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UN INFIERNO BONITO

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POR UN PELITO SE VUELVEN LOCOS

Como siempre sucede en las mejores familias, por padres que a veces andan despistados. Un padre de familia salió muy espantado de su vivienda, gritando que se habían robado a su hijo, se juntó la familia, los amigos, los vecinos y llamaron a la policía, a protección civil, al grupo de rescate, a los bomberos y todos salieron a la calle como hormigas sin control a buscar al niño, que según dijo el padre, entraron unos robachicos y se lo llevaron.

Todos caminaban por diferentes calles de la colonia, buscando al chavito, estaban listos para darles en la madre a los que se los llevaron, a quien pasaba en las tiendas, en los coches, les preguntaban por el chavito, al papá  se le rodaban las lágrimas, estaba más amarillo que un chale y se le doblaron las patas  varias veces a punto de dar el changazo.

Pasaron los minutos, las horas y seguían en la búsqueda, el padre y la madre encabezaban un batallón de gente que buscaban al niño, hasta debajo de las piedras. Decían que alguien se había metido a su casa y se lo había llevado, lo juraban por Dios que los miraba.

Pero la realidad de la localización y búsqueda era que el niño se había quedado dormido adentro del ropero. Algunos que anduvieron en friega loca le mentaron la madre por dar falsas alarmas, diciéndole “Viejo Loco”.

Les voy a explicar cómo estuvo la movida. Mientras la madre realizaba algunas actividades domésticas, el papá se quedó al cuidado del niño, lo cuidaban como muñeco de sololoy, era el consentido de la casa, no lo perdían de vista ni un solo momento. El niño jugaba en la cama donde estaba su papá, que por lo cansado se quedó dormido junto con su hijo de 3 años de edad.

El chamaquito al ver que su padre roncaba como león africano, decidió bajarse de la cama para jugar él solo, los ronquidos de su padre eran tan fuerte que se metió al ropero a jugar para no escucharlos y se quedó dormido.

Al pasar el tiempo, el papá abrazaba una almohada pensando que era su hijo, hubo un momento en que abrió los ojos y al ver que su hijo no estaba se paró como resorte a buscarlo por todas partes de la recamara. Se desesperó y comenzó a gritar como loco “Hijo, hijo. Me lo robaron”.

Sin pensarlo llamó a la policía, a la señora le había dado un desmayo, que sonó su cabeza a bote viejo, el hombre no sabía qué hacer, se le cerró el mundo y al ver a su vieja tirada la levantó y la volvió en sí, comenzó a gritar a todo pulmón, que su a chiquito se lo habían volado y que él tenía la culpa, porque se lo había encargado mientras llegaba de su trabajo.

Eran las 11 de la noche cuando llamaron por teléfono a los policías, diciéndoles lo que pasaba, que su hijo había desaparecido en la calle del Mango, que pertenece a la colonia El Saucillo, de Mineral de la Reforma.

La noticia, como se dio a gritos, corrió como reguero de pólvora y anduvo de boca en boca y en menos que canta un gallo ya había muchos voluntarios para buscar al chamaquito, llegó la policía y para no regarla preguntaron a los padres del niño cómo había estado el robo. Entrevistaron a solas al padre, de 24 años de edad, llamado Ricardo, les contó que estaba jugando en la cama con su hijo, cuando la mujer regresó encontró la puerta abierta y a su viejo que estaba dormido, pero no estaba su hijo, como una auténtica loca despertó a su marido para decirle qué Pez con el niño.

Todo atarantado se paró de un solo golpe y lo buscaron por toda la casa, los policías, familiares, amigos y vecinos, comenzaron a gritarle por su nombre, armando un escándalo de todos los diablos.

Como el chamaquito no respondía, dijo el señor que sería mejor llamar a la policía y junto con los vecinos caminaron por las calles, la gente que no sabía lo que había pasado se unió a ellos pensando que era una peregrinación.

Uno de los policías se quedó en la casa para no dejarla sola y de momento escuchó un ruido en el ropero, no le hizo caso pensó que era un ratón. El policía escuchó un gemido y le dio miedo porque sabe que en esas colonias sale un muerto, haciendo la cruz con los dedos, se acercó con la pistola en la mano y abrió de un golpe la puerta del ropero y ahí estaba el chamaco durmiendo tapado con una cobija.

Despertó, el niño al ver que era un policía se espantó y daba unos gritos fuertes, llorando. El oficial llamó por radio a sus compañeros para decirles que se regresaran porque ya había encontrado al niño. Entraron en acción los paramédicos de la Cruz Roja para darle una checada y dijeron que todo estaba bien.

Los policías se retiraron del lugar moviendo los labios lanzando unas palabras que apenas se escuchaban, para mi eran unas mentadas de madre, le recomendaron a sus padres que tuviera más cuidado con su hijo, porque pudo ser peor un accidente por falta de oxígeno. Dicen por ahí que no sueltan al niño ni para ir al baño.

 

UN VIOLENTO ROBO EN EL C. DORIA

Un tipo que iba muy decidido a todo se metió a la farmacia de la colonia Juan C. Doria, con una pistola en la mano con el dedo en el gatillo, listo para usarla en cualquier momento.

Se acercó con la empleada del mostrador de la Farmacia Guadalajara, le dijo arriba las manos y se apoderó de 7 mil pesos, que era la venta del día. El robo se efectuó como a la una y media del miércoles pasado, nadie de los que estaba adentro pudieron hacer algo para detener al ladrón, que iba por todo, dijeron a la policía que era un ladrón como de 25 años, quien salió corriendo a todo lo que le daban las patas y se llevó el botín.

La mujer entró en crisis nerviosa y gritaba como loca, por lo que le ayudaron sus compañeros y dieron aviso a la policía municipal.

Una vez que llegó entrevistaron a la encargada, llamada Rosa, de 41 años de edad, quien sufrió la agresión del cacomixtle, les dijo que era un hombre vestido de pants, color gris, llevaba una gorra y tenis color negro, es alto, delgado y tiene más o menos como 25 años. Al saber los datos, la policía salió hecha la mocha por todas las calles a buscarlo pero por ningún lado lo encontraron.

La mujer manifestó a los uniformados que el solitario ladrón le puso la pistola en el pecho, exigiéndole que le diera todo el dinero que había en la caja, porque sino se lo daba le soltaba un plomazo volándole los pechos.

Ya para no hacerla cansada, el encargado de la farmacia fue a poner su denuncia formal al Ministerio Público.

 

UN ALBAÑIL DIO EL MULAZO

Estaba hasta arriba de la escalera y se vino de cholla 5 metros de alto, dicen que con ese golpe está tocándole la puerta a San Pedro, porque está muy grave.

Se dijo, por el maestro, que cuando estaba haciendo un trabajo particular, en un descuido se resbaló y fuera abajo, solo se escuchó un fuerte madrazo, que sonó su cabeza al caer al suelo y tenía heridas en todo el cuerpo.

El accidente se registró en la comunidad de Tepexquimit, perteneciente al municipio de Huautla, donde el trabajador había sido contratado para realizar diversos agujeros, también para el aplanado de la pared de la casa.

La caída del albañil, de nombre José Tomás, fue a plomo, de chiripa fue retenido por un árbol de naranjas, si no ahorita estuviera pintando las paredes del infierno. Estuvo desangrándose varios minutos.

Los vecinos de la comunidad le echaron la mano y en un coche particular lo llevaron al Hospital Regional de la Huasteca, que se encuentra en la ciudad de Huautla, para que recibiera atención médica por la lesiones y el ranazo que se dio.

 

LE HICIERON UNA REVISIÓN LOS FEDERALES

Viajaba muy aprisa en un coche de lujo, cuando lo pararon en seco, le dijeron que se bajara y cuando se iba a quitar los pantalones, le dijeron que de la camioneta.

Cuando le pasaron la mano por la cintura le tentaron la pistola, se la sacaron y era un arma poderosa, de estilo alemán, de esas que de un disparo al que se lo den lo hacen caca.

Estaba abastecida y fue detenido por la policía federal, lo pararon porque iba en el vehículo a toda velocidad.

Se dio a conocer, por el reporte de la policía federal que estaba de vigilancia, que uno de ellos le estaba cambiando el agua al canario, cuando pasó una camioneta que por poco se lo lleva de corbata. Se subió en la patrulla y le dio alcance a varios kilómetros de distancia.

El coche era un vehículo marca chevrolet, color negro, modelo 2004, como el conductor se les hizo sospechoso, al no coincidir la fisonomía y andaba en un lujoso automóvil, los uniformado lo intervinieron.

Para ello, le metió la pata y corrió a toda velocidad en la carretera Pachuca-Tuxpan, tramo Pirámides, esperaron que él solito se parara, se identificó como Uriel Efrain, de 20 años de edad, con domicilio en la colonia del Valle de Guadalupe, en Ciudad Sahagún, Hidalgo.

Se informó que al inspeccionar, en la unidad encontraron una bolsa y encontraron otra pistola calibre .22 y un cargador abastecido con seis cartuchos útiles; se lo tuvieron que jalar al ministerio público federal, donde allá se lo iban a achicalar.

 

TRES FALSIFICADORES DE BILLETES

Ellos pretendían cambiarlos en diferentes partes, como ya está choteado que los ladrones hagan de las suyas en la Ciudad de México, Ecatepec, Estado de México y Pachuca, decidieron engañar a los naquitos del Valle del Mezquital.

Llevaban un buen de billetes de 500 varos para cambiarlos fácil, pero se la pelaron, porque es donde más van los falsificadores, a los balnearios. En los primeros cambios fueron descubierto y con todo y billetes los metieron a la cárcel.

Esto pasó cuando tres consumados delincuentes intentaban pasar billetes balines como dinero bueno. Los elementos de la policía de Huichapan, en coordinación con los agentes de seguridad estatal de la delegación de Ixmiquilpan, los capturaron con 25 billetes falsos de 500 varos.

Se explicó que al salir de una reunión de coordinación policial, los municipales se incorporaron a la carretera Huichapan-Ixmiquilpan y más adelante la patrulla fue requerida a señas. Les solicitó apoyo el charro Roberto, quien les dijo que le acababan de pagar con un billete falso.

Eso hizo que los uniformados corrieran la voz de que no cambiaran ni aceptaran billetes de 500 pesos, porque los iban a amolar. Los gendarmes anduvieron buzos caperuzos y en menos que canta un gallo los apañaron.

Dijeron que ellos son de Ecatepec, Estado de México, y se dedican diariamente a recorrer diferentes municipios cambiando billetes, por lo anterior los policías de Huichapan dijeron que los vieran bien a ver si no eran los hermanos Charrez, de Ixmiquilpan, uno es diputado y el otro presidente municipal, porque son mañosos y le hacen a todo.

Les dijeron que no, porque ellos andan en otras broncas, pero que se pongan abusados; por mientras a estos tres ya se los cargó el Payaso.

Por las moscas les preguntaron cómo se llamaban: Edgar, Eduardo y Alfredo, de 25, 23 y 25 años de edad, respectivamente.