Un Informe lejos de la demagogia de siempre y de cara al pueblo

NÚMEROS CLAROS

    •    Los rivales del presidente, los opositores y quienes defienden sus posiciones han gastado tinta y papel para tratar de explicar o sacar conjeturas sobre lo que dijo con claridad en su discurso de este domingo


El primer Informe de Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no fue el primero de cara a la nación. No se trató del primer informe del presidente al pueblo de México que lo eligió; no sólo porque cada mañana informa a los mexicanos en sus conferencias de prensa, sino porque se han producido eventos como la celebración del 1 de julio, aniversario en que ganó las elecciones, o como los primeros cien días de su gobierno, fechas en las cuales ha informado el presidente sobre su gestión presidencial, lo cual hicieron del 1 de septiembre su tercer informe, fecha establecida oficialmente para que el titular del ejecutivo presente frente a la Cámara de Diputados, representación popular, su informe anual de gobierno.
A estas alturas se han escrito páginas y páginas en los medios sobre el informe presidencial. Los rivales del presidente, los opositores y quienes defienden sus posiciones han gastado tinta y papel para tratar de explicar o sacar conjeturas sobre lo que dijo con claridad en su discurso de este domingo; pero en realidad el pueblo de México no necesita que le expliquen lo que diáfanamente escuchó, resumiendo lo que todos sabemos gracias a sus conferencias “mañaneras”.
No obstante, del discurso del presidente se puede reflexionar, hacer afirmaciones, cuestionamientos y discrepar. Algunas de las afirmaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador las he traído a esta columna para reflexionar; por ejemplo, no creo que los opositores al presidente estén “moralmente derrotados”; yo creo que están buscando como reagruparse y replanteando el camino que deberán seguir en el futuro, camino que deberá estar muy ligado a un ejercicio de gobierno mucho más transparente que lo que hicieron en el pasado; sobre todo, porque ya no será una elección sino una exigencia del pueblo.
Sin duda alguna, por si aún la oposición al presidente no lo ha entendido, su gobierno “No es más de lo mismo,”. El presidente afirmó en su discurso: “confieso que hemos contado con suerte y estamos llevando a la práctica una transformación profunda”, una transformación que no agrada a todos, pero como lo señaló “Afortunadamente la mayoría de los mexicanos apoya la transformación, están felices, felices, felices”; y definitivamente, en eso no se equivoca el presidente de México, la inmensa mayoría apoya su gobierno hoy y, seguramente, cuando algunos de los políticos corruptos que saquearon al país lleguen a la cárcel, se multiplicará el apoyo.
La lucha contra la corrupción es la bandera del presidente y el estandarte de millones de mexicanos, pero también el apoyo a millones de jóvenes, fuente que ha alimentado al crimen organizado. De aquí la importancia del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, el cual deberá aterrizarse para incorporar a millones de graduados que requieren una oportunidad en su primer empleo; tema sobre el cual el presidente señaló que “hoy en nuestro país están trabajando como aprendices 930 mil jóvenes”; aún una cantidad insuficiente para hacer frente a este reto, de proporcionar empleo a los jóvenes para evitar la tentación de caer en las garras del crimen organizado, que les ofrece una vida fácil y efímera.
El presidente ha reafirmado sus compromisos con los jóvenes, al señalar que “El objetivo es que nadie en México se quede sin oportunidades de estudio o trabajo” y que “Nunca más se les dará la espalda a las y los jóvenes”. Son muchos los obstáculos y las críticas que el presidente deberá vencer para cumplir con ese objetivo, pero algo real es que, por primera vez en nuestro país, existe un compromiso real de apoyar a la juventud fuera de la retórica y la mentira.
Precisamente, sobre los apoyos a los jóvenes, hay que destacar que el presidente informó que “se invertirán 40 mil millones de pesos más en salud”, para garantizar “el derecho a la salud a toda la población”; pero, además “se abrieron 100 universidad públicas y gratuitas, en regiones pobres del país”; “10 millones 90 mil estudiantes en el país reciben becas, algo nunca visto en la historia de México”, informó el presidente; mientras que “3 millones 500 mil estudiantes de media superior reciben becas” y “los niños de las estancias infantiles reciben becas de manera directa, sin intermediarios”, precisó.
Es probable que aún existen millones de personas, incluso dentro del gobierno, que vean este proceso de transformación como algo pasajero que terminará pronto. Pero si aún lo creen así, el presidente de México ha sido claro, “Con lo conseguido en 9 meses, estamos viviendo un cambio de régimen, está en marcha la regeneración de la vida pública del país”, fuera de la corrupción, del tráfico de influencias y de los abusos de poder, porque no hay otra forma de enterrar el viejo sistema basado en el uso del poder para el enriquecimiento personal.
Algo fundamental, duramente cuestionado por la oposición ha sido el tema sobre la inseguridad. Al respecto el presidente señaló que “Se han desplegado 58 mil 600 elementos de la Guardia Nacional” hasta hoy; se comprometió a no descansar “hasta saber el paradero de los jóvenes de Ayotzinapa”; precisando que hoy “se brinda protección a periodistas amenazados, defensores de derechos humanos” y que el “ni el Ejército ni la Marina se han utilizado para reprimir el pueblo”; por lo que no se permitirá “la desaparición de personas, el Estado ha dejado de ser el principal violador de derechos humanos”, señaló el mandatario; pues “el marino y soldado es pueblo uniformado”, sin duda.
Nunca había escuchado un informe de un presidente de cara al pueblo y hablar con la verdad, sabiendo que no lo hacía de manera retórica, ni acuñaba la vieja afirmación de “te lo firmo y te lo cumplo” frente al notario público, porque sólo sirvió para robar aún más al pueblo y engañarlo con falsas reformas infundadas. Este primer informe de gobierno no enterró las esperanzas de millones de mexicanos, sino sirvió para alentarlas y esperar para ver florecer un país nuevo, sin corrupción y seguro.

Related posts