
RETRATOS HABLADOS
El origen mismo del conflicto más grande que haya vivido la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, la destitución de la directora del Instituto de Artes, y la respuesta furibunda del líder del grupo político que maneja la institución y todos sus recursos desde hace casi 40 años, hacen ver que de ningún modo existe ese elemento por la que todos alertan, como la presencia de “la mano que mece la cuna”, e incluso aventuran que se trata de una ultra maquiavélica estrategia diseñada por mentes superiores, para desembocar en una especie de golpe de estado al actual régimen en la entidad.
Si se trata de buscar raíces y bases estructurales de la problemática, necesariamente tendremos que indagar en la historia reciente de la UAEH, en el manejo político que se le ha dado a la educación y, por sobre todas las cosas, el surgimiento de una nueva juventud, capaz primero de auto cuestionar su papel en esta historia de lucha por el poder, para pasar a la acción cuando lo consideraron necesario.
Juzgar los hechos con mirada de revolucionarios que nunca fuimos, es decir de condescendencia, solo puede llevar a interpretaciones absurdas, y a la certeza de que poseemos la capacidad para adivinar incluso el futuro, porque fuimos testigos de un pasado reciente en que se edificó, paso a paso, la destrucción de uno de los cacicazgos más añejos en la vida de Hidalgo.
El hecho, sin embargo, es que estamos ante un acontecimiento único, nutrido por la torpeza y esquizofrenia del grupo político citado, pero que de ningún modo responde a la lógica típica de estos casos, en que incluso se adelanta la intromisión de una mano mecedora de cunas, que puede provenir hasta del hoy ofendido cacique.
No creo que vaya por ahí el asunto.
Resulta más claro y pertinente mencionar que estamos ante un movimiento legítimo, natural, que nació con el simple objetivo de ver fuera de la dirección de un Instituto como el de Artes, por naturaleza cuestionador, pero que se ha ido transformando con el paso de los días, porque sus integrantes son muchachos inteligentes, preparados, capaces de mirar la urgente necesidad de dar el primer paso para propiciar un cambio radical en su Alma Máter.
Como tal es de largo aliento, aun cuando, de haber sido cumplida su primera demanda, tal vez se hubiera extinguido, porque no forma parte de un tenebroso, o siniestro plan de algún político malandrín, que pretende quedarse con el poder absoluto de una entidad como la nuestra.
Estamos ante un hecho histórico en Hidalgo, porque demuestra con absoluta claridad el proceso veloz, único, natural, real y sobre todo sincero y honesto de la juventud hidalguense, calificada de manera fácil como “inconsciente”, “manipulable”, incapaz de una conciencia social, que todos urgen se transforme en una especie de revolución que nunca hicieron, cuando padecían las tropelías que se cometían de manera cotidiana en la Universidad.
Lejos de ello, observamos el nacimiento de un movimiento destinado a modificar, de inicio, la visión que los ya viejos, tenemos del poder en todos los sectores de la vida cotidiana.
Lo que venga será avance constante, cierto y real, en esa toma de conciencia que esperó largo tiempo en un sector fundamental, para aspirar a la consumación de los sueños que todos hemos tenido, pero que simplemente dejamos ahí, en el armario, cuando la edad se nos echó encima y nos planteó la amarga lógica, de que nuestro tiempo simplemente había pasado.
Por todo lo anterior es que debemos reconocer en cada uno de los que hoy marchan por las calles de la capital hidalguense, su absoluta vocación por hacer que se respete algo fundamental pero a veces olvidado: su dignidad.
Mil gracias, hasta mañana.
Mi Correo: jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
X: @JavierEPeralta