Y YO SIGO AQUÍ…

“…es tiempo de que despertemos y rechacemos con categoría la farsa que ya empiezan a tejer los partidos, un sainete en varios actos como las obras del gran Moliere que alegraban la corte francesa en el siglo XVIII; el INE (instituto nacional electoral) –con minúsculas porque así es- ha solicitado para sus gastos del año 2018, 25 mil millones de pesos, subrayando Ciro Murayama (consejero electoral del propio organismo) que se trata de la elección más grande de la historia de México”.

La maravillosa república Mexicana con una superficie continental de un millón  mil 960 189 kilómetros cuadrados, donde bien podría alcanzar cuatro Españas, tres Francias, seis Alemanias, o siete Italias, y donde contamos con la herencia inaudita de playas siempre bañadas por el sol, o montañas pintadas de blanco que esperan alpinistas, rutas de ruinas arqueológicas que dan vida nuestro pasado, o también edificios coloniales que invitan a gritos que sean visitados, se encuentra a un paso de instalarse en terapia intensiva.
    Ya no aguanta el saqueo brutal, que cuando pensamos que el fondo ya se tocó, llegan los nuevos gobernantes y nos demuestran sin ambages que se puede caer más profundo. La corrupción y la impunidad como rieles malditos, nos conducen sin cesar al despeñadero; ya no solo es la violencia que campea por todo el país, sino la inmisericorde impunidad que hace que solo el 2.7% de las denuncias lleguen a una sentencia, mientras que en Hong Kong, por ejemplo, el 89% de las denuncias se califican. Vivimos un pueblo sin ley, donde ya empiezan a redoblar las campanas de las próximas elecciones.

Y yo sigo aquí…
Sin contagiar a mis colegas de que es tiempo de que despertemos y rechacemos con categoría la farsa que ya empiezan a tejer los partidos, un sainete en varios actos como las obras del gran Moliere que alegraban la corte francesa en el siglo XVIII; el INE (instituto nacional electoral) –con minúsculas porque así es- ha solicitado para sus gastos del año 2018, 25 mil millones de pesos, subrayando Ciro Murayama (consejero electoral del propio organismo) que se trata de la elección más grande de la historia de México, y que de esta cantidad se obsequiaran a los partidos políticos seis mil 788 millones para su entretenimiento, razón de peso para aumentar 150% a lo que tenían planeado al inicio de este año.

Y yo sigo aquí…
Sin entender que no hace falta tomar las armas y lanzarme a la calle, cuando puedo iniciar cadenas de información para que desde nuestras trincheras avivemos las protestas, porque este México de climas cálidos no entre a cuidados intensivos, porque corre el riesgo que ya nunca salga.

Y yo sigo aquí…
Observando el cinismo y la inmoralidad de los que presiden nuestros pueblos, porque se es inmoral cuando ya no se distingue entre el bien y el mal, imaginando que los mexicanos aguantamos siempre todo, y que un socavón más a nadie le importa, y mucho menos las patrañas de los ex gobernadores.

Y yo sigo aquí. Esperando ¿Qué?
Que la democracia finalmente se instale como producto de la Revolución Mexicana, cuando basta con recordar a Álvaro Obregón que decía con un desparpajo espantoso, que él era menos ratero porque solo tenía una mano; o López Portillo que defendió el peso como un perro, o que las cosas cuentan y que sigan contando.

Y yo sigo aquí…
Con la ilusión que sabe sembrar el diputado independiente de Jalisco Kumamoto, quien está abriendo a rajatabla esas redes corruptas entre los partidos; ¡BRAVO¡ Todos somos LEY KUMAMOTO.
Y YO SIGO AQUÍ…
Pero ya no estoy solo, porque sé que replicarán estas líneas, que sabrán hacer sentir la taquicardia de un pueblo que ya está hasta la madre.

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