Sobre la misteriosa desaparición de Louise Pietrewicz
• La esposa del policía que mantenía una relación con la asesinada confesó a un diario local que el esqueleto de la mujer de 38 años estaba sepultado en el sótano de una casa colonial
Un secreto que guardó durante 52 años. Los detectives del equipo de homicidios volvieron a la residencia hace dos semanas, tras recibir la autorización del nuevo dueño. Esta vez lo hicieron con un equipo especial de sónar capaz de penetrar el suelo. Y ahí estaba el esqueleto
Louise Pietrewicz tenía 38 años cuando desapareció sin dejar rastro. Los que la conocían pensaban que se había ido con su amante, un policía llamado William Boken, también casado. Pero había algo extraño, porque detrás dejó a una hija de 12 años. Nunca entró en contacto con ella.
El misterio duró medio siglo. Los restos de esta mujer de Long Island acaban de aparecer enterrados en el sótano de una casa en el condado de Southold.
La policía del condado de Suffolk ya rastreó la misma vivienda de estilo colonial hace cinco años, en el marco de la investigación sobre su desaparición. La casa perteneció al agente con el que mantuvo una relación, que falleció en 1982. Pero no encontraron nada. El caso volvió a abrirse a raíz de un reportaje de investigación publicado en octubre por un diario local, que daba nuevas pistas sobre el caso. Se hizo hasta un documental.
La que fuera la esposa del agente de policía, Judith Boken, reveló al Suffolk Times que el cuerpo de la mujer estaba enterrado en la que fue su antigua casa, dentro de un saco de yute.
“El terrorista se suicidó”
El plácido centro de la ciudad alemana de Münster, de calles intrincadas y concurridas, con sus terrazas al aire libre en las que aprovechar los primeros rayos del sol de primavera, se ha visto golpeado brutalmente este sábado por un conductor que ha embestido una furgoneta contra una multitud.
“Nos han dicho que ha habido un atentado y que debíamos cerrar la tienda. Hemos sacado a la gente y estamos esperando a que la policía nos dé señales, pero ya no vamos a abrir. Han echado a todo el mundo del centro”, dice Gin Lubrisch, empleada de Joyeria Creole.
En los alrededores del suceso, que por ahora ha dejado 4 muertos y más de 30 heridos, según la policía alemana, andaba Uber Duesmann, que dice haber sabido por boca de los agentes que estaban buscando a más de un atacante. “El terrorista se suicidó”, añadió, algo que poco después ha sido confirmado por la policía. Fuentes oficiales todavía no han calificado el suceso como atentado.
El atropello se ha producido en el centro de esta histórica ciudad de 300.000 habitantes del noroeste de Alemania. El vehículo ha arrollado una terraza de un conocido restaurante frecuentado tanto por locales como por turistas.