia afecta especialmente a mujeres jóvenes, evidenciando la persistencia de patrones patriarcales, asimismo un estudio en Latinoamérica indicó que el 70 por ciento de los actos violentos contra mujeres se producen cuando el agresor está bajo los efectos del alcohol; cabe señalar que las mujeres no casadas sufren más violencia que aquellas que están casadas o divorciadas, y que muchas mujeres comienzan a consumir alcohol en relaciones abusivas como mecanismo para lidiar con el estrés.

En más del 80 por ciento de los casos de feminicidio atendidos por la Secretaría de las Mujeres de la Ciudad de México, se reportó consumo de alcohol por parte del agresor.

A menudo, las mujeres justifican la violencia sufrida debido al estado de ebriedad de sus parejas, y un 30 por ciento no denuncia por miedo a la revictimización, factores sociales como la pobreza y bajo nivel educativo son determinantes en la violencia contra mujeres. Existen diferencias en la relación entre alcohol y violencia en distintas zonas de la ciudad, con patrones arraigados en algunas comunidades que dificultan la intervención.

Además, se detectó que la industria del alcohol promueve el consumo entre mujeres, a menudo minimizando los riesgos, y sin advertir sobre los efectos del alcohol durante el embarazo, lo que puede causar daños al feto.

Por tanto, es urgente implementar políticas públicas con enfoque de género relacionadas con el consumo de alcohol, así como fortalecer las regulaciones existentes para disminuir la violencia contra las mujeres.

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