Como cada año, la llegada del 12 de diciembre marca una dinámica diferente en cada colonia y barrio de Pachuca es un día de festejo que para algunos comienza a las cero horas mientras que otros prefieren madrugar, hay vecinos que se reúnen en alguna de las cientos de capillas que existen en la capital hidalguense, con un solo motivo, cantar las mañanitas a quien tambień se conoce como “la Madre de todos los mexicanos”, la Virgen de Guadalupe.
El frío apremia, la gente se frota las manos buscando calor, en La Raza, El Arbolito, Las Lajas, el Palmar, San Cayetano, Colosio, La Loma, Venta Prieta, y en cada colonia y barrio donde hay una capilla guadalupana; algunos lo hicieron a la media noche, en el primer minuto sonaron las mañanitas y enseguida la canción que narra la historia de Santa María de Guadalupe y su aparición al indígena y hoy santo, Juan Diego Cuauhtlatoatzin.
Otros como en el Fraccionamiento Colosio, decidieron cantar las mañanitas alrededor de las seis horas de la mañana, por lo que vecinos bien abrigados con chamarras y bufandas, chales y hasta jorongos acudieron para festejar en su capilla local, sin contar las peregrinaciones que se realizaron previamente a la Basílica Menor de Santa María de Guadalupe ubicada en la avenida Juárez de Pachuca.
Los negocios de flores, tienen una fecha importante, por lo que preparan ramos de diversos precios y de acuerdo a la economía de la zona, hay pequeños de 20 pesos hasta algunos más elaborados que cuestan más de 300 pesos o arreglos florales que sobrepasan los 500, para los floristas el 12 de diciembre es una fecha para abrir temprano el negocio.
Mientras peregrinos de distintas partes anuncian su llegada a la capital hidalguense con cohetes que explotan e iluminan temporalmente el cielo mientras a ras de suelo se escucha “Desde el cielo una hermosa mañana… la Guadalupana, la Guadalupana, la Guadalupana bajó al Tepeyac…”, algunos vecinos comparten café o ponche, y disfrutan de tamales, pan o galletas.
Y en algunas bases del transporte público, los choferes de las colectivas alistan sus vehículos para participar en las peregrinaciones, también lo hacen los taxistas como los ubicados en la base de bodega Aurrera sobre el Bulevar G. Bonfil, lo mismo ocurre con las colectivas de la ruta 47, sólo por dar un ejemplo de todo lo que provoca la devoción y fe en la Virgen de Guadalupe, la “Reyna de México y Emperatriz de América”.
En la iglesia no falta la clase trabajadora, y aunque no se trata de un día feriado en el calendario oficial, se ha vuelto tradición que los trabajadores tengan el día libre o al menos salgan temprano de sus jornadas en algunas empresas y oficinas de gobierno, algo que valoran muchos, sobre todo los que profesan el catolicismo.
Finalmente, no pueden faltar los comerciantes que acuden a la periferia de la basílica menor para ofertar sus productos, desde comidas y bebidas hasta artículos de temporada, así mismo los tradicionales espacios en los que fotógrafos venden el recuerdo convertido en fotografía de los niños posando a un lado de la Morenita del Tepeyac.
Así se vivió una vez más, el festejo, la tradición, y la fe de cientos de pachuqueños que al igual que miles de mexicanos, festejaron este 12 de diciembre a su Virgen querida, a la Madre de los mexicanos, a la “Morenita del Tepeyac”, por eso como dice la canción: “y en la tilma entre rosas pintadas, su imagen amada se dignó dejar. Desde entonces para el mexicano, ser Guadalupano es algo esencial…”.