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“Yo vendo ilusiones”: Norma Gálvez 

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“Yo vendo ilusiones”: Norma Gálvez 

“Se convierte en un momento mágico,  yo vendo ilusiones y la gente viene con tanta ilusión a envolver sus regalos que cuando se los llevan se van muy contentos” señaló para Diario Plaza Juárez, Norma Gálvez, licenciada, maestra y periodista que entre muchas actividades, se dedica a envolver regalos en “Regalos Paty”, un local ubicado en la calle de Guerrero de la capital del Estado.

INICIOS 

La tienda empezó como papelería: “mi máma vendía pastes, refrescos, cigarros, jugos, en la papeleria”. El local abrió cuando Anita Jímenez, comadre de su mamá, la animó a abrirlo, y con el paso del tiempo, ella igual la convenció de cambiar de giro, quedando así en una tienda de regalos. Jiménez tenía su local enfrente de García y cada que podían intercambiaban objetos para adornar sus regalos.

“La inició mi mamá y por aquí pasaron todos los hermanos: mi hermana Aida, mi hermano Julio, mi hermana Paty, yo. Cuando muere mi mamá yo le digo a mi papá ¿Y la tienda, que vamos a hacer con la tienda?. “Nada, que vamos a hacer, tú te la quedas, eres  la que siempre está trabajando”. 

Aparte de la tienda tiene otros trabajos: “amo mi tienda, amo el periodico, amo mis clases y amo a mi hija; son mis cuatro hijos”. “Nuevo Gráfico” es el semanario que trabaja y que fue fundado por sus padres: “empezaron como un ideal , los dos hicieron una sociedad sin decírselo y empezaron el periodico en la cocina de la casa”. 

El local además de bolsas, cajas y papel tiene charolas, ensaladeras, tazas que a lo largo del tiempo han ido cambiado y actualizado. Vendieron durante muchos años figuras de porcelana fina, “actualmente ya no se hace como en esos años” pero manejan figuras de resina. 

La porcelana durante muchos años fue seleccionada por su mamá, por lo que Norma tiene en su casa más de 500 figuras de porcelana.

Norma aprendió a envolver regalos desde que tenía seis años y a lo largo del tiempo ha visto generaciones de familias acudir a su local para envolver regalos: peluches, chocolates, tazas, ropa, dinero e incluso quilates han pasado por sus manos. 

El año pasado, antes de que cambiara la tele del local, un muchacho le dijo “no es posible, tiene la misma tele de cuando era yo niño, mi abuela me traía y allí me sentaba (en uno de los dos asientos que tiene la tienda, para que la gente pueda descansar)”. 

Muchos de los clientes que la visitan son adultos mayores que desde jóvenes iban a la tienda: “muchos me dicen, yo vine a envolver su regalo a mi novio el 14 de febrero y ya tenemos tantos años casados. Es bien bonito”. 

VENTAS

Pese a que su local abre durante todo el año, son cinco ventas las más pesadas: “la mayor viene siendo la de Navidad, luego sigue el Día de las Madres, luego sigue la del 14 de febrero, el Día del Padre y las graduaciones”.

Pero en diciembre ha visualizado ventas de diferente tipo: “la primera es de los papás para los maestros, luego la de los amigos, del trabajo; la de los intercambios; y luego ya viene la de la familia . Así se va desarrollando la venta, la conozco tan bien, que te puedo decir en qué tiempo me puedo salir a tomar mi cafecito con mis amigas y en qué tiempo no”. 

En los tiempos en que las ventas no son pesadas, ella se dedica a armar cajas, limpiar la tienda, arreglarla, pintarla. 

REGALOS 

El local está lleno de cajas de diversos tamaños, papel de diversas figuras e incluso de moños, que tanto ella, como Estela, su empleada, se dedican a armar artesanalmente; muy pocas veces utilizan moños mágicos. 

“Envolvemos en caja con el papel que desee el cliente, vendemos la bolsa, envolvemos el regalo en base, los emplayados, y la gente muchas veces trae sus cosas y nos dice: A ver envuélvemelo; lo pudo envolver en una caja, en un envase. Ese es el servicio que le damos a la gente”. 

CLIENTES

Ha perdido la cuenta de regalos que llega a envolver en un día, pero tiene un cliente que en el “Buen Fin” le llega a dar hasta 100 botellas para ser envueltas. Las botellas adornan la sala de su casa, que está enfrente de su negocio, y desde ahí se dedica a decorarlas. 

“La gente confía en mí” tanto es así, que una vez le llevaron quilates a envolver. “Son unos quilates de oro y los quiero así” le dijo el cliente acompañado de un policía que no dejó de supervisar el envolvimiento. 

Inclusive la han buscado de gobierno, solicitando a las seis de la mañana un moño o un papel para un regalo y ella acude, no sin antes advertirles que llegará en pijama: “Te espero en la tienda , ahorita llego”. 

Otra ocasión uno de sus clientes más frecuentes le llevó a envolver regalos pero no regresó, hasta después de algunos meses: “Oye dejaste tus regalos” le dijo cuando lo volvió a ver “¿Qué crees, que eran para mi abuelita, y se murió”, son algunas de las anécdotas que trabajar en la tienda le han dejado.

Recuerda que ella envolvió el prendedor que usó Diana Laura Riojas cuando dio el mensaje de que mataron a Luis Donaldo Colosio: “ella trae un prendedor, yo lo envolví” se lo llevaron y le dijeron para quien era el regalo, cuando ella vió la televisión confirmó el regalo: ¡Ay, yo envolví ese, tan bonito que estaba!.

Ha tenido clientes sordos y ha logrado atenderlos correctamente. De igual forma, recuerda con risa, que le da risa envolver calzones y brasieres que un cliente siempre le pide envolver.

“Viene mucha gente y a veces no envuelve, sino que van a  platicar” señala Norma, a quien le gusta charlar con las personas que entran a su local, ya sea para preguntar o comprar. Ama su trabajo: “la tienda me encanta, me encanta, me encanta, siempre estoy imaginándome cómo los voy a envolver, qué les voy a hacer; he envuelto joyas maravillosas, magníficas, como los quilates”. 

En cada regalo siempre está innovando y es algo que ama hacer: “Los invitamos a que vengan a envolver, envolvemos preciosamente y recibimos con mucha cordialidad a todos nuestros clientes” finalizó Norma Gálvez.