Un Infierno Bonito

EBRIO, NAVAJEÓ A SU PAPÁ
Estaba ebrio y su papá lo zurró, aconsejándole que dejara el vicio. Tanto le estuvo diciendo, que el hijo sacó una navaja y le dijo que se callara el hocico, que ya lo tenía hasta la madre, que no es un niño chiquito para que lo regañara, y le dio de navajazos.

Uu borracho hirió a su padre por una discusión en la colonia Ampliación Rojo Gómez, de Tulancingo. Este fin de semana aconteció el intento de homicidio, alrededor de las 7 de la noche, así lo dijeron los policías y cuerpos de auxilio y rescate.
Atendiendo el reporte del 911, llegaron a la calle del Capulín donde encontraron a Cirilo, de 52 años, sangrando de la entrepierna. Por un pelito y se lo mocha. El hombre les dijo que acababa de tener una fuerte discusión con su hijo Ramiro, de 23 años, quien estaba mucho, pero muy borracho.
Les dijo que su propio hijo mal agradecido, a quien le limpió la cola y lo llevó de la mano a la escuela, por poco lo capa. Les explicó que lo estaba regañando porque ya no trabaja y se dedica a empinar el codo, y le ha de entrar duro a la mamada, pues llega cayéndose. Su agresor sacó de momento una filosa una navaja y con la misma le tiro un golpe al pecho, pero el agraviado se hizo hacia atrás, solo que su alcoholizado vástago por poco y lo capa.
Aunque trató de esquivarlo, no pudo. Estaba decidido a echárselo al plato. El mal hijo, al que su progenitor se agarraba con las dos manos la herida, pues le salía mucha sangre, cobardemente se echó a correr, antes de que llegara la policía.
Aunque había muchos vecinos, nadie le entró al toro, con el miedo de que el alcoholizado hombre los agrediera.
Trasladaron al hospital a la víctima. Los gendarmes le aconsejaron que fuera a interponer formal denuncia penal ante el agente del Ministerio Público, a efecto de se proceda legalmente en contra de su retoño. Pero les respondió que no, que ya le echó la maldición que lo alcanzará más pronto que la policía.

QUISO MATAR A UN PERRO Y SE PEGÓ UN TIRO
Un albañil está luchando a calzón quitado con la muerte, pues se pegó un escopetazo en la barriga. Su arma, como la del conejo Blas, es calibre .22.  Como el hambriento can se comía sus gallinas, para matarlo se subió a la azotea a esperarlo como francotirador.
El trabajador de la construcción por un pelito se va de pura chirimoya al vacío, y se encuentra muy grave. German Martínez, de 26 años, originario de la comunidad de San Tecomatlán, Veracruz, ante el agente del Ministerio Público, declaró que el fin de semana se subió a la azotea para darle un balazo a media madre a un perro grande y negro, que se ha estado comiendo sus gallinas.
Se subió lo necesario para esperarlo con calma, estuvo ensayando con su rifle, cómo lo iba a matar; formó una trinchera con tabiques, para dispararle al animal. Cuando todo estaba listo, comenzaba a oscurecer, pero con la luz de la luna se veía muy bien el gallinero.
Se empinó unas cervezas mientras llegaba el animal. Transcurrieron las horas y el perro no parecía. De pronto se vino un fuerte aguacero que lo dejó todo mojado, quedando como chilaquil, y, por esta vez, le perdonó la vida al perro.
Se bajó de la azotea y como estaba medio briago, se resbaló y por un pelito de rana se va de cuernos. La que se le cayó fue la escopeta, que al llegar al suelo, se disparó pegándole el balazo en el abdomen.
Sintió fuertes dolores por las tripas, y vio que le salió mucho mole. Se espantó y gritó a todo pulmón, pidiendo auxilio a sus familiares, que lo ayudaron a bajar al verlo que estaba muy mal herido,
Se lo llevaron al Centro de Salud de Huayacocotla, donde nadie lo pudo atender, y mirándolo que estaba haciendo sus ojos de borrego a medio morir, lo trajeron en una camioneta, al Hospital General de Pachuca.
Le cosieron el agujero y lo reportan delicado. Dijo a su vieja y sus hijos que le iba a pedir a Dios que lo salvara para darle en la madre al perro, que él era el culpable de su desgracia.

ATACÓ A DOS NIÑAS
Le dieron prisión preventiva, acusado por delitos sexuales. Quedó encerrado en el bote por dos años y cuatro meses, para el cierre de la investigación, así lo ordenó un juez en contra del sujeto que abusó de dos hermanitas de 4 y 6 años.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo, al informar lo anterior, indicó que a través de la Subprocuraduría de los Derechos Humanos y Servicios a la Comunidad, acreditó la probable responsabilidad de un hombre por violación y abuso sexual en agravio de dos menores, en el municipio de Mineral de la Reforma.
Los hechos, el pasado mes de diciembre, ocurrieron en  la colonia Portezuelo, cuando la madre de las víctimas las dejó bajo cuidado de unos familiares.
La denunciante conoció los hechos debido a que sus hijas le comentaron que el hombre, identificado con las iniciales H.A.C. R., las había lastimado al tocarlas.
Por ello solicitó la intervención de los elementos policíacos, quienes detuvieron al imputado para ponerlo a disposición del Ministerio Público.
Con la denuncia de la madre de las víctimas, se inició la carpeta de investigación y el acusado fue turnado ante un juez, quien calificó de legal su detención.
Posteriormente la representación social, contando con los medios probatorios, hizo la acusación formal en contra del ahora preso.
El 18 de diciembre se llevó a cabo la audiencia en la que el MP expuso sus argumentos, con lo que logró que el juez otorgara la vinculación a proceso del imputado por el delito de violación y abuso sexual, además impuso como medida cautelar prisión preventiva por dos años y otorgó un plazo de cuatro meses para la investigación complementaria.

MOTOCICLISTA SALIÓ DISPARADO COMO EL HOMBRE BALA
Fue atropellado por un automóvil y ahora en chofer no quiere pagar, por eso lo demandó penalmente. Con fractura de la pata derecha y otras lesiones que lo obligan a caminar como cangrejo, resultó un repartidor de tortillas, de nombre José Juan Aparicio, de 21 años.
El aparatoso accidente ocurrió en Tulancingo, al finalizar la calle de San Luis, en la colonia Industrial, el sábado pasado. Brincando como chapulín, llegó ante el Ministerio Público para rajar leña, pues el que lo madreó no quiere pagarle sus gastos médicos.
Dijo que, muy temprano, comenzó a repartir las tortillas a bordo de su caballo de acero, cuando de momento le salió el coche Nissan tipo Altima, y del madrazo salió disparado rumbo al cielo, dio dos maromas con un salto mortal, y cayó de ranazo en el pavimento, que hasta levantó el polvo.
Se bajó el chofer, lo vio que se movía como gusano de tomate, pero no lo levantó, sólo le dijo que iba a dejar a sus hijos a la escuela y que regresaba para llevarlo al mejor sanatorio, pero nunca regresó.
Quedó tirado con los brazos en cruz, como una hora, y nadie se acomedía a levantarlo, hasta que pasó un vecino que lo conoce y le dijo que se subiera en su coche para buscar al que lo atropelló. Anduvieron por toda la colonia sin encontrarlo, y mejor lo llevó ante el Ministerio Público.
Dijo que a una cuadra de donde se encuentran las autoridades, estaba estacionado el automóvil que se lo llevó de corbata. Preguntó quién era el dueño de ese auto, y le dijeron que de un señor que se llama Apolinar.
La persona que le dio ese nombre le aseguró que lo conoce, y le prestó su celular para que lo llamara. Le respondió el sujeto que no se preocupe, que él pagaría todo los daños de su persona y de la motocicleta, que quedó toda desmadrada, lista para que cuando pasara el carro de la basura se la llevara.
José Juan se dirigió al Hospital General de aquella ciudad, donde le enyesaron la pata y el tobillo. Le dijeron los matasanos que tenía un fisura.
La mamá del desmadrado se la aventó de detective y anduvo buscando al responsable conductor para que se cayera cadáver con una lana para los gastos de su hijo. Lo encontró y le dijo Apolinar que él no tuvo la culpa, que iba a dejar a sus hijos a la escuela cuando de momento vio al tortillero, que corría como el escuadrón de motociclistas, y por mas que frenó no pudo evitar atropellarlo.
Le pegó a la moto y el muchacho salió disparado como el Hombre Bala. Y para que se ayudara le dio 300 pesos. José Juan dijo que no marche, si tan solo ha gastado mil 500 pesos en sus curaciones, más la arreglada de su moto. Los 300 pesos que le dio son los de las tortillas, que quedaron regadas.

SE LLEVARON AL BOTE A UNA PERVERTIDORA
Una mujer que le hacía a todo, pues era pervertidora de menores en la colonia La Providencia, en Mineral de la Reforma, fue detenida por la Policía Estatal y puesta a disposición del Ministerio Público, acusada de inducir al vicio a menores con inhalantes, PVC y marihuana, además de darles de chupar.
Sheila Maite Lira, de 18 primaveras, fue sorprendida con las manos en la masa afuera de su domicilio, en las calles de Santo Tomás y Santa Montserrat, en la colonia Providencia.
Los elementos de Fuerza de Tarea dijeron en su informe que hacían su recorrido por el sector cuando vieron a la mujer acompañada de cuatro menores (dos hombres y dos mujeres), ingiriendo bebidas espirituosas y dándose las tres con mota.
Al ser detenidos los jovencitos, dijeron que iban a esa vivienda de manera permanente, junto con otros adolescentes. La señorita Sheila les ofrecía solventes para que se drogaran.
Comentaron que se siente bien padre. Andaban como si volaran, y muy fuertes como Superman. Por eso visitaban a la chica viciosa. Pero ya está siendo procesada. Los padres de los menores que fueron detenidos, llegaron a la barandilla, ver qué pes con sus hijos, y las autoridades les jalaron las orejas para que les pusieran más atención a sus cachorros. Que no le hagan caso a Zedillo, porque la marihuana no se va a legalizar.

SE DIO UN RANAZO Y MURIÓ
Accidentalmente se resbaló en las escaleras y “fuera abajo”, se pegó en la cholla. Trágico fin tuvo una señora a causa de una caída. Pese a los esfuerzos de sus familiares y de varios médicos, no pudieron salvarla.
Se llamaba María Nieves Olvera Olguín, de 54 años, vecina de avenida Reforma Sur  8, en el municipio de Progreso de Obregón.
Omar Morales, padre de la finada, al hacer el reconocimiento de cadáver en el Hospital General de Pachuca, dio cuenta de lo que sucedió en su casa.
María se resbaló y se cayó de pura cabeza, y no se pudo salvar. Se quejan de que en ese municipio no hay ambulancia. Los vecinos la trasladaron en una camioneta. Tras revisarla en una clínica particular de ese poblado, dijeron que no tenían los aparatos necesarios, y la mandaron a Pachuca.
La transportaron en la misma unidad,  a la Clínica del Seguro Social donde, lamentablemente, murió.
El agente del Ministerio Público dio fe del cadáver y van a averiguar para saber las causas de su muerte. Le contestaron que la causa fue de que no hay ambulancia. Y pidieron la entrega del cadáver para darle cristiana sepultura.

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