Home Orbe “¡Vuélvete a tu país, jodido inmigrante!”

“¡Vuélvete a tu país, jodido inmigrante!”

0

Carta de un corresponsal tras cuatro años en Londres
●    “Mi hijo de 12 años vino un día con el ojo morado. Un compañero le había amenazado: “¡Vuélvete a tu país, jodido inmigrante”, le dijo

Aún recuerdo con emoción aquella otra Londres del 2012, en la prodigiosa apertura de los Juegos Olímpicos de Danny Boyle, que nos hizo escribir aquello de “Todos somos británicos”. La capital más abierta al mundo (más incluso que Nueva York) corre ahora el riesgo de convertirse en una isla dentro una pequeña isla, Little England.
Confieso que estaba empezando a habituarme a su clima deplorable. La nubosidad invariable se había incorporado de alguna manera a mi carácter. Me había habituado a salir con el paraguas de casa en pleno julio, maldiciendo con buen humor los cielos cambiantes. Pero todo lo aprendido estos cuatro años acabó triturado bajo la tormenta del Brexit.
Lo veíamos venir, pero nos resistíamos a creerlo. Y ahora tenemos que pellizcarnos todos los días para poder contarlo. Ni en las predicciones más agoreras de la campaña por la permanencia estaba incluido el patético espectáculo que estamos viendo.
Nos estamos acercando a un estado de esquizofrenia colectiva y contagiosa. No son sólo las mentiras del Brexit las que afloran a estas alturas. También son los rencores, las venganzas, la xenofobia, el racismo…
La campaña puso en danza sus instintos más bajos y ahí seguimos. Ahora puedo contar que mi hijo pequeño de 12 años vino un día con el ojo morado del colegio. Se lo hizo jugando al fútbol, nos dijo. Le tiramos de la lengua y nos dijo que un compañero le dio un puñetazo tras una entrada poco ortodoxa. Y el golpe certero fue acompañado de una amenaza: “¡Vuélvete a tu país, jodido inmigrante!”. Durante varios días, el agresor siguió haciendo uso de la palabra maldita (“immigrant”) para hacerle “cyberbulling”.
Estuvimos dudando si denunciar el incidente al colegio, pero nuestro hijo nos persuadió para no hacerlo. Lo que entonces parecía una cosa de niños, ahora empieza a ser la moneda corriente.
Y cuando mi hijo me pregunta cómo nos afectará el Brexit, me duele decirle que tarde o temprano tendrá que elegir entre el Real Madrid y el Chelsea…Pero lo que más me duele, amigos británicos, es sin duda la frialdad que mostraron ante el asesinato a sangre fría de la diputada Jo Cox.