PEDAZOS DE VIDA
Tanto se ha hablado de ti, tantas veces sin conocerte te vi. Así como me sucedió a mí, seguramente le pasó a muchos, que te conocieron sin conocerte, que vieron tu rostro en blanco y negro, en verde olivo o de color rojo como es la sangre que mancha: los campos, las selvas, los bosques, los ríos, los lagos, y las montañas; la sangre que mancha todo espacio que se recorre en la búsqueda de la libertad y de la justicia social.
Ahí estás tú, con tu boina marcada con una estrella de cinco picos como cinco son los dedos de la mano y como cinco son los continentes que debieron estar unidos alguna vez, al menos para derrocar al enemigo, que en el mundo se llama miseria, hambre y necesidad, los cinco picos que debieron clavarse en el pecho de los opulentes, de las bestias que cambiaron su humanidad por el brillo de la moneda y de los líderes que se vendieron para masacrar la ideología de tantos y tantos seguidores.
En cada pico están los estudiantes, los mismos que hoy levantan el puño y gritan por la justicia social, los mismos que se solidarizan con cada desaparición y con cada acto de crueldad y tiranía que ven en cada acto de crueldad que cometen sus gobernantes, los mismos estudiantes que te llevaron en sus banderas la noche de Tlatelolco un dos de octubre.
En cada pico están los obreros, las personas que sostienen el país, la gente que sostiene a sus familias y sobrevive a los abusos económicos y aplastamientos laborales que forjan los que están en el poder, los mismos que son la esencia del crecimiento y que permanecen encadenados a nuevas formas de explotación, en un pico de la roja estrella yacen las lágrimas de aquellos a los que no les alcanza, por mucho que trabajen, para comer.
En cada pico de la estrella, están los campesinos, con huaraches o con los pies que se han cuarteado y mimetizado con la tierra que también se cuartea cuando tiene sed y hambre de justicia. Ahí están los hermanos indígenas con su hermosa resistencia, ejemplo de lucha de cientos de años, de fortaleza porque aunque el árbol haya caído quedarán sus semillas y con estas sus raíces.
En cada pico están los intelectuales, artistas, científicos y pensadores libres, que muestran desde sus trincheras, lo que está mal. Que observan la podredumbre del gobierno y la hacen notar, los mismos que permanecen con sus voces listas para el combate. Mismos que señalan al enemigo y le arrebatan la piel de corderos con la que se disfrazan los chacales vividores del erario público.
Y aunque parezca que se les ha olvidado que la Patria es Primero, y que la patria es para los Mexicanos, en cada pico está fuerza militar, los hermanos que se han distanciado para tratar de olvidar que son hermanos y no enemigos a los que intentan, por órdenes, reprimir.
A ti, te conocí desde hace mucho, hoy sé quién fuiste y que es lo que viniste a hacer, hoy veo tu imagen, con boina o sin ella. Te veo, liberando, hasta en el puro que fumabas, la esencia del tabaco, el humo de la libertad, el siempre avanzar. Y entonces me pregunto ¿algún día se cansará mi pluma de escribir, de levantarse y señalar? Espero que no, porque la libertad se hace en conjunto, se hace con los demás. Hoy no estás, pero te siguen viendo, te miran los traidores, los chacales, te miran las clases que lograste derrocar. Pero también te miran los luchadores de la sociedad, te llevan como bandera, una bandera que no ha dejado de ondear.
Comandante, el artista, el amigo, el intelectual. Te miran los vencidos y se vuelven a levantar. Se cansan los puños y se aprietan más y más. Las gargantas se quedan sin voz de tanto gritar y entonces con pancartas te vuelven a nombrar. Y el gobierno te intenta pisotear, como ha intentado al pueblo callar, y la lucha sigue y sigue y seguirá, porque los ignorantes no han entendido que la libertad no se puede negociar…