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UN INFIERNO BONITO

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ACUSARON A “EL CHANGO”

La señora Josefina del Castillo Gutiérrez, con domicilio en la calle de Patoni, en el barrio del mismo nombre, en Pachuca, acompañada de su jefa y de varias vecinas, varios de chamacos chillando a moco tendido, llegaron al MP para acusar a su viejo borracho que se llama Juan González López, quien trabaja de vez en cuando, como chalán de albañil.

 

Antes de declarar fue enviada al Hospital General para que le dieran una checadita porque estaba toda desmadrada, le faltaban mechones de pelos, tenía un ojo cerrado y el otro a medio cerrar, con el hocico doble, le tumbaron dos dientes de enfrente, moreteada en todo el cuerpo, rengueaba y decía que le dolía el cuadril, parecía como si la hubiera atropellado un autobús de la ruta Centro-Providencia.

Poco después llegó su mamá de la “Chepa” para decirle al señor autoridad que se quedó internada, que muchas gracias por sus atenciones.   

Dijo la mujer que su viejo le anda haciendo de chivo los tamales con la chalupera del mercado Benito Juárez, y cada que le reclama, como llega borracho no entiende razones y se sueltan los madrazos.

Explicó la señora que a veces le da dinero y muchas no, ella se tiene que fletar lavando ropa ajena y trabajando haciendo limpieza en las casas. Llegó el domingo, casi a la medianoche, la levantó de las greñas para que le sirviera de cenar, la señora se negó, le dijo que no había nada, todo se lo habían echado sus hijos, como hacen una comida al día, parecen pirañas.

Su viejo estaba como merolico, Josefina se tapó la cara con las cobijas, dejándolo de a loco. Pero al hombre parece que le picaron la cola, la levantó de las greñas, la tiró de la cama, dándose un calaverazo al caer en el suelo, la arrastró hasta la cocina, la paró y le puso un madrazo en el ojo, que vio miles de estrellitas, luego le soltó  otro, la tumbó y le dio una patada en la boca, que volaron las mazorcas.

La víctima dio gritos fuertes, que parece que estaba pariendo chayotes, entró su compadre Checho y su comadre Concha y entre los dos le quitaron a su viejo de encima, que ya le estaba apretando el gañote. Sus hijos, espantados, salieron hechos la mocha, a avisarle a su abuelita Inés, que vive a unas cuadras y fue la que la auxilió, y juntos como peregrinación, salieron a poner su queja y después la mandaron al hospital.

El MP ordenó a sus agentes de la Coordinación de Investigación que fueran por el golpeador, llevaban los datos dónde encontrarlo, subieron al barrio de El Atorón, donde vivía su jefa del famoso “Chango” para que lo llevaran vivo o muerto. En uno de los callejones tocaron varias veces, sólo se escuchaban los ladridos de los perros, hasta que no salió una mujer chaparrita, tapada de la cabeza con un reboso, y les preguntó qué deseaban.  Les comentó que ella toma medicina para poder dormir, y la despiertan de golpe y eso no se vale, le dijeron que buscaban a Juan González para que les hiciera una chamba, les contestó que si al mediodía no la hace, menos a esas horas.

Uno de los agentes le preguntó que si estaba, le contestó la mujer que sí, que acaba de llegar y le dijo que había tenido una bronca con su vieja, pero que ya estaba dormido porque llegó un poco tomado, pues andaba celebrando el triunfo del Pachuca. Le explicaron a la señora que le dijera que saliera y los acompañara a la delegación porque si no lo hacía, ellos tenían la orden de sacarlo a como diera lugar. La señora, asustada, les dijo que se metieran, y sacaron a “El Chango”.

Dijo que sí le había pegado porque los patos le quieren tirar a las escopetas, le pidió por las buenas que le diera de cenar y se le puso al brinco, por eso tuvo que darle un correctivo. Se quedó en la galera por golpear a su señora, como era de madrugada ya no supimos en que quedó la bronca, pero parece que va a estar perrón porque la señora está embarazada.

 

LE CAYERON CUANDO MENOS LO ESPERABA

Estaba muy atareado llenando una pipa de diesel, al ver a los uniformados ya no le dio tiempo de soltar la manguera, estaba con tres compinches. Muy activas se encuentran las corporaciones policíacas del fuero federal y estatal, y se han acicalado a varios ordeñadores de ductos de Pemex en todo el territorio hidalguense.

Los elementos les cayeron en el momento en que estaban muy apurados llenando sus pipas, ahora falta que también den con los compradores de los hidrocarburos, porque también merecen que les cierren sus concesionarios por la compra de chueco.

En esta ocasión tenían más de 13 mil litros de diesel y gasolina en dos camiones de redilas, una camioneta Liberty y un tanque cisterna.

La policía estatal dio a conocer que les cayeron como aboneros en quincena, en una ranchería llamada Lomas del Toro del municipio de Nopala de Villagrán.

Los uniformados arrestaron a dos ordeñadores que llevaban un tanque tipo cisterna de 10 mil litros de capacidad, escondido entre la  paja, en un camión tipo torton color anaranjado, con placas de circulación MZ6-1082. A Arturo Pérez González, de 26 años y Daniel García García, de 42, no los salvó la campana, quedando a  disposición de las autoridades junto con una camioneta Liberty 2008, con placas de circulación HNL-9525 y el camión cisterna.

De acuerdo con el informe de la policía, Arturo Pérez dijo que le pagaron 5 mil varos por conducir el torton y abastecer la cisterna, y Daniel dijo que es el dueño de los vehículos.

Por otro lado, la Policía Federal en Hidalgo, tierra de trabajo donde no hay trabajo, dio a conocer el arresto de dos personas como a las 9 de la noche, en el kilometro 21 de la carretera Pachuca- Tulancingo, cuando al encontrarse patrullando los gendarmes, se dieron cuenta de un vehículo sin luces se incorporó a un camino de terracería, y se les hizo sospechoso.

Al montar su caballo (perdón), al montar guardia con discreción, como a las 11 de la noche detectaron que un sujeto conectó una manguera a una toma clandestina y el otro se subió a la camioneta para llenar los contenedores. Por lo anterior, les cayó el chahuistle a Floreció Rojas Castañeda, de 34 años, así como a Eric Castañeda Flores, de 20, ambos vecinos de San Nicolás Tetepantla, municipio de Apulco, Estado de México. La policía dijo que fueron remitidos al MP junto con el camión Chevrolet 1998, de redilas, color blanco, con placas de circulación 2862-CF del Distrito Federal, el cual cuenta con reporte de robo, así como tres mil 100 litros de gasolina que ya tenían en su poder.

Como ya sabemos y estamos muy bien enterados porque los reporteros de este diario andan muy buzos, en la semana pasada también se ajusticiaron a 9 delincuentes en Santa Catarina, en Pachuca, quienes dijeron que venían de Jalisco a robar.

 

CAPTURAN A 5 DELINCUENTES

Dicen que los canijos habían burlado el filtro policial. Cinco hombres fueron capturados el domingo en Santa Catarina, tras una persecución de pelos, luego de que creyéndose mucha nalga, burlaron el retén de los uniformados y se fugaron.

Portaban pistolas tipo escuadra, abastecidas, y no supieron explicar cómo llegaron a Pachuca. Por las moscas, los gendarmes los agarraron porque presumen que podría tratarse de delincuentes porque muchos vienen a refugiarse a Hidalgo porque saben que hay poca seguridad, pero esta vez se la pelaron.

Los hechos sucedieron a las 11 de la noche del domingo pasado en la carretera federal México-Pachuca, comunidad de Santa Matilde donde se encuentra establecido un filtro de revisión vehicular para detectar armas de fuego, drogas y vehículos irregulares de los que se vuelan.

Los sujetos viajaban en un coche marca VMW tipo Micooper, color verde, con placas de circulación 189-XAS, y en el momento en que les marcaron el alto para ser revisados, brincaron el cerco policial llevándose de corbata los señalamientos y escaparon a todo lo que daban.

Los uniformados montaron en su camioneta patrulla y metiéndole la pata hasta el fondo, fueron tras ellos, tocando su ronco claxon que indica “Háganse piojos que hay les va el peine”. La persecución duró varios kilómetros y finalizó en Santa Catarina, con dirección a San Agustín Tlaxiaca. Una de las patrullas de fuerza de tarea se les atravesó y de esa manera los sospechosos tuvieron que frenar antes de que se dieran en la madre.

Los bajaron de las greñas y fueron revisados corporalmente, metiéndoles la mano hasta debajo de los calzones, que son medidas de protocolo. No les paraba el hocico de decir tantas majaderías y mentadas, maldiciones en contra de los uniformados, que se los quedaban mirando y de vez en cuando sonaba una cachetada.

Pero parece que les daban cuerda, no paraban de decir palabrotas a los uniformados con la intención de que los dejaran ir, demostrando que ellos eran muy machos. Los uniformados usaron la estrategia de “chillidos de puerco, orejas de carnicero”. Uno de los guardianes detectó escondida en la cajuela del coche, una pistola abastecida con 10 cartuchos útiles, esto fue lo que agravó su detención porque no tenían licencia para matar. Se calmaron cuando les dijo el comandante que si no se callaban les iban a coser el hocico. Al preguntarle los nombres, no se los quisieron dar porque dijeron que todos son inocentes. Sólo les contestaron que son del municipio de Xalostoc del Estado de México.

El vehículo resultó robado, pues presenta alteraciones en los números, lo cual dijeron que se lo habían conejeado y todos, junto con la unidad, fueron llevados ante las autoridades correspondientes.

 

SU NEGOCIO ERA REMARCAR AUTOMÓVILES ROBADOS

Dijeron que como está la situación de falta de trabajo y mal pagados, ellos se juntaron para hacer un negocio barato y bien hecho de remarcar autos robados cobrándoles vara.

Pero como los chismes corren como reguero de pólvora, no faltó quien los echara de cabeza y cayeron en las garras de los uniformados. Rubén y José son los imputados por los delitos de robo de autos en Ixmiquilpan y Jacala. Además fueron detenidos por el delito de remarcar automóviles robados.

Los uniformados le cayeron en la movida a Rubén por ese delito, y fue puesto a disposición del agente del MP. Estando allá le dijeron que si no decía lo que sabía iban a traer al sacerdote de la iglesia para que lo confesara, y como dicen que es bien canijo, soltó la sopa y echó de cabeza a su compañero José, que dijo que tenía un taller de hojalatería y pintura donde recibía los coches robados y les hacía todo el servicio con un 50% de descuento, los pintaba y los remarcaba para que los pudieran vender fácilmente.

Comentaron que a Rubén ya lo estaban investigando por las averiguaciones previas, por eso fue que cuando lo interrogaron aceptó dedicarse al robo de automóviles, además dijo conocer a José, un cuate que es especialista en cambiar números y vivía en La Misión.

El indiciado dio la lista de los vehículos robados entre los que figuran 5 de la marca Nissan Tsuru, los pintan muy bien, falsifican la factura con los números cambiados y salen pronto del mercado negro pagando a mirad de precio. En el taller de José encontraron un coche robado que le había entregado su amigo Rubén y al que le había puesto los números de identificación que tenía en la tarjeta que también falsificaban.

 

LA COLA DEL COCODRILO

Es el momento de volver la vista atrás y conocer a la gente de Pachuca, principalmente a los mineros, su trabajo, sus creencias, su fe, sus tradiciones, conocer los misterios de los cerros que nos rodean y sobre todo, saber cómo era Pachuca, un pueblo cohetero, burrero, bicicletero, lleno de callejos empedrados, sin luz, con más de 200 pulquerías. Dichos trabajadores eran con frecuencia víctimas de la silicosis, enfermedad por la que a duras penas llegaban a los 50 años de vida.

Los invitamos a la conferencia que dará “El Gato Seco” cronista de la cultura popular, el lunes 20 de este mes en la Fundación Arturo Herrera Cabañas, ubicada en Allende 113, colonia Centro de Pachuca, a las 6 de la tarde en punto. Estará acompañado con la música de Gustavo Pérez “El Chanis” y su guitarra hidalguense.

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