PIDO LA PALABRA
• Habrá algunos que nos caracterizamos por ser adictos al sadomasoquismo que nos proporciona la política, pero creo que en esta ocasión hasta de ese menjurje tendremos que disminuir nuestro habitual consumo…
“¡Sálvese quien pueda!, ¡vieja el último!, ¡los de atrás pagan la cuenta!, ¡el último apaga la luz!”, o bien la expresión que usted guste o disponga utilizar para esta ocasión, eso es lo de menos; el caso es que, en estas vacaciones en pleno apogeo, lo que importa es sacarse ese estrés que se nos acumuló durante los casi cinco primeros meses de esta administración.
De aquí y hasta los siguientes quince días cuando menos, nos vamos a dar cuenta hasta dónde la política y la crisis ha mermado nuestro ánimo, ya no digo la cartera, pues esa merma es solventada con una escalada por los intrincados caminos hacia el Monte de Piedad.
Habrá algunos que nos caracterizamos por ser adictos al sadomasoquismo que nos proporciona la política, pero creo que en esta ocasión hasta de ese menjurje tendremos que disminuir nuestro habitual consumo, pues en estas santas festividades hasta nuestros grillos clientelares y partidistas se desentienden de sus cotidianas peroratas pugilistas.
Aunque debemos reconocer que se nos ha dejado tarea importante para el análisis, como es el caso del memorándum para dejar sin efecto a la anterior reforma educativa; asunto que no es cosa menor, pues está de por medio la división de poderes, institución por la cual se ha determinado una especificación clara de las atribuciones de cada uno de ellos.
Considero que debe prevalecer la prudencia en todos los actores políticos, no se trata de tomar decisiones solo por el hecho de querer mostrar el músculo, es decir, por demostrar que “sólo mis chicharrones truenan”, la Constitución no debe estar al servicio de intereses ajenos a la Patria; no cabe duda que se tiene que modificar aquello que no funciona, pero se debe hacer a través de los canales que la propia constitución nos ha establecido; todo con el derecho y nada con la fuerza.
Hoy solo sé que comenzaron las vacaciones para unos, pero inicia el plato fuerte para otros, la industria sin chimeneas debe ponerse el traje de gala para recibir a miles de paseantes que querrán despertar de la pesadilla en la que nos han sumido nuestros miedos controladores de conductas y conciencias.
Ya veremos a nuestro regreso si nuestra particular realidad se desvaneció, o ahí estuvo pacientemente esperándonos con la guardia más baja que cuando nos alejamos momentáneamente del inframundo del arrepentimiento no reconocido.
Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.
