Una oposición necesaria en Hidalgo

Una oposición necesaria en Hidalgo

RETRATOS HABLADOS

Pocas acciones pueden dañar más a una naciente democracia política en Hidalgo, que los pronunciamientos para desmantelar el partido que por más de 90 años tuvo el poder en sus manos, pero que necesariamente no puede, ni debe ser inculpado de no haber construido absolutamente nada y haber dedicado todos sus esfuerzos para destruir a una entidad como la hidalguense, porque de haberlo intentado, sin duda que lo hubiera logrado en un lapso de tiempo tan largo como el que tuvo en sus manos el poder.

Aniquilar a la oposición, que a partir del mes de septiembre encarnará el Revolucionario Institucional y aliados, solo podría traducirse en la aparición repentina de un nuevo poder absoluto, que tarde o temprano acabaría por contaminar las buenas intenciones que sin duda tiene desde estos momentos el naciente gobierno.

Hay que decirlo con claridad: la oposición política real es necesaria, fundamental para intentar cuando menos un equilibrio en la toma de decisiones, pero sobre todo para la salud mental de quien tendrá en sus manos los destinos de la ciudadanía hidalguense durante los siguientes seis años.

Buena parte de la debacle de la era priísta, tuvo como origen la ejecución de órdenes sin el menor cuestionamiento de otro partido que le hiciera por lo menos sombra, de tal modo que al sentirse poseedor único de los mecanismos para aprobar cuanta ocurrencia tuviera (¿les evoca a alguien?), se tradujo en la certeza de que, al no existir ninguna aduana para sus proyectos, luego entonces tampoco tendría problemas para distraer, desviar o de plano carrancearse algún recurso económico. Hecho que impulsó su caída, pero hecho que de ninguna manera puede aplicarse como la regla general de todas las gestiones tricolores.

Para estas alturas sin embargo son constantes los pronunciamientos de personajes, que incluso se beneficiaron de su militancia priísta, a borrar, dejar en cenizas todo recuerdo del PRI en la entidad, bajo el entendido, según ellos, de que todo, absolutamente todo fue un mar de podredumbre y corrupción.

Si algo debemos aprender de la historia, es que impulsar a toda costa el empezar de cero, arrancar la historia de un Estado como Hidalgo, a partir de que un nuevo partido asuma el poder gubernamental, solo se traduce en un retroceso lamentable, en un volver a repetir errores que ya se sabe que lo son, solo por asumir y querer imponer la idea de que la era “Antes de Morena” solo fue corrupción y destrucción, y la que será “Después de Morena”, es equivalente a la perfección y el manejo inmaculado de los dineros.

No es así, nunca ha sido así.

Por la salud de la democracia hidalguense, es fundamental seguir los caminos que mantengan una oposición fuerte, y eso solo se podrá lograr a partir de que, en esa misma vertiente, los opositores lo sean realmente, y no personajes convenencieros u obnubilados porque querer buscar una venganza debido a supuestas ofensas recibidas, que en la realidad simplemente nunca existieron.

Mil gracias, hasta mañana.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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