UN OJO AL GATO Y OTRO AL GARABATO

ALFIL NEGRO

El sexenio del gobernador Fayad que inició el cinco de septiembre del 2016 vive ya sus últimos días, menos de siete meses, menos de 200 días, pues en septiembre tiene que rendir protesta el nuevo gobernador electo el cinco de junio de este año, en una elección a la que van tres candidatos: Julio Menchaca de Morena, Carolina Viggiano del PRI y Francisco Xavier de Movimiento Ciudadano.

Ellos representan el futuro del estado en cuanto a gobernador, en un relevo que puede dar la alternancia en Hidalgo o bien la permanencia del PRI en el poder, para llegar en ese caso a los 99 años mandando en Hidalgo.

Si bien el proceso electoral da materia para opiniones diversas, ni duda cabe que lo que pasa en el gabinete de Fayad es todavía más interesante, porque no es lo mismo llegar al poder con toda la fuerza de la lucha en la campaña, con planes y proyectos nuevos que vivir los últimos días del ejercicio del poder, con todo lo que significa incertidumbre y un futuro sin mucha claridad por el momento político que vive el país.

El ambiente del proceso para la candidatura del PRI, que tuvo que dar muchos brincos porque el suelo no estaba tan parejo, parece que dejó dudas en la dirección para remar en este barco extraño en que de pronto se perdieron rumbo y claridad .

Súmele a eso la presencia de Morena con Julio Menchaca, para lograr por primera vez la alternancia, para tener un escenario aproximado de lo que puede estar pasando en el gabinete de Fayad.

Dejemos en claro que el gobierno de Omar ha sido un buen gobierno hasta convertirse en expresión de uno de los mejores gobernadores del país, y sin duda, apoyo fuerte para su partido en esta lucha del poder, siempre  y cuando le dejen actuar.

No es como en otros tiempos cuando ganar la candidatura del PRI era, de hecho, ya ser gobernador.

Ahora es distinto, porque enfrente se tiene  a un rival de mucho peso que es Morena, con el apoyo muy fuerte de la imagen del Presidente.

Y esto parece que provoca dudas en mucha gente, entre ellas la de funcionarios estatales que moverán sus fichas de acuerdo a las certezas que les den los candidatos.

Por eso, más de uno estará con un ojo al gato y otro al garabato, es decir midiendo a los candidatos para poder  decidir si van con melón o con sandía.

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