ALFIL NEGRO
En los noticieros de televisión, pasaron un video en el que se ve a pequeños en un jardín de niños en San Luis Potosí, aprendiendo a reaccionar ante posibles balaceras, tirándose al suelo para protegerse, mientras suenan detonaciones grabadas y ellos cantan la melodía infantil de los elefantes que se columpian en una tela de araña.
La primera reacción es una sonrisa, que conforme ve uno a esos niños aprendiendo métodos para salvar sus vidas, de lo que por desgracia es una constante en muchos lugares de nuestro país, se convierte en preocupación y enojo, por los pocos resultados de una política de seguridad que no acaba de funcionar, y el crecimiento de la violencia con escenas terribles de masacres, asesinatos, desaparecidos y en los últimos días, vehículos incendiados sin que se vea la intervención de los cuerpos de seguridad.
Algo o mucho no camina bien en este renglón.
Pero lo que ejemplifica mejor que nada la situación es que pequeñitos luchen ya de alguna manera por sus vidas, aprendiendo protocolos de salvamento en lugar de estar jugando y soñando en cosas bellas como corresponde a su edad.
No hay nada que justifique a niños con las caritas pegadas al piso, mientras se supone silban las balas sobre sus cabezas en una posibilidad cada vez más probable por como se están dando las cosas.
Se supone que es la edad en la que los niños juegan, se divierten y aprenden a convivir con otros niños, en que descubren los juguetes para divertirse, cantan las rondas infantiles y siembran en su corazón los valores de la amistad y la solidaridad.
¿Cómo decirle a un niño que si no se tira al suelo mientras suenan disparos, puede morir?
Un niño no tiene conciencia todavía de lo que es la muerte y ya se le prepara con estas prácticas para enfrentarla, porque los adultos en los gobiernos no han sido capaces de mantener su mundo infantil por incapacidad, negligencia o necedad.
A los que ya tenemos determinada edad, no recordamos que nos hayan entrenado para saber qué hacer en una balacera, por la sencilla razón de que ayer no las había y de alguna manera los criminales se habían fortalecido y extendido como ahora y porque la autoridad parece que actuaba mejor.
Es un video que no provoca más reacciones porque a los aficionados a las redes sociales les urge más ser parte de un ejército que todos los días pelea con ofensas y agresiones que pueden explicar el clima de violencia que hay en México y que se alienta desde muy temprano.
Por eso no es justo que niñitos que deben ser el rostro de la vida, sean en esta hora el rostro de la muerte, con escenas absurdas de niños que aprenden a conducirse cuando se presenta una balacera.
Mientras en su inocencia cantan “tres elefantes se columpiaban sobre la tela de una araña”.
Niños al fin…
