El escritor mexicano Juan Pablo Villalobos dijo el pasado fin de semana que le preocupa “el auge y la fascinación de las narrativas de catástrofe” que muestran a un mundo distópico en la literatura y el cine, exacerbado por la violencia que vive México.
En medio de una pausa de la gira de presentación por México de su nueva novela ‘El pasado anda atrás de nosotros’, Villalobos (Lagos de Moreno, 1973) afirmó en entrevista que la violencia y la precariedad que atraviesa el país es reflejada no solo en las pantallas sino que es aún más evidente en el miedo y el aislamiento de las personas.
“Me preocupa también en términos sociales porque en el caso de México el clima opresivo, violento y el miedo que tiene la gente en ciertas regiones del país alimenta justamente esta visión catastrófica y una incapacidad que tenemos de imaginar el futuro, pareciera que no hay solución”, expresó en Guadalajara (oeste de México).
En su libro más reciente, el autor radicado en Barcelona cuenta una historia de autoficción con un personaje que lleva su mismo nombre, que llega a su pueblo natal para cuidar a sus padres enfermos, en donde se enfrenta a la transformación de su comunidad y a una violencia que acecha todos los días.
Este peligro latente es la realidad de un poblado en Jalisco con altas cifras de violencia en la última década, que se extiende a toda la región y a todo un país con cerca de 115.000 personas desaparecidas en el que se ha comenzado a desbaratar la cohesión social.
“Tiene que ver con un instinto de supervivencia y el problema es que cuando la gente se siente muy atemorizada, cuando la gente vive con miedo, cada vez se vuelve más individualista porque empieza a ver por sí misma y por los suyos (…) se desactiva un pensamiento político, en el sentido del pensamiento de lo público”, aseguró.
Una escritura escénica
La obra de Villalobos pareciera estar destinada a los escenarios.
Además de sus dos primeras obras que fueron llevadas al teatro en Brasil, en el último año fueron estrenadas las películas ‘No voy a pedirle a nadie que me crea’, dirigida por Fernando Frías, y ‘Fiesta en la madriguera’, con el director Manolo Caro, adaptaciones de sus novelas con el mismo nombre.
El mexicano acepta que su escritura llama la atención de los directores y guionistas porque sus libros están plagados de escenas como una apuesta por narrar de manera que enganche al lector.
“Mi escritura es menos reflexiva en el sentido de que el narrador no está páginas y páginas pensando, lo que yo hago es personaje-acción-diálogo y eso inmediatamente nos remite al cine, a la televisión, al teatro, por supuesto al momento de adaptar te das cuenta de que no tiene nada que ver. Creo que la narración es poner en escena”, explicó.