RELATOS DE VIDA
Después de muchos años de rebeldía, negando la existencia de un ser superior, escondiéndome de los problemas y huyendo de los conflictos en casa, por fin encontré mi propósito en la vida, tal y como me lo habían mencionada desde pequeña – contaba Sagrario a su compañero Santiago con tanto poder de convencimiento, que logró mantenerlo atento a la narración.
Cuando nací me detectaron un soplo en el corazón, desde muy pequeña estuve conectada a tubos esperando crecer más para tener la edad suficiente para poder practicarme una cirugía que me brindara más oportunidades de vida – dijo.
Mi mamá me dijo que por mucho tiempo la angustia era el sentimiento con mayor presencia en su día a día, pues en el hospital en el que estaba, solamente veía a niños que operaban de lo mismo, y salían sin vida, porque la operación no se lograba – continuó transmitiendo el mismo temor que en aquellos momentos presentaba su madre.
Cuando a mí me detectan el soplo tenía menos de un año, y no me podían operar antes porque mi cuerpo era muy pequeño y no iba a resistir, estuve con medicamentos y justamente al año y un día me operan – prosiguió con los antecedentes para probar su teoría de que todos tienen un propósito en la vida.
Un día, mi mamá estaba esperando las medicinas, cuando se le acerca un señor y le preguntó – cuál es tu aflicción – le contó la situación por lo que estaba pasando y en ese momento comenzó a orar y le dijo que todo iba a salir bien, mi madre dice que oró tan bonito, que corrió tras de él para buscarlo, para pedirle que le enseñara a orar pero ya no lo encontró – su relato mantenía aún a su amigo atento.
Dos años después, mi mamá me tenía en brazos y unos judíos se acercaron y le dijeron que Dios tenía un propósito para mí, ésta era la segunda vez que lo mencionaban; después a los 11 años de edad, un pastor se acercó y me dijo – Dios tiene un propósito para ti, vas a salir y escapar, pero al final vas a regresar – contaba con ansiedad por llegar al final de su historia para comprobar que en verdad tenía una misión en este mundo.
Estuve años en rebeldía, me salí de mi casa, pero cuando cumplí 17 años, acudí con un guía espiritual y nuevamente escuché que tenía un propósito, que tenía que descubrirlo, ya eran muchas las señales, así que desde entonces puse más atención a lo que pasaba – prosiguió con un tono de alegría y satisfacción.
Cierto día, un amigo me comenta que iba a salir de viaje con unos amigos, en ese momento tuve una sensación extraña, y solamente le dije, por favor vete con cuidado, hay algo de tu viaje que me causó ansiedad – dijo con preocupación.
Dos horas después recibí una llamada en donde me decía que habían tenido un accidente, que se había volteado en la camioneta, al preguntarle cómo estaba, me respondió que todos estaban bien, y enseguida me llegan una serie de fotografías en donde pude ver que el vehículo quedó totalmente desecho. Ahí fue donde confirmé que en verdad tengo un propósito en la vida, escuchar las penas de las personas que me rodean y alertar sobre posibles situaciones – concluyó segura, de que todos tienen un propósito, aunque no ponen atención a lo que pasa en su vida.