
Seguro usted ya vio el video, porque si algo hay de este hecho registrado ayer en la Ciudad de México, son grabaciones, la espera larga y ansiosa para tener en su celular la imagen de la mujer que caía desde el piso 8 de un hotel en Reforma 222.
Durante media hora lanzó lo que tuvo a la mano para romper el vidrio del cuarto en que se hospedaba. Ni el personal del hotel, ni tampoco los mirones, ansiosos de grabar el desenlace trágico, hicieron algo por ella, porque detuviera su carrera hacia la muerte cuando menos un rato.
✍ VIDA PARA ARMAR | Suicidio en Reforma 222https://t.co/LuGM1C90QK
— Diario Plaza Juárez (@diaplazajuarez) June 9, 2023
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El suicidio es un derecho, el último que tiene el ser humano para escapar de esta realidad. Pero la indiferencia, el morbo, la estupidización absoluta por querer transmitirlo en vivo a través del celular, es otra cosa.
Todos los días perdemos más rasgos de seres humanos merced a pensar que compartir todo en una red de indiferentes, nos puede salvar de la soledad. A la mujer que saltó del octavo piso de Reforma 222, no le sirvió, como tampoco a quien la grabó.