HOMO POLITICUS
Sin mayor miramiento, porque no se trata de nombres sino de certidumbre legal, el Instituto Electoral del Distrito Federal, le negó el registro a Xóchitl Gálvez como candidata a la Jefatura Delegacional en Miguel Hidalgo. La noticia presupone un revés para Acción Nacional, que ya se dio a la tarea de impugnar esta medida, pero cuya incertidumbre decapita un brazo fuerte dentro del blanquiazul.
Pero, ¿por qué trasciende esta negativa de registro por parte del IEDF?, porque esta contienda electoral no se ha construido desde la partidocracia a través de plataformas programáticas que oferten el reencauzamiento de la crisis social que se vive; en términos estrictos, las campañas se centran en una beligerancia y descalificación del oponente, tratando de invitar al elector que decida no por el mejor aspirante, sino por el menos malo, cuestión miserable por donde se le mire.
Con hondo pesar, por no decir encabronados, los panistas amenazan con tomar las calles para defender la candidatura de Xóchitl Gálvez, cuestión que no asusta a nadie, pero que es el inicio de una presión política frente al INE, que deberá sustentar con argumentos legales esta negativa, además de que hasta ahora, las medidas tomadas por el INE, han resultado sin peso disuasivo a nivel de sanción, el ejemplo ad hoc es sin duda la irreverencia del PVEM, que las multas e impugnaciones que le ha hecho el INE, le hacen lo que el viento a Juárez, porque se las pasa por los cojones.
Xóchitl Gálvez en su característico humor, ha tomado la noticia del rechazo a su candidatura sin aspavientos diciendo, “ya me enteré que me dieron palo”, -lo traduzco-, no se trata de una alegoría sexual, sino de que el INE la ha golpeado o vapuleado con esta medida. La medida del INE a todo esto, se debe a que la abanderada del PAN, no presenta una credencial de elector con domicilio en Distrito Federal, lo que hace improcedente su candidatura.
Entre peras y manzanas, el calambre por el que atraviesa Xóchitl Gálvez no es todavía definitivo porque ya se ha apelado la decisión del INE, cuestión que ante las presiones que vive, no nos extrañe que pueda ser derribara. En los hechos, ante la tibieza en el manejo de las prerrogativas legales que tiene el INE, los partidos políticos se le han subido a las barbas, por lo que el INE se asemeja al perro de tía Cleta, que la primera vez que se atrevió a ladrar le rompieron el hocico.
