¡PARA QUÉ BEAS… EN EL OTRO MUNDIAL!
• En esa doble coronación mundial que me tocó atestiguar, confirmo lo pasional que es el futbol en cualquiera de sus facetas.
Abu Dabi me regaló el crepúsculo perfecto de 2018. Un año maravilloso para los trogloditas cuenta historias, arma polémicas del mundo deportivo. Inolvidable. En esa doble coronación mundial que me tocó atestiguar, confirmo lo pasional que es el futbol en cualquiera de sus facetas. Lo lejos que está el balompié mexicano de trascender, de ganar algo importante. De que seguimos todos desconociendo y descalificando a países y ligas más fuertes con menos recursos, o con más recursos, pero que no entran en nuestros radares por el daño aspiracional que tenemos por una medalla olímpica, algunos jugadores de medio pelo en Europa y algunos logros juveniles en el pasado reciente. Me doy cuenta de que la estirpe ganadora se mama. Que el Real Madrid, en su peor crisis, levanta copas (en su momento la tan criticada selección de Didier Deschamps ganó el campeonato más importante). Que los aficionados cada vez son más globales, el mercado dicta nuevas reglas y —con éstas— países emergentes que seguro harán grandes papeles en un futuro. Por ejemplo, la historia trepidante del Al Ain, que jugó cuatro partidos, pudo marcar primero que el Real Madrid y se ganó la credibilidad de este deporte al salir a jugar con el corazón y no con desidia (léase Chivas). Que el invierno no es frío en el Medio Oriente, pero tampoco quema, así que será un gran Mundial por acá. Respecto al partido en el Zayed City Stadium: que Bale siguió siendo Bale, tratando de llenar el hueco de CR7, pero que no le alcanza para ligar dos partidos con sentido. Se tira chilenas, pero llega a línea de fondo sin saber qué hacer con la pelota. Que Ramos se morirá con la suya: el villano favorito; golpea a sus rivales siempre, marca territorio, pero también se plasma en el aire y anota, pesa, siempre pesa. Será inolvidable Sergio en la historia del futbol. Kroos se convirtió en el primer jugador en ganar cinco Mundiales de Clubes, una locura. Modric cerró el mejor año de su vida con un golazo. Y Solari manda mensajes para decirle a Isco que no será considerado, que ahí está Vinicius. El tico Navas tendrá que buscar nuevos retos, el arco ya es de Thibaut. Benzema, Benzema, pues. Y Llorente sentando a Casemiro. Y Varane, el único doble campeón del mundo en un año. La reflexión de estos años sigue intacta: el rey del mundo, el rey de copas, sigue ganando en las malas, pero la tarea pendiente de que en una década su rival ha ganado siete Ligas y ellos sólo dos. Han perdido ese protagonismo en los torneos de largo alcance, pero ya han superado al equipo culé por un Mundialito. ¿Estamos viendo el último título internacional que levantará esta estupenda generación del Real Madrid? ¿Acaso estuve presente en la última gesta de un equipo de época, imborrable en la historia y ganador como ninguno, que consiguió lo que seguro nadie podrá replicar en tan poco tiempo? Bendito 2018, estupendo año para nosotros los trogloditas de historias deportivas. ¡Bienvenidos, bienvenidos! A esas noches donde en Abu Dabi se sigue gritando “¡Viva el rey!”.