LE DIERON UN BUEN MADRAZO
Una chamaca de 13 años se salvó de chiripada, de ser apachurrada por un coche en la calle Fernández de Elizarde; del golpe que le dieron, saltó y echó maromas en el aire cayendo de ranazo, provocándole lesiones leves, quién sabe por dentro, y se la llevaron a un hospital.
Los testigos mencionaron que la menor se atravesó la calle sin fijarse de un lado a otro. Un coche Ford Escort gris, MWM- 67-13, corría como lo hacen todos en Pachuca, de momento, freno, pero ya la niña Sarai, andaba en el aire.
El conductor, Sergio, de 40 años, se bajó espantado, para ver a la jovencita que se retorcía de dolor. Estaba tirada en la acera. Varias personas se acercaron a ver qué le había pasado y al mismo tiempo, se pusieron enfrente del auto para que no se pelara, y se solicitó ayuda al 911.
Llegaron los uniformados de la Municipal de Pachuca (tierra de baches y basura), así como el personal de bomberos. Le dieron los primeros auxilios médicos a Sarai. Pero, como vieron que tenía lesiones leves, la llevaron al Seguro Social,en lugar de llevarla a una clínica particular, y no dejar ir al chofer hasta que supieran que era lo que tenía, porque luego tienen secuelas graves.
El conductor dijo que iba a vuelta de rueda, momento en que salió la niña y “chocó” con su carro. Lo llevaron ante las autoridades para deslindar responsabilidades.
Me he cansado de decirlo, lo que deben enseñar a los policías, a Protección Civil, Cruz Roja, Bomberos y otros cuerpos de rescate, es que, en cualquier accidente que sufran los usuarios de las combis colectivas, los heridos, con lesiones leves o graves, deberán ser llevados a una clínica particular, por el seguro del viajero.
En este caso, por mucho que la niña andaba comiendo moscas y se atravesó, el culpable es el chofer. En las calles se debe de conducir como lo indican las señales de tránsito.
De lo contrario llevan al herido al Hospital General y ahí se queda, si sus heridas son graves, y los familiares tienen que pagar la responsiva.
En este caso llevan a la lesionada al Seguro Social. Si al derechohabiente no lo atienden, que se espera una que no está asegurada. Para esos están las autoridades.
El chofer que atropella debe ser detenido hasta que la salud de la víctima esté bien. Se deben de tomar radiografías y hablar con sus familiares.
Esto es para que los gendarmes hagan su trabajo bien con la humanidad, no nada más es de recogerles la licencia o tarjeta de circulación. Y los dejan que se vayan.
Cuando los familiares van al Seguro, aI ISSSTE o al Hospital General, ahí los dejan. Llaman a los familiares y les dicen que se lo pueden llevar, o que compren los medicamentos que necesita.
En el Seguro o el ISSSTE los reciben, pero al ver que no son derechohabientes les dicen que no tienen nada, o no los atienden.
Los lesionados se aburren y se salen. En estos casos al culpable se le debe de aplicar la Ley de Herodes.
Yo fui socorrista de la Cruz Roja, y les voy decir cuál es su función que realizan, para que nos demos una idea el por qué es necesario que en un accidente automovilístico se tiene que mandar al lesionado, que es por ley, a un sanitario particular.
El socorrista está preparado para realizar sus funciones como tal, porque al estar en la institución se le manda a la escuela de socorrismo y está preparado para realizar cualquier tipo de lesiones Llega al lugar y, con mucho cuidado, suben al lesionado a la ambulancia, adentro va vigilado que esté bien y no bote por los topes o los baches.
Llega al Hospital General, se entrega el lesionado, lo dejan en la cama o lugar donde le indican, le firman el informe y el lesionado se queda en las manos de los médicos y la administración del nosocomio. Llaman a sus familiares, les dicen el grado en que se encuentran y comienza a pedirles los medicamentos que se necesitan; sangre, radiografías, y el que ocasionó la lesión se lo llevan ante el Ministerio Público, paga una fianza y se va muy quitado de la pena.
Muchas veces quedan marcados por el accidente: rengos, les cortan alguna extremidad, y quién es el que paga el pato, las familias.
El culpable quién sabe quién es, pero no pagó nada. Y esto es por culpa de las autoridades. Si por fortuna llegan a detener al chofer que machuco y atropello, tenerlo hasta que se dicte la gravedad, él tiene que pagar los daños que causó, físicos y morales.
Cuántas gentes no han quedado lisiadas, porque el chofer se dio a la fuga o no saben quién fue. O, si saben, ya pagó una multa, pero falta con la sociedad.
Si lo llevan al Seguro Social, como no es derechohabiente, lo atienden hasta que se les antoja y luego lo dan de alta. No les pagan incapacidad porque no fue accidente de trabajo.
Lo mismo pasa con el ISSSTE. Y ya no les digo más porque con esto es suficiente.
Lo que sí tengo que recordarles es que cuando haya algún accidente en combis del servicio público, como choque, atropellamiento, que los lleven a una clínica particular, porque es el seguro del viajero.
El atropellamiento, si agarraron al culpable, los familiares hablaron con el chofer y la policía, junto con el ministerio público, que los lleven a un sanatorio particular y que detengan al culpable hasta que el médico haga un diagnóstico, si no tendrá secuelas más adelante. Y, sobre todo, que pague el internamiento.
LA POLICÍA AGARRÓ A DOS VALIENTES
Un borracho se presentó a la casa de su ex esposa para pedirle una segunda oportunidad de vivir con ella porque la extrañaba mucho y, de paso, iba a ver a sus hijos porque los extraña.
Le dijo que el perdón en el agua con que se apaga los incendios del alma. Pero ella se sentó en su macho y le dijo que se fuera y le cantó las golondrinas.
Al sentirse humillado, se puso como el Hombre Verde. Le salían chispas de los ojos y baba por el hocico. Comenzó a gruñir como el diablo. Quebró los vidrios, se metió por la ventana y sin piedad golpeó a la señora, noqueándola en el primer round.
Como la vio que estaba tirada y no se movía, le dio una patadas y se salió echándole mentadas y se quiso desquitar con un transeúnte que de chiripada pasaba por el lugar. Le tiró un campanazo que si no se agacha, le pasa lo que al perico.
Al cuarto para las 9 de la noche, a los gendarmes que estaban patrullando por la colonia Mineral de la Reforma les llegó el pitazo, que se trasladaran de volada al fraccionamiento El Saucillo, que había una riña de pelos.
Al llegar al sitio donde les dijeron estaba un hombre descalzo, sin playera y bien borracho. Les pregunto a lo policías qué Pez.
En ese momento salió de su domicilio una mujer llorando, toda greñuda y sangraba de la nariz, y tenía un chipote en la frente. Les dijo la mujer que ese hombre era su ex pareja, que se llama Benjamín. Llegó como corderito pidiéndole perdón a ella ya sus hijos porque se siente muy solo y que la quiere mucho, que le diera champú de vivir de nuevo con ella.
La señora se amarró su calzón y le dijo que no, pero al verlo que lloraba como niño chiquito, se le movió el corazón y lo dejó entrar. Cuando dio un paso hacia adentro se le fue a madrazos y le dio un cabezazo que la mandó de nalgas al suelo, provocándole una hemorragia en la nariz, que parecía gallito de agua.
La señora al ver que no pudo hacer nada y la podía matar, se hizo la muertita. En ese momento llegó un vecino y dijo la mujer de Benjamín que cuando le estaba pegando, la señora cerró la puerta y llamo a la policía; sin embargo, ya se le había metido el diablo, pues se quería meter a huevo.
Quebró los vidrios de las ventanas, y fue cuando llegó la policía, que se lo llevó a las mazmorras y como estaba muy borracho e insultaba a todo mundo, lo metieron a un calabozo.
Llegaron los de Protección Civil y revisaron a la mujer de Benjamín, diciendo que sólo eran los golpes que le dio, pero no eran graves. La señora levantó el acta para que le aplicaran la Ley de Herodes.
OTRO LOCO QUE SE LE BOTÓ LA CUICA
Un sujeto se le fue encima a su ex vieja dándole hasta debajo de la lengua. No dejaba de aventarle de madrazos. Llegaron los policías y delante de ellos se la volvió a sonar. Y les dijo que a ellos qué les importa, que era mejor que se largaran o corrían la misma suerte.
Pero les voy a contar cómo sucedió. Los gendarmes recibieron un llamado urgente, que estaban matando a una mujer en un domicilio del fraccionamiento Real de Toledo, del municipio del Mineral de la Reforma.
Dijo la mujer que el hombre la amenazaba enseñando el puño cerrado delante de los uniformados, que cuando llegaron ya la tenía en cuerdas.
Comentó la señora que todo estaba tranquilo por la noche, de momento tocaron a la puerta, ella abrió y se llevó una sorpresa: era su ex marido que la sacó de las greñas y le dio hasta con la cubeta.
Refirió que es un hombre muy violento. Tiene 40 años de edad, es borracho, parrandero y jugador. Cuando sintió el rigor de los golpes, llamó a la policía. Cuando llegaron la tenia agarrada de la cabeza, dándole de golpes que sonaba como bote viejo.
Dijo que gritó a todo pulmón, que la ayudaran, pero sus vecinos no salieron porque en ese fraccionamiento, todas las noches, sale La Llorona. Se lo llevaron y quedó a disposición del ministerio público, por los delitos que resulten.
LOS DELINCUENTES SIGUEN ENFERMOS
Por eso no salen de las farmacias. Ya saben adónde está el pan, y aprovechan la falta de seguridad. Para ellos robar una Farmacia Guadalajara es pan comido.
El más reciente asalto ocurrió en el fraccionamiento Villas del Álamo, en la avenida del Encino, del municipio del Mineral de la Reforma.
Llegó un tipo usando babero como si se tratara de un comerciante, esperó a que todos estuvieran descuidados y le llegó a la cajera enseñándole la pistola.
Ella saltó los ojos, y más cuando le dijo “dame todo el dinero de la caja o aquí te mueres”. La temerosa empleada abrió la caja registradora y le dio 4 mil bolas.
Se salió como si nada hubiera ocurrido. Fue cuando salieron los empleados de abajo del mostrador, y llamaron a los gendarmes por medio del 911.
En menos que lo cuento, llegó un escuadrón de gendarmes a pata y otros en su cuatrimotor. Se entrevistaron con la víctima, que casi chillaba de los nervios.
Dijo que estaba haciendo cuentas cuando entró un señor con un mandil, no sabe si era de su vieja o de su madre, pero sacó una pistola y amenazó con echársela al plato.
Llegaron otros uniformados porque la noticia anduvo como reguero de pólvora. Peinaron la zona y salieron hechos la mocha a buscar a quien llevara puesto un mandil de lona, que era la única pista.
Después había un jaloneo dentro de la carnicería “El Cochinito” porque se querían llevar al bote a huevo al carnicero.
Llevaron a la mujer para estar más seguros, para que lo identificara. Y dijo que él no fue. Que el asaltante era un señor flaco, greñudo, y no estaba panzón mi pelón.
Llegaron más unos informados y le dijeron a la víctima que contara bien el dinero; cuánto le habían robado. Y que después fuera al ministerio público a levantar el acta.