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Un Infierno Bonito

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UNA MUJER GRITABA A LOS 4 VIENTOS
“No es posible que nuestras autoridades actúen con  prepotencia, abuso de autoridad, y sin el más mínimo respeto a los derechos humanos”.

La señora no dejaba de gritar, y parecía disco rayado repitiendo lo mismo. La gente se la quedaba mirando. Y más los del municipio, de Singuilucan.
Cuando les mentaba la madre, los que la escucharon, dijeron “de seguro la agarraron los agentes de investigación de Tulancingo, que habían cumplido una orden de aprehensión”
La señora Clara Ortiz Duarte, vecina de la comunidad de Las Palomas, perteneciente a ese municipio, mostraba las huellas que le habían dejado en su cuerpo por la agresión física que sufrió a manos de de los elementos de la mencionada cooperación.
“Miren cómo tengo los brazos, las piernas y parte del pulmón. Me golpearon esos infelices. Y si quieren me bajó los calzones para que vean cómo me agarraron a patadas”.
Dijo que el día en que la pescaron detenida, los agentes investigadores “Me trataron peor que un criminal, pero le pido a Dios que los castigue por encajosos”.
Relató que el día 27 de julio del año en curso, se encontraba con algunos de sus familiares en el auditorio del pueblo donde esperaba recibir el apoyo económico del programa federal “Prospera”, al igual que decenas de personas en el mismo lugar.
Mientras le tocaba su turno, dijo la afectada que se dirigió al baño y cuando estaba pujando, de momento escuchó un alboroto.
Varios sujetos, sin identificarse, abrieron la puerta del baño. Estaba con la cola de fuera porque todavía no acababa. Así la sacaron a empujones.
Pero al ver que no caminaba, sino que iba arrastrando las patas, la agarraron uno de cada brazo, y la jalaron. Como pudo, se subió los calzones.
Y comenzaron a golpearla, subiéndola a una de las camionetas cerradas, donde viajaban más de 10 agentes, que también la madrearon.
Las personas que estaban en el lugar trataron de ayudarla. Ella pensó que la iban a violar, pues la tiraron en el piso de la camioneta. Y todo el tiempo, de Singuilucan a Tulancingo, iba con las piernas cruzadas.
Los uniformados también se pasaron de lanza, pues la golpearon y jalaron de las greñas, aparte de que le propinaban de puntapiés.
Ella no podía hacer nada, pues iba esposada. Sólo esperaba que alguno de los desgraciados le leyera sus derechos como corresponde al Nuevo Sistema de Justicia Penal.
Con lo que, claramente, no le respetaron sus derechos ciudadanos. También la regaron porque cuando llegó todavía le dieron una patada en la cola, que hasta se le salió el aire.
La pasaron con el médico legista, que en ningún momento hizo su trabajo como debe de ser. Porque no la revisó y no señaló en el certificado médico que iba toda moreteada.
La señora no sabía por qué se la habían llevado. Y luego la trasladaron al Centro de Readaptación Social de esa misma ciudad, donde le tomaron su declaración y permaneció encerrada 3 días.
Ella estaba preocupada de que la fueran a embarrar como cómplice del ex director de Radio y Televisión acusado del robo 78 millones de pesos. Pero dijo que no lo conoce, que sabe, y ha leído en el periódico, que su cómplice fue Paco Olvera. Pero ella no tiene vela en el entierro.
Miles de pensamientos le llegaron en su cabeza por los madrazos que le habían dado. Pero todavía no le daba al clavo por qué se la llevaron. Y en el momento que estaba como el Tigre de Santa Julia.
Hasta que sus familiares, tampoco sabe cómo le hicieron pero pagaron una multa de 110 mil chuchos para recuperar su libertad.
La víctima sabía, y reconoció, que había un proceso legal en su contra por el cobro de un adeudo, mediante un pagaré, que un abogado del diablo hizo efectivo a través de las autoridades de la Procuración de Justicia.
No descarta que haya habido conflicto de intereses, de quien dio la orden de aprehensión, que nunca le fue mostrada físicamente. Por eso fue a poner su queja ante los Derechos Humanos, por el mal trato físico y psicológico, el daño moral que le ha generado.
Y consta que los mismos encargados de “Prospera” atestiguaron los hechos ocurridos. Pide al gobernador y al procurador que tomen cartas en el asunto.

FUE ESPANTOSA SU MUERTE
Un motociclista llevaba a una mujer atrás. Se cayeron de la moto. Y como pasan muchos coches, no se pararon y los apachurraron, dejándolos embarrados en la carretera.
Espantosa muerte encontró una pareja, ya que les pasaron muchos carros encima.
Las autoridades policíacas suponen que un vehículo los alcanzó en la carretera federal México-Pachuca, a la altura del puente de El Mapa, municipio de Tizayuca. O bien, existe la posibilidad de que al tomar una curva, al motociclista le agarró la mano el chango y se cayeron.
Se informó que el sábado pasado fue reportado por el 911, que en la carretera México-Pachuca, límites con el Estado de México, se encontraba dos personas tendidas.
Al llegar los uniformados de la delegación de Tizayuca, hallaron una motocicleta marca Yamaha, negro con blanco, tirada. Al igual que restos de un hombre y una mujer.
Pero era carne embarrada en el asfalto. A unos cuantos metros estaba una botas de mujer y unos zapatos de hombre, además de credenciales con los nombres de Juan Carlos Torres Guzmán, con domicilio en cerrada de Maldonado, barrio de San Bernardo, Estado de México. Así como Yuri López Reyes, domiciliada en calle Arat, municipio de Tizayuca.

ESTO DA GUSTO SABERLO
La Procuraduría General del Estado de Hidalgo, a través de los agentes comisionados en Ciudad Sahagún, aseguró en los municipios de Tepeapulco y Tlanalapa, 5 camionetas que eran utilizadas para el traslado de gasolina robada en los ductos de Pemex.
Los agentes investigadores encontraron una camioneta cargada de hidrocarburo en la calle Francisco Márquez, colonia Piedras Negras. Se dieron cuenta que estaba abandonada la unidad GMC, tipo Sierra, color negro.
Al verla los agentes se pusieron en posición de tirar. Pero no había nadie. Sólo tambos y garrafones, de 25 y 200 litros, haciendo un total de 3 mil 350 litros de combustibe.
En una  acción distinta, para despistar al enemigo, en el municipio de Tlanalapa, fueron aseguradas 4 camionetas de carga que en su interior llevaban bidones.
Mientras que los policías investigadores hacían su recorrido, se percataron que en los terrenos baldíos permanecían estacionadas unas camionetas.
Por lo que hicieron una inspección para caerles en la movida. Qué era lo que llevaban.
Una vez que lo elementos, con mucho cuidado, se acercaron, observaron que eran cuatro camionetas que estaban cargadas  de contenedores de plástico con rejas metálicas, con capacidad de mil litros, así como mangueras, que pudieron ser ocupadas para sacar de los ductos los hidrocarburos.
Buscaron por todas partes a los pillos. Pero no encontraron nada. Los huachicoleros no escarmientan. Los han madreado y siguen.  No descansan del robo de la gasolina. Son tercos como una mula. Ya se paren a los emigrantes que están mirando que el viejo loco, presidente de los Estados Unidos, los está corriendo de su país, y todavía van a la tierra prometida.

PLEITO RESULTÓ DE LA PATADA
Policías fueron agredidos salvajemente por vecinos de la colonia Felipe Ángeles, y les quitaron de las manos a dos indiciados a quienes ya se llevaban.
La colonia mencionada se pintó de rojo por la sangre de un joven, y de los mismo gendarmes, que andan vestidos con el uniforme que les regalaron los soldados.
Cuando menos lo pensaron, les llovieron los madrazos, y les arrebataron a dos cuates que se llevaban a la bartolina.
Después de que se los quitaron, se les aventó un grupo de hombres.
A la víctima le propinaron 10 puñaladas por la espalda, en la puerta de su vivienda. Esto fue como a las 3 de la mañana, después de salir de un baile popular.
Las autoridades policíacas informaron que a esa hora, los paramédicos del Cuerpo de Bomberos y Rescate atendieron, en la calle Mariano Salas, de la colonia Ampliación Felipe Ángeles,  municipio de Pachuca, a Miguel Ángel Amador Ríos, de 23 años, quien presentaba varios agujeros, aparte del suyo, de la espalda para abajo, con arma blanca.
También dijeron que Margarita Flores Cruz, de 26 años, quien se quedó viuda, escuchó sus gritos y se asomó por la ventana. Y vio tirado a su esposo, a quien le habían dado en la madre. Y rápidamente solicitó ayuda.
Al lugar llegó un batallón de policías, y se llevaron al herido al Hospital General de Pachuca.
Después se supo, por medio de los vecinos, que en el enfrentamiento entre las pandillas, “Los Piojos Duros” y “Los Chinches Bravas”, picaron a Miguel Ángel.
Los uniformados, vestidos de payasos, fueron rodeados, con todo y patrulla, en la calle de Miramón.
Se juntó la gente, y les quitaron a los gendarmes a los dos tipos que se echaron al plato. Y luego se les aventaron, pensado que eran soldados, por el nuevo uniforme.
Y para evitar enfrentamientos, se desplegaron, sobándose sus madrazos.
La Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo informó que inició carpeta de investigación contra quienes resulten responsables del homicidio de M.A.A.R., queriendo decir Miguel Ángel Amador Ríos.
Los médicos del hospital informaron a las autoridades que ingresó un paciente lesionado con un cuchillo, en la espalda, pero murió.
Será necesario que su esposa declare, para que no quede impune su muerte, porque ella saben quiénes son los asesinos.