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lunes, mayo 12, 2025

“A muchos les incomoda que el zapatismo no sea peligroso, sino coherente”

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La carrera y juventud del periodista mexicano Diego Enrique Osorno está marcada por el movimiento zapatista desde su irrupción en 1994 hasta 2021, época donde fue invitado por miembros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a su primer viaje en velero con destino a Europa, un recorrido que narró en su último libro ‘En la montaña’ (2024).

“A muchos les incomoda que el zapatismo no sea peligroso, sino coherente”, explica Osorno en una entrevista con EFE, porque, prosigue, la lucha de este movimiento ha cambiado en los últimos 30 años con el cambio de poder en México, y recuerda aquel 1994, periodo donde el subcomandante Marcos lideraba el levantamiento armado en Chiapas (sur de México) por la defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

“(Ahora) todos los zapatistas son artistas, señores grandes, mujeres. Todos te dicen, yo salgo en una obra de teatro, y yo canto. Toda una comunidad te lo dice, yo soy artista”, desarrolla.

Con este viaje de casi dos meses por el océano Atlántico junto a los zapatistas, Osorno redactó el libro ganador del Premio Anagrama de Crónica 2024 con el que observó que los miembros del movimiento estaban cada vez más vinculados a la cultura y la defensa de los derechos humanos.

La defensa zapatista ante el narcotráfico

Según el también autor de ‘El cártel de Sinaloa’ (2009), aunque el zapatismo haya encontrado esta nueva manera de entender el movimiento a través de la cultura, las amenazas como el narcotráfico y la influencia política siguen estando muy presentes en la lucha zapatista.

“El gobernador anterior (Rutilio Escandón, 2018 – 2024) permitió la entrada de grupos criminales con la fantasía de que pudieran contener la migración que venía de Centroamérica”, relata al señalar la presión ejercida por parte del Gobierno de Estados Unidos.

Además esa estrategia, apunta, “lograba el largo sueño del poder político y del capital en México de romper el tejido social en Chiapas y particularmente el zapatista”.

Sin embargo, la resiliencia de los zapatistas permanece, y es por eso que Chiapas “no ha sido arrasado”, pues es un territorio abundante en recursos naturales como el uranio, el petróleo o el agua, contrario a otras zonas del país que también cuentan con la misma riqueza natural.

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