SU QUERIDA LE DIO EN LA MADRE
Ni ganas le dieron a un machín de hablar. Caro le costó darle de madrazos a su querida. Ésta se armó de valor y se le fue encima; le puso una madriza que por poco lo manda al otro mundo.
Él la había agarrado de costal. Cada que llegaba briago a su casa, para que le tuviera temor, la apantallaba con un cuchillo, y le advertía que le iba a sacar el menudo.
Pero esta vez la mujer se le adelantó con el cuchillo, y se lo clavó por las nalgas y la barriga. Aparte de que le rajó toda la madre, lo arrastró de una pata y lo sacó a la calle.
El ataque fue denunciado por una señora que se llama Rosa García. Se presentó en el Ministerio Público, adscrito en Ciudad Sahagún.
Relató que su hermano Sergio García fue lesionado con arma blanca por parte de una vieja con quien mantenía relaciones sentimentales, por lo que se encuentra grave en el Seguro Social de aquella localidad.
Mandaron a los agentes para que investigaran por qué se lo quería echar al plato. Lo primero que hicieron fue ir a ver al herido, con la esperanza de que lo encontraran vivo, y no se fuera con el secreto de cómo lo había madreado.
Declaró el agraviado que la que lo madreó fue su amante, María del Rosario Hernández, de 20 años. Dijo que no se lo esperaba.
Llegó a su domicilio, ubicado en lote 11, manzana 13, de la colonia Palmillas. Como no había llegado el día anterior, al verlo, de repente se puso como agua para pelar pollos, y se le fue a madrazos.
Le clavó un cuchillo en la retaguardia, causándole una hemorragia que no podían parar. Parecía una fuga de agua, de las muchas que tenemos en Pachuca. Y por eso está a punto de irse al Valle de las Calacas.
Con tales acusaciones, los policías, vestidos de civil, fueron a buscar a la mujer con mucho cuidado, no les fuera a pasar lo mismo. Pero resultó una blanca palomita.
Explicó que su “señor” llegó muy salsa a su domicilio, bien briago, dándole de patadas a la puerta, queriéndola tumbar, gritando puras majaderías, amenazándola que la iba a madrear, que ya no la quería, que ya tenía otra nalga.
Ella decidió no abrirle la puerta y dejarlo como loco en la calle. Él trató de brincarse y quebró los vidrios. Se metió y la insultó, tratando de agarrarla de las greñas para soltarle un derechazo en la cara.
Sus primeras intenciones le fallaron, pero luego lo logró. Le propinó de golpes por donde le cayeran. Y fue entonces cuando se le enfrentó y cruzaron una bola de madrazos.
Como la fémina estaba perdiendo, se metió en la cocina y sacó un cuchillo y se la clavó en la cola. Por eso se quedó quieto.
Sentenció que ya la tenía hasta la madre. Cada que llegaba borracho, le pegaba como si fuera su vieja. Le decía de cosas, insultándola, pero nunca lo denunció por miedo a represalias.
Se vio obligada a hacer lo que hizo. Y que no se arrepiente. Lo volvería a hacer con mucho gusto, pues es muy borracho.
Siempre que se le antojaba, la tomaba por la fuerza, hasta que se cansó. Llegó al límite y le partió la madre. Los agentes policíacos no tuvieron compasión de la mujer. La pusieron a disposición del MP para que le diera un castigo porque por poco y mata a su amante.
ALARMA POR TANTOS ROBOS
Ante la deficiente labor de los policías, los saqueadores no dejan de hacer de las suyas en Pachuca.
Pero, según dicen a grandes voces los directores de seguridad, que la delincuencia está terminada.
En Tulancingo, le cayeron los ladrones en la casa de Juan José, quien salió a trabajar de su domicilio, por la mañana, el pasado fin de semana.
De regreso en su morada, situada en la calzada Hidalgo 15, por poco da el mulazo al ver que las chapas estaban forzadas.
Le volaron dos televisores, un aparato DVD, tres celulares y 20 mil varos en efectivo. Interpuso formal denuncia, a ver si de chiripa le dan seguimiento o la archivan.
UN ROBO MÁS EN LA FRANCISCO VILLA
Blanca García está que no le calienta ni el sol, después que saquearon su vivienda, ubicada en la calle Nicolás Bravo 201, colonia Pancho Villa. Comentó que mientras salió a trabajar en una escuela, los méndigos ladrones se dieron vuelo llevándose sus pertenencias.
Se apoderaron de dos celulares, cuatro boletas de empeño y sus ahorros, así como ropa. Del coraje, por poco se muere.
Al día siguiente encontró a una mujer que iba acompañado de un hombre, la cual llevaba uno de sus suéteres. Llamó a un policía y le dijo que la detuviera y que la revisara porque a lo mejor llevaba puestos sus calzones que también le robaron.
HURTARON MOTONETA
El profesor Rafael Vargas también fue víctima de los amantes de lo ajeno. Ahora tendrá que ir a la escuela a golpe de calcetín, ya que le robaron su motoneta Vento, modelo 2006, negro y rojo.
Precisó que llegó después de dar su clase y la dejó un rato, afuera de su casa, en la calle Adolfo López Mateos, colonia La Herradura, en Cuautepec.
Volvió a salir luego, por la tarde, y la dejó en el patio. Se le olvidó poner el candado en la reja. Al día siguiente que la buscó, ya no estaba.
El maestro pide que busquen a los ladrones porque su escuela está muy lejos de su casa, y se la tendrá que aventar a pata. A ver si no le cierran la puerta por llegar tarde.
JOVEN ASALTADA
Una estudiante universitaria, en Pachuca, denunció que fue asaltada por una vieja.
Cuando iba caminando, le dio un madrazo en el lomo, que la mandó de cuernos y le quitó su teléfono celular, para luego correr por la iglesia de San Francisco.
Nataly declaró que la tarde de ayer, como a las 5, se le antojó un paste de los que venden en los portales de la Plaza Juárez.
Cuando caminaba saboreando el tradicional paste de papa, se dio cuenta que la seguía una mujer, por lo que se sentó en el Jardín del Arte.
Cuando, de momento, recibió un madrazo en el lomo que la hizo caer al suelo.
Le quitó su celular, que tiene un valor de más de 5 mil chuchos. Ni tiempo le dio gritar, pues tenía la boca llena. Fue a interponer su demanda.
DESVALIJADA EN COLECTIVA
A Carolina Martínez le robaron en una camioneta colectiva.
Comentó amargamente, que ya nunca más volverá a viajar en una pesera guajolotera de la ruta Bosques del Peñar, pues volando volando, pican.
En un descuido de su parte, le volaron una computadora portátil. Aparte de que son caras, guardaba información importante.
Se percató cuando iba a pagar. Junto a ella iba un cuate mal encarado, que se bajó en el puente del PRI-Chacón. Pide a la policía que encuentren al ladrón, pues a ella le puede costar el trabajo.
SIGUE LA MATA DANDO
Un solitario ladrón, de unos 40 años, irrumpió en un establecimiento con pistola en mano, en la avenida Universidad 100, colonia Felipe Ángeles.
A la empleada se le hicieron los ojos cuadrados, y estuvo a punto de desmayarse, cuando el delincuente le apuntó con el arma y le exigió todo el dinero. La dependiente, espantada, le entregó el producto de las ventas del día.
El malandrín, antes de irse, le pidió una bolsa de plástico para echar el botín. Marisol le dio una mediana, pero el pillo le dijo que ahí no cabían las cosas, que le diera una más grande.
A empujones, la metió al baño, la amarró y le ordenó que no saliera por lo menos en 15 minutos, después de que él se fuera. La recargó en la pared. Que cerrara los ojos y comenzara a contar.
Maribel contó hasta mil, y salió a pedir auxilio a la policía. Aunque peinaron la zona, no encontraron ni rastro del asaltante.
ROBÓ Y LE DIO PARA SUS TUNAS A SU VIEJA
Agentes de de la Coordinación de Investigación del grupo Huichapan agarraron a una ladrón que se metió a la casa de su ex esposa y al mismo tiempo abusó de ella.
Su nombre es Jesús Velásquez Castañeda, de 40 años. Pese a estar divorciados desde hace 10 años, cuando a él se le antoja va a su casa, la madrea, se la empina y le roba sus cosas.
Pero esta vez que ella se quejó, lo atraparon. Está acusado por robo, violación y amenazas de muerte en perjuicio de su ex mujer, quien radica en la comunidad de San Bartolo Ozocalpan, municipio de Chapantongo.
OTRO ATRACO VIOLENTO
Manuel Hernández, acomodador de coches, salió de chambiar y se fue a comer unos tacos al pastor. Cuando se dirigía a su casa, en la colonia Felipe Ángeles, fue atacado por una pareja, hombre y mujer, quienes lo madrearon, lo jalaron de las greñas, le pegaron de patadas en el estómago, sacándole los tacos que se había comido.
Después lo levantaron y le exigieron que les diera el dinero que llevaba. Manuel metió mano a su bolsa y les entregó 350 pesos, que era lo que llevaba.
Los atracadores se molestaron porque estaba tan jodido, y le dieron otra madriza para que entienda que cuando pase por ese lugar debe de llevar arriba de mil pesos.
Lo dejaron tirado. La mujer le dio una patada en la cola. Ahí se quedó por mucho tiempo.
La gente que lo veía tirado, pensaba que se le había dormido el caballo y estaba borracho.
Hasta que pasó un viejito y, con trabajos, lo levantó. Pidió ayuda a la Cruz Roja.
Pide a las autoridades que agarren a los malhechores.
ASALTAN CON NAVAJA EN MANO
Al grito de “Este es un asalto”, dos delincuentes, con navaja en mano, sometieron al dueño de un café internet, en la colonia Los Pinos.
Ernesto atendía su negocio, que se encuentra en la calle Tulia 300, esquina Magisterio Sur. Eran las 5 de la tarde cuando entraron dos sujetos de aspecto juvenil.
Ernesto, amablemente, los atendió como lo hace con sus clientes. De momento, uno de ellos sacó una navaja 007. Se la puso en el cuello.
Le ordenaron que se volteara. Ernesto no hizo caso. Los veía con malas intenciones.
Uno de ellos lo volteó a huevo, y con el brazo izquierdo, le apretó el gañote. Le exigieron las llaves del coche. Les dijo que no las tenía.
Le metieron la mano en la bolsa y le quitaron su teléfono celular. Luego le dijeron que se metiera al baño. Pero ya le había ganado. De todos modos, lo metieron y lo encerraron.
Ahí permaneció por unas horas. Cuando ya no escuchó nada, con trabajos quitó la cerradura. Abrió. Y ya le habían dado en la madre con 2 computadoras, una de 8 mil y la otra de 13 mil.
Se llevaron un celular de 2 mil pesos y un scanner de mil 700 chuchos. Muy triste, llamó a la policía preventiva. Peinaron la zona, y luego del rastreo, no encontraron a los malandrines.
El agraviado comerciante acudió a denunciar los hechos. Suplicó a las autoridades que, por favor, le echaran ganas.
Lo habían dejado en la calle. Se llevaron todo lo que había invertido en su negocio.
Y preguntó que adónde podía ver a los jefes de la policía para decirles lo que ustedes se imaginan. No tiene miedo de que le echen unos años de cárcel, pero vale la pena mentárselas.