UN INFIERNO BONITO

ME CAY QUE SEMOS MUY MACHOS.
Así gritaban los borrachos “ y si lo quieren comprobar  busquenos en San Felipe Orizatlan. esta es la historia de dos carnales, que les gustaba  chupar, como recién nacido, ellos presumían que no le tenían miedo ni al diablo, por eso entrenaban con si vieja, dándole en la madre.

Lo que les cuento sucedió en sus viviendas, y por coincidencia el mismo día a la misma hora, pero en diferentes municipios de la Huasteca Hidalguense, donde las mujeres andan derechitas, o las enderezan a madrazos. Los dos sujetos estaban calientitos, y golpearon a sus viejas, que por un pelito las mandan al panteón.
El Primero de los dos que les digo, se llama Álvaro Santiago, de 43 años de edad, vecino de San Felipe, armo un escándalo que despertó a todo el pueblo, los perros no dejaban de ladrar, al escuchar los gritos de la mujer, que parecía la llorona.
Su viejo estaba loco, porque había tomado de todo, tequila, brandy, y de varias bebidas espirituosas.
Le dio a su mujer, hasta por debajo de la lengua, la tubo en cuerdas, y no la dejo salir acomodándole, los madrazos a donde le cayeran, después de tirarla al suelo, la levanto de las greñas, y siguió con la segunda tanda, que la pobre señora ya no sentía lo duro si no lo tupido. Ninguno de los vecinos, quiso entrarle a defenderla porque, le saco al parche, dijeron que a Álvaro se le había metido el Pingo, y que en lugar de llamar a los uniformados, fueron a la iglesia por el cura, pero cuando le dijeron de qué se trataba, dijo que no podía, porque iba a dar misa de gallo.
Otro de los vecinos fue corriendo a la barandilla, y llego un batallón de gendarmes, en lugar de macana, y su carabina, se llevaron cada uno un amansa locos, que es un garrote de encino, que cuando pega saca chispas.
Encontraron a doña Gisela,  de 37 años toda desmadrada en un charco de sangre, desde adentro se escuchaban sus angustiosos gritos, “Por favor ayúdenme, este desgraciado me quiere matar” A petición de la afectada, los uniformados quisieron entrar pero estaba atranca como la puerta negra. A caballazos la abrieron, que varios de ellos al tumbarla se fueron para adentro. Al verlos el borracho les preguntó.
“Se equivocaron de barandilla. Esta mas adelante” y cuando se puso en guardia para aventar un derechazo, le llego una lluvia de garrotazos, que lo tumbaron agarrando de las manos y  de las patas, lo llevaron a la camioneta patrulla lo balanceron y contado a la una a las dos y a las tres, lo aventaron a la batea  se subieron y arrancaron para su pulguero, donde el comándate lo puso bajo las ordenes del juez conciliador, y a la señora la llevaron a una clínica particular, donde esta pasando las de Caín, y les dijo el medico que la llevaron muy grave.
En  el segundo caso otro viejo barracho que estaba hasta las chanclas, le estaba dando hasta con  la cubera a su vieja, Casilda, que le daba de trompones y de patadas que la pobre mujer pujaba y chillaba al mismo tiempo, en la vivienda que se encuentra en la cabecera de Xochitiapan, el golpeador Fausto, le decía: “Esto que te sirva de lección, a mi que me echen al Canelo o a Chávez. Juntos.
Llego la policía y lo agarro por la retaguardia, sin darle tiempo a montar en su caballo, lo esposaron y se lo llevaron diciéndole a la señora, que la esperaban en la barandilla.
Estando allá declaro que su viejo Fausto, se a v vuelto muy violento y borracho, que llego a su casa por la media noche, ella estaba durmiendo la paro a jalones de greñas, y le dijo que le dieron de cenar. La Señora le dijo que no le daba nada, que se fuera a pedir donde estaba tomado. De momento sintió un soplamocos, que la tumbo de la cama y se le fue a patadas, sin dejarla levantar. Y parecía futbolista la traía apuras patas, ella por mas que gritaba pidiendo auxilio, solo le contestaban los ladridos de los perros.
La mujer ya no explico mas a las autoridades de Xochitiapan porque estaba toda desmadrada, se parecía al Mostrou de la Laguna negra. Les pide que le den el castigo porque va a quedar cicatrizada de las patadas, que le dio el maldito con sus huaraches, que tienen estoperoles. Y mientras lo tiene encerrado ella empacar lo poco de garritas que tiene y se va a vivir a Huejutla, que ya no quiere nada con ese salvaje, porque si lo perdona, de la otra madriza que le de no se escapa, porque ella sabe que el que pega una vez pega dos veces.

LE FUE MUY MAL  AL TAXISTA
Isidro Guzmán, de 27 años de edad, taxista de profesión, honrado y muy cambiador, trabajaba después de la media noche, por la ciudad. Al ver que no había pasaje, se fue a parar al salón  San Carlos,  que se encuentra en la carretera Pachuca, Tulancingo, en la avenida Madero.
De momento le cayeron dos clientes, que son  decirle a donde los llevara se subieron, tenían facha de meseros  porque olían  a comida, uno se subió  adelante junto a el,  y el otro en la parte de atrás, les pregunto a donde los llevaba, le dijeron que los llevara a la iglesia de la colonia  Felipe Ángeles.
Isidro,  para que sus clientes se quedaran admirados, y supieran que el era un autentico piloto, arrancó el taxi, y en dos patadas ya estaban en la colonia, les dijo que habían llegado a la iglesia,  le dijeron que se siguiera y se metiera en un callejón, que está abajo del kínder. 
Los pasajeros platicaban y el conductor no les hacía caso,  porque decían puras babosadas, y  además  estaban  peduchos. De pronto escuchó una voz que lo dejó frío “Dame todo lo que traigas, o te bajamos los pantalones, te encueramos y te violamos”  Muy temeroso sacó y les dio su cartera, que tenía 400 pesos, el otro pasajero bajó una franela con monedas y le volvieron a decir.
“Ya vete, y  no se te ocurra voltear a vernos porque te hacemos lo que te dijimos” dijo que arrancó el carro,  por el espejo los vio que caminaron y se perdieron en  la oscuridad. Espantado y  pensando en lo que le iban hacer, salió a toda velocidad de la colonia, y  fue a poner su demanda, ante las autoridades, les contó con todo detalle lo que le había pasado. 
Les dijo que uno de los pasajeros que lo asaltó, usaba barba y andaba medio pelón, como sardo, y el otro era un guey, con cara de desalmado, que lo miraba con ojos, que se lo quería echar. Dijo que a lo mejor son meseros de los que trabajan en las fiestas, que ellos investiguen, y por favor le avisen cuando los hayan agarrado,  porque el ya no se para por esos lugares.

“LA TRUCHA”
Gaspar Moreno, que trabaja en la presidencia municipal, como sepulturero del Panteón, estaba casado con Marina, la hija del panadero, era una mujer muy flaca, que cada que se embarazaba, parecía que se había comido un melón. A Gaspar le decían “La trucha” no porque era abusado, si no que siempre andaba con el hocico abierto.
Llegaba a su casa siempre lleno de tierra, que parece que se había revolcado, pero era por el trabajo, pues a veces enterraban a 5 difuntitos, de un jalón. Doña Marina, tenía un genio de poca madre, y cuando se enojaba le ponía buenos madrazos, a “La trucha” y lo desgreñaba.
Lo que la sacaba de onda, era que llegaba a su casa, tarde, y borracho, en el Panteón tomaba mucho pulque que les llevaban de San Bartola, ese pulque era muchachero, porque tenían muchos hijos. No pasó mucho tiempo en que la señora, Marina, explotó y lo puso como lazo de cochino, diciéndole hasta de lo que se iba a morir.
 ¡Te estás pasando de lanza¡ desde este mismo minuto te vas a ver a tu madre, ya me tienes hasta el gorro, no te bañas, hueles a muerto, apestas a puro pulque, me caí de madre, que si no dejas de chupar, un día voy al panteón y te aviento en una tumba, y te echo la tierra encima. A Gaspar le cayó el 20, se bañó y lavo su ropa para demostrarle a su vieja, que también podía hacerlo.
Le dio Gripa, se le complico con una neumonía, y se murió. Doña Marina, lloró mucho, y se sintió culpable de obligarlo a bañarse, pues dicen que la cascara guarda el palo. Lo extraña y lo recuerda como llegaba todo lleno de tierra, y borracho. Dice que por las noches la viene a jalar de las patas. Ella se confeso con el padre de la iglesia de San Bartolo, diciéndole todo lo que le pasa desde que su esposo se fue al valle de las calacas.
Le dijo que fuera a su tumba a pedirle perdón, que le rezara un rosario diario hasta que ya no regresara, y le dio agua bendita,  para que la regara en los rincones y le hablara, o platicara, con el como si estuviera vivo, Así lo hizo y ahora los de la colonia, le dicen la vieja loca, porque habla sola todas las noches.

LOS HERMANOS CHISMOSOS.
Juan  y Pedro González, dos hermanos, de 26, y 25 años, que trabajaban como camioneros, pasaron por está ciudad, y se metieron a un bar nocturno “Al sabor de la noche” y se pusieron hasta la madre. Se durmieron en su camión, que llevaba un cargamento  de 500 cubetas de pintura a Veracruz.
En el bar, se habían encontrado a dos monas,  quienes  las invitaron a chupar y al otro día,  se comprometieron a  llevarlas a pasear. Se habían gastado toda la lana, de los viáticos,  las viejas los habían estafado  y  no tenían ni para la curársela. Hicieron un plan que les iba a salir a toda madre, para seguirse divirtiendo,  Por ahí cerca vendieron varías cubetas de pintura a mitad de precio, y nuevamente la burra al trigo. Se pusieron a bailar  a chupar con las mismas viejas,  ellas los conectaron  con un señor, que les compraba toda la carga de cubetas, En 60 mil pesos, sabiendo  ellos que valía más de 300 mil.
Se pusieron de acuerdo a como lo habían planeado, fueron abandonar el camión cerca de Zempoala, y se agarraron a madrazos, dando duro Y  después fueron al Ministerio Público, a poner una queja, que unos individuos, los habían golpeado y quitado el camión. Se comunicaron con el dueño,  cuando le contaron las mentó y les dijo que no se movieran del lugar. La policía encontró el camión, y  espero a los demandantes fueran a reclamarlo.
Al saber que llegaba el dueño, los carnales, decidieron darse otra golpiza,  pero más dura,  porque sabían que el viejo, era Lobo de Mar, y no se los iba a creer. Cuando llegó el dueño del camión y la mercancía,  se presentaron ante el Ministerio Público, ahí se dieron cuenta que iban más madriados, que cuando fueron a poner su queja. 
Los interrogaron y terminaron diciendo la neta. Trajeron a las viejas con la que se gastaron el dinero,  ellas dijeron que ni los conocían,  la Policía Ministerial,  anda buscando al comprador de las cubetas. Al publicar está nota todavía no lo encontraban mientras los hermanos, se van a quedar una temporada encerrados, por tranzas.

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