Ya será para el año 52 mil 023

Ya será para el año 52 mil 023

LAGUNA DE VOCES

El cometa C2022 E3 ZTF, más conocido como el cometa verde, estará visible el día de hoy en lo cielos del planeta. Si usted no puede lograr observarlo, tendrá que esperar al mes de febrero, pero del año 52 mil 023, fecha en que promete regresar, y en la que por evidentes razones ni usted, ni sus hijos, ni sus nietos, bisnietos, tataranietos, choznos, y todo lo que implique sucesión, estarán presentes. Ningún recuerdo llega más allá de los mil años, y lo que venga después difícilmente tendrá alguna relación con lo que hoy somos.

¿Quién será el que se asome al cielo la noche de un 2 de febrero dentro de 50 mil años, y que de alguna manera pudiera saber que uno de sus parientes hizo lo mismo hace tantos años, que es preferible otorgar al olvido todo el poder para desaparecer la última memoria de nuestra existencia?

Ese 2 de febrero del año 50 mil 023, ¿se habrá descubierto la forma de escaparse de la muerte, y por lo tanto convivirán en un mismo planeta, si La Tierra todavía es casa de los terrícolas, seres humanos o humanoides con edades que irán de los 600 a los tres mil?

¿Qué verá el cometa C2022 E3 ZTF, cuando regrese a la órbita del Sistema Solar, en el entendido de que exista todavía un sol con sus planetas que giran en torno suyo?

Aquí en el país, ¿alguien recordará la gesta emprendida por un presidente que juró ser inmortal y seguir vivo en el corazón de los mexicanos? ¿Algún historiador del futuro, de esos que gustan guardar todo vestigio del pasado lejano y muy lejano, dará noticias del país que fuimos en este 2023?

¿No quedará nada, absolutamente nada de nosotros los que la madrugada del 2023 asomamos la cabeza al cielo, y nos topamos con una especie de estrella con cauda verde? ¿Seremos, igual que hoy en la mayor parte de otros como nosotros, simple olvido, simple nada, simple esperanza de querer creer en la inmortalidad de la mente humana?

Alguien dirá que la respuesta es simple: seremos nada, nada de nada, y nadie recordará que alguna vez pisamos la tierra de La Tierra. Otros se preguntarán una sola vez, si en esa pasada visita del cometa C2022 E3 ZTF, existía algo en el planeta convertido en un escenario fantástico, único, pleno de maravillas que para ellos ya no lo son.

Asegúrese por eso de buscar todavía hoy en el cielo al Cometa Verde, porque cuando se vaya no habrá forma alguna de encontrarlo en este diminuto paso por la existencia.

Seremos olvido cuando regrese.

Eso lo sabemos, porque no habrá nadie para recordarnos, para nombrarnos.

O tal vez los “alguien” de esos tiempos, sean nuevas formas de vida, que unan máquina con humanidad, y luego entonces el cuerpo que tanto se deteriora, que sufre, que se acaba, haya sido sustituido por mecanismos hechos con elementos nuevos y únicos que simplemente resultarán eternos.

Y si el cerebro no decide auto enfermarse, seguramente del año 50 mil 023 en adelante, vivirán puros eternos en el Sistema Solar, en la Vía Láctea, si es que no ha chocado con otra en su camino errante. Eternos que sin embargo habrán salvado ese problema.

¿Dónde estará quien hoy se sorprende al alzar la vista al cielo y mirar un borrón de pequeñísimo planeta de cauda verde? ¿En ninguna parte igual que hoy? ¿En la necia, pero única esperanza de pensarse un observador que estará siempre en su lugar, donde nadie lo moleste, ni le pregunte por qué se ríe al mirar el firmamento y comprobar que, de algún modo, podemos ser eternos si saludamos con naciente fe la maravilla del universo, y por lo tanto su inquebrantable relación con la esperanza?

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

Related posts