Waters bajo el agua

POR EL CUADRANTE

Cuando ya no encontré boletos para ninguno de los conciertos de Roger Waters, me había resignado a no ver a esta leyenda del rock, pero cuando se anunció su concierto gratuito en el Zócalo, me apunté de inmediato.
A diferencia de mi hermano Memo y otros miles de seguidores hasta sumar casi 200 mil, que se dieron cita desde temprano, preferí esperar casi a la hora del concierto y tratar de llegar por atrás de catedral.
La maniobra falló. La plancha capitalina estaba llena desde las seis de la tarde y los retenes policíacos parecían estar por todas partes. Sin embargo cerca de Corregidora pude llegar a una de las pantallas a las ocho en punto, cuando el músico saludó en español antes de interpretar Speak to me y la legendaria Set the controls for the Heart of the sun.
Mientras el bajo machacante de Waters tocaba las notas iniciales de One of these days, la lluvia apareció como invocada por el legendario integrante de Pink Floyd.
La gigantesca pantalla ilustró los clásicos de The dark side of the moon, Time y Money, mientras dos bellas coristas rubias lucían su voz y los músicos entre los que se encontraba su hermano, mostraban sus habilidades.
La fábrica de Animalls apareció en la gigantesca pantalla con las notas de Pigs, que sirvió para criticar la idiotez del candidato republicano Donald Trump y I wish you were here arrancó más aplausos mientras la lluvia desaparecía.
Un coro infantil subió al escenario para acompañar la legendaria Another brick in the wall y un globo con forma de cerdo y consignas políticas recorrió la plancha capitalina .
Y cuando menos lo esperábamos Waters confesó que conoció a los padres de los desaparecidos en Ayotzinapa y que lloró con ellos, pero que las lágrimas no ayudan a nada. Reclamó por la desaparición de 280 mil personas y denunció las fallidas maniobras presidenciales conminando a que Peña renunciara, ante los coros de la multitud.
Regresó al escenario para interpretar Confortable numb, antes de despedirse en español, en lo que fue sin duda uno de los mejores conciertos de la historia de la ciudad.

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