SE CONFORMA POR TRES SEGMENTOS
• Las obras de la creadora franco-marroquí son discretas, pero dotadas de cierta potencia que cambia el significado en el diseño
La artista Yto Barrada reviste la Casa Luis Barragán con su exposición “Double Skin” (“Doble piel”), que, tal como su nombre lo anuncia, se propone retomar los conceptos estéticos arquitectónicos que imperan en la casa para traducirlos a su propio lenguaje, el de las texturas, la intimidad y lo femenino.
Las obras de la creadora franco-marroquí son discretas, pero dotadas de cierta potencia que cambia el significado en el diseño de la casa, establecen un diálogo con la herencia artística del arquitecto pero, al mismo tiempo, cuestionan los paradigmas masculinos de Barragán desde el punto de vista femenino de la autora, manifiesto en las piezas artesanales que cuelgan de las habitaciones.
“Double Skin” está conformada por tres segmentos creados a partir de las investigaciones realizadas por Barrada sobre las influencias de Luis Barragán: el primero de ellos es una serie de conjuntos cromáticos titulada “Practice Pieces (Color Charts)”, realizada con recuadros de terciopelo de seda teñido con materiales orgánicos a partir de técnicas que conjuntan las labores artesanales tanto de México, específicamente de Oaxaca, como de Marruecos.
La segunda parte de la exposición subyace en un video de corte abstracto titulado “Horsehair, Confetti and Rice”, realizado por Barrada sobre un monocromo amarillo en el taller de Barragán, y que se exhibe en la biblioteca de la casa para evocar la pasión ecuestre del arquitecto así como el placer que éste tuvo por la realización de filmes que retrataban su vida privada así como sus largas caminatas. Asimismo, el carácter alucinatorio del clip pone de relieve una vez más la tradición vernácula que hermana a la cultura marroquí con la mexicana.
La tercera y última parte, exhibida en el que fuera el taller del arquitecto, está conformada por una serie de colgaduras de papel llamada “Paste Papers” y que es precisamente la que significa toda la exposición: una capa de papel engrudo recubre todas las paredes del espacio, pensada a partir de los diferentes libros aleatorios que Barragán mandó encuadernar en lienzo o en piel.