El problema será el de los salarios que les ofrezcan
• El canciller mexicano ofrece en California una bolsa de trabajo para los que regresen, pero admite que ninguno quiere regresar
En esos seis meses de plazo impuestos por la Casa Blanca, el Congreso debe encontrar una solución legislativa permanente para los dreamers. En ese tiempo, Videgaray dijo que México hará “todos los esfuerzos de cabildeo para convencer que sea el Congreso el que en esta ventana les dé certidumbre definitiva a estos muchachos que no han hecho otra cosa más que trabajar, estudiar y aportar”
Esperar y ver. En la situación de los llamados dreamers en EU, en la que Trump ha lanzado un órdago al Congreso para que legalice o deporte a casi 800.000 jóvenes indocumentados, hay un actor secundario que trata discretamente de definir su papel. México es el país de origen de más de 620.000 de esos jóvenes. El canciller mexicano, Luis Videgaray, afirma que su país “sería extraordinariamente afortunado en recibirlos”.
Trump provocó una tormenta política el pasado martes cuando, tras meses de mensajes equívocos, envió a su fiscal general a anunciar que va a poner fin al programa DACA dentro de seis meses. Se trata de una orden ejecutiva de Barack Obama que protegía de la deportación a inmigrantes indocumentados que llegaron al país siendo menores, y por tanto se puede interpretar que no tienen responsabilidad en su situación, además de cumplir ciertos requisitos de comportamiento y logros académicos. En palabras de Videgaray: “Un tesoro, lo mejor del futuro de esta comunidad”.
“Estamos haciendo un esfuerzo para prepararnos para recibir a los muchachos daca que quieran o que tengan que regresar a México”, dijo Videgaray el martes en Los Ángeles, California. “México, a cada dreamer que regrese lo recibirá con los brazos abiertos”.
Los beneficiarios de DACA, precisamente por las especiales condiciones que permiten acceder al programa, son una especie de élite de los sin papeles en EU (se calcula que hay 11 millones de personas indocumentadas). Están educados en EU, no conocen otra realidad más que esta, son bilingües en muchos casos, jóvenes, con estudios y un historial criminal impecable.
México no ha perdido la oportunidad de señalar la ironía de que sean ahora los más amenazados por el Gobierno de Trump. “Por cada dreamer que regrese, México gana”, dijo Videgaray.
“Hablamos de muchachos con una gran formación, talentosos, disciplinados, que cumplen con la ley, más del 30% tienen carreras universitarias. México sería extraordinariamente afortunado en recibirlos. México ganaría”. Y al mismo tiempo, “sería una pérdida importante para EU, en mi opinión respetuosa. Enviar al extranjero de pronto esta cantidad de talento, de energía, de creatividad”.
Videgaray reconoció, sin embargo, que cada vez que se ha reunido con dreamers y les ha preguntado lo que quieren, no ha encontrado “uno solo que no responda de manera inmediata y con convicción que se quiere quedar en EU, con seguridad”. Por tanto, lo único que puede hacer México en esta polémica es “apoyarles para permanecer en el país en el que han crecido”. Videgaray recordó que, como cualquier mexicano en exterior, tienen derecho a servicios de asesoría legal y representación legal en los Consulados.