Una guerra comercial que el FMI trata de evitar

La crisis que desataron los Estados Unidos en 2008 con los créditos basura o subprimes, sigue obstruyendo la recuperación de las economías desarrolladas y en desarrollo

El enfrentamiento entre China y los Estados Unidos está preocupando a la Organización Mundial del Comercio y a más de un país en desarrollo. La crisis que desataron los Estados Unidos en 2008 con los créditos basura o subprimes (non-prime o second-chance), sigue obstruyendo la recuperación de las economías desarrolladas y en desarrollo, la mayoría de éstas últimas dependientes de las exportaciones hacia los mercados de los países desarrollados. Curiosamente, la lenta recuperación experimentada en estos años no ha surgido de las políticas económicas laxas aplicadas, las cuales han llevado las tasas de interés hasta prácticamente cero puntos, sino de un mayor dinamismo del comercio mundial, ahora amenazado por el proteccionismo.
En la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington, ministros de finanzas y presidentes de bancos centrales del Grupo de los 20 (G20), conformado por las 20 economías más grandes del planeta, entre ellas las de Argentina, Brasil y México, los países miembros de América Latina, se reunieron para trabajar en el diseño de nuevas políticas públicas y discutir sobre los nuevos riesgos que afronta la economía global. Al menos 55 funcionarios, del más alto nivel, representantes de instituciones de los diferentes gobiernos, entre ellos 22 ministros de finanzas, 18 presidentes de bancos centrales y 8 titulares de organismos internacionales, se reunieron para discutir sobre los problemas que amenazan la economía mundial y su recuperación.
Los países miembros del G20 aportan el 85% del Producto Interno Bruto global (PIB) y representan el 75% del comercio internacional (exportaciones más importaciones). Los miembros del G20 están preocupados por la vuelta al proteccionismo comercial promovida por el presidente Donald Trump, cuando fue su país el principal promotor del libre comercio en el pasado; ahora el G20 y el FMI están preocupados por el renacimiento de las barreras arancelarias, al igual que la OMC, por lo que en las discusiones se ha enfatizado en el crecimiento inclusivo, como una forma de responder a los cuestionamientos a la globalización, acusada de propiciar una mayor concentración de la riqueza y provocar mayor exclusión.
Pero Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda de Argentina, las políticas comerciales regresivas, en alusión del proteccionismo comercial del presidente Trump, son una fuente importante de preocupación hoy. Sin embargo, la asamblea de primavera del FMI y el Banco Mundial, con la participación de los ministros de finanzas y representantes de los bancos centrales, también ha ayudado a acercar las posiciones entre los Estados Unidos y China, las dos mayores economías del mundo, cuyas economías están en la trayectoria de un choque inminente que podría provocar una guerra comercial y frustrar la recuperación de la economía mundial.
La imposición por parte de los Estados Unidos de aranceles a las importaciones de acero y la reacción de China al imponer aranceles a ciertas importaciones procedentes del primer país, han dañado las relaciones entre ambos países y sonaron la alarma sobre una posible guerra comercial. El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Mnuchin, ha planteado la posibilidad de realizar un viaje a China para tratar de suavizar el enfrentamiento comercial entre ambos países, pensando en que aún se puede lograr un acuerdo; tema en el que el FMI tiene mucho interés, tratando de buscar un acercamiento entre las dos potencias
El FMI ha tratado por todos los medios de reducir las tensiones y seguir defendiendo el libre comercio frente al proteccionismo comercial del presidente Donald Trump. Pese a los esfuerzos del FMI, del Banco Mundial y los ministros de finanzas del G20, después de dos días de reuniones en Washington de este fin de semana, los riesgos de conflicto comercial a gran escala siguen en pie, pues no hay ningún compromiso entre las partes para flexibilizar sus posiciones y apoyar el libre comercio.
Los dos días de discusiones, sólo han servido para poner en evidencia las diferencias entre la mayoría de los países que siguen defendiendo el libre comercio y las políticas proteccionistas de los Estados Unidos. Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de los Estados Unidos, planteó el viernes pasado que las prácticas comerciales desleales a nivel mundial obstaculizan el crecimiento de la economía mundial y de los Estados Unidos, en un mensaje claramente dirigido a Beijing.
El FMI tiene claro qué es lo que le espera al planeta si se produce una guerra comercial. Según los expertos del Banco de Francia, un aumento del 10% en los aranceles mundiales reduciría el PIB mundial en un 2%, aproximadamente; al respecto, a excepción de los Estados Unidos, todos los países presentes estuvieron de acuerdo en que una guerra comercial sería mala para todos; pero especialmente para los países en vías de desarrollo, los cuales tienen en la exportación de materias primas su principal fuente de ingresos.
En tanto se trata de evitar una guerra comercial, las negociaciones sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) continúan. Ahora los negociadores han dejado abiertas las discusiones, a fin de poder llegar a un acuerdo en principio para el 5 de mayo, antes de que los congresos de México y los Estados Unidos cambien con las próximas elecciones en puerta. Sin duda alguna, una guerra comercial sin TLCAN acercaría mucho más a México a China que a los Estados Unidos, dejando al dragón entrar al patio trasero de Washington, pero también fortaleciendo la posición negociadora de México frente a los Estados Unidos.

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