UN INFIERNO BONITO

PACHUCA LA BELLA AIROSA
Vamos a regresar un paso hacia atrás y llegaremos al año de 1950 cuando Pachuca era una ciudad limpia de todo a todo, aunque faltaban muchos servicios públicos como la luz eléctrica, el agua en los barrios altos donde caía de vez en cuando y todos por la noche, cuando oscurecía, teníamos que acarrearla desde la mina de San Juan Pachuca.

A la ciudad le llamaban Pachuca Cohetero porque en el pueblo de San Bartolo cada que celebraban algún santo, desde la madrugada, despertaban a la gente con grandes cohetones que resonaban con el hecho en toda la ciudad, y el más allegado era el día de San Bartolo, o sea San Bartolomé, y armaba su feria con juegos mecánicos, carrera de caballos, peleas de gallos, corridas de toros y la cerraban con un baile público, que cerraban varias calles, sin faltar los tinacales de pulque que estaban llenos de mineros.
En los días patrios daban el grito las autoridades del pueblo y seguía la pachanga hasta el amanecer. San Bartolo ya por el año 2000 fue llamado colonia porque se había poblado. También a Pachuca se le llamaba pueblo burrero porque en todas partes con los animales cargados se repartía leche, leña, refrescos, pulque, carbón, tierra para las macetas, y todo lo necesario para sus habitantes.
Los agentes de tránsito en Pachuca se ponían en los cruceros de la ciudad parados en unos cajones, dando el paso a los pocos automóviles que circulaban porque no había semáforos. Llegó la era de la bicicleta, y la mayoría de ciudadanos se desplazaba a su trabajo por medio de éstas, las cuales estaban reglamentadas con tránsito, papeles en regla, que  tuvieran frenos y luz, placas y tarjeta para circular.
Los  cines como El Alameda y El Reforma eran los más populares, con películas de Pedro Infante, 3 por un boleto, y el Iracheta, que era el cine de los aristócratas donde iba la gente rica y pasaban películas americanas.
Lo que no se dejaba de asistir como a la fecha, era la lucha libre, más cuando venían a luchar los clasificados, los ídolos como El Santo, Blue Demon, Black Shadow, Cavernario Galindo y otros famosos.
Pachuca era muy chica. Llegaba la ciudad de norte a sur, de San Juan Pachuca hasta la calle donde está el Parque de Convivencias; lo demás pertenecía a las hortalizas donde iban a comprar sus legumbres como si fuera y es hoy la  Central de Abastos. Había uno autobuses de las rutas Pachuca-Santa Julia y Pachuca-Venta Prieta.
Con el paso de los años, dejaron que la zona de tolerancia se ampliara, pues estaba en el barrio que se le conoce como La Paila, y fue cambiada a la calle de Gómez Farías, donde venía gente de las comunidades, de los municipios, y todos los mineros. Desde muy temprano se veía poner afuera de las accesorias, braseros. Como pasaba la gente por el lugar, los que vivían por los barrios altos, algunos niños curiosos, preguntaban a su mamá por qué estaban y les contestaba que eran tamaleras.
Después de las 8 de la noche se escuchaba el ambiente de los cabarets, que su música se escuchaba en toda la ciudad. “El Abanico”, “La Negrita”, “El Foco Rojo”, donde se discutían con las variedades de mujeres desnudas. O bailar con ellas pagándoles 50 centavos por pieza. Para evitar pleitos por las cañas y aguardiente que se tomaba en aquellos tiempos, estaba vigilada por los gendarmes que no dejaban de dar vueltas toda la noche; los agentes ministeriales y sus madrinas. Las patrullas eran Jeeps y así fue hasta que la cerraron por un gobernador que decía que le gustaba la coca-cola hervida.
En el año de 1970 el gobernador del estado, que está prohibido mencionar su nombre, hizo el Palacio de Gobierno en los patios que eran del ferrocarril. Hizo planes con los ingenieros y contratistas para hacer una obra de arte porque en aquellos tiempos el Palacio de Gobierno era en la plaza donde se encuentra hoy la presidencia municipal. Por primera vez en la historia se diseñó un cajón con ventanas, de 4 pisos y se dio el toque de queda a las 9 de la noche. Todo aquel que se en contara después, sería llevado a la barandilla, no importaba que acabara de salir de su trabajo. No era por la seguridad, sino que tendrían que trabajar faenas gratis.
Así se ahorraría el dinero de la mano de obra.
Todos los sábados principalmente las redadas en los barrios altos, en la zona de tolerancia, que al verlos los borrachos se metían a los cabarets o con las mujeres malas, en toda la ciudad con camiones de carga de la misma constructora, eran encerrados y por la mañana los sacaban a que hicieron zanjas o subir botes de colado. Para que se apuraran les daban tequio, en obras a destajo.
Con esos métodos no solo se hizo la Plaza Juárez sino también el Tutelar para Menores y otros edificios, pero después la regó al salir al terminar su sexenio de gobernante, quiso poner a su yerno como gobernador y con su poder ya casi estaba en la silla, pero de pronto también por primera vez en Pachuca, se dio el golpe del Estado, llegaron miles de campesinos con patas güeras y lo echaron a madrazos fuera de Pachuca, hasta que quedó el bueno para nada. Sirvieron los dedazos.
Se comenzó a tapar el río Sosa, que venía de Pachuquilla y pasaba por donde son las colonias 11 de Julio, Las Lanchitas y parte de Cubitos, y luego les nació la idea de tapar el río de las Avenidas. De la noche a la mañana, mucha gente comenzó a emigrar a Ciudad Sahagún donde estaban las fábricas, otras se fueron a la ciudad de México para las obras del metro. A Pachuca llegaron a invadir los cerros a su alrededor, mucha gente se comenzó a salir de las minas, a trabajar como albañiles, donde sobraba trabajo porque todos querían construir donde compraron o se apoderaron de sus terrenos.
Como diversión, a la gente grande había funciones de box donde peleaban Memín Quiroz, Kid Pitochas, Raymundo Sánchez, El Tigrillo González. La Arena Afición se cambió de Abasolo a la calle de Cuauhtémoc donde se  encuentra a la fecha. Las minas se cerraron después del 2000. La ciudad que quedó con muchos problemas, fue Real del Monte. Pobrezas extremas porque no había donde trabajar, y para que no la hicieran de tos el gobierno lo convirtió en Pueblo Mágico. En Pachuca también se las veían negras porque los mineros estaban silicosis y sin trabajo, y rápidamente parte del Panteón Municipal llenó una buena parte.
Los que compraron la compañía Real del Monte se quedaron con el edificio que una vez fueron oficinas de la mina San Rafael, luego fue la Normal del estado y ahora es un flamante museo de la minería. El gobierno también agarró los suyo, toda la cuadra de Allende frente al monumento de los Niños Héroes, donde estaba el dispensario médico, y el Hospital de la Real del Monte se le quedó al DIF.
A los mineros que dejaron los recogió el Seguro Social donde terminaron con una pensión de 200 a 500 pesos por vejez. Ahora vamos a ver en los últimos años como quedó Pachuca dentro de la historia. A principios del siglo pasado se tenía como historia el primer vuelo realizado desde Venta Prieta a la ciudad de México, de ahí hicieron un monumento a la novia del viento. Les quedó lujoso, pero en lugar de poner a una bella mujer como la diosa del viento, pusieron a una greñuda con una antorcha en la mano como si hubiera corrido un maratón.
De ahí llegamos al Palacio de Gobierno donde lo adorna una carpa, los turistas creen que son artesanías, pero no, es el lugar preferido de La Antorcha Campesina que cada que quieren van y se ponen, haciendo marchas en la ciudad, tapando las carreteras, en donde no lo hacen es por donde pasa la Maravilla del Mundo que trajeron a Pachuca, el Tuzobús, porque se los llevan de corbata.
Habían  prometido quitar 500 camionetas del servicio público pero ahí intervino don $, que se quedaron todos y si lo quieren ver vayan a las calles de Hidalgo, Morelos y varios paraderos, hay tantas que chocan entre ellas. Vamos a ver la calle de Guerrero, las que nos la quitaron para su negocio municipal, poner los paquidermos y no nada más ahí sino en toda la ciudad. Solo les faltaron los barrios altos. En los portales de Plaza Juárez pusieron negocios de cafés, tomar cerveza afuera protegidos con vidrios.
La calle de Guerrero desde Barreteros hasta el centro, está llena de vendedores ambulantes.
Se han soltado de tal forma que ya no dejan pasar a la gente, como en los portales de la calle de Hidalgo. Al quemarse el mercado Primero de Mayo les dieron permiso mientras lo arreglaban, que se pusieran en la Plaza Constitución. El mercado, dijo el presidente municipal, que ya estaba listo, que gastó 6 melones de pesos y que los comerciantes no se querían regresar. Toso eso es un cochinero.
Desde la banqueta de donde comienza la calle de Ocampo, sigue afuera del mercado, en el atrio de la iglesia de la Asunción, Las Cajas. Está lleno de comerciantes que si sacara un censo, habría en Pachuca más comerciantes callejeros que habitantes. En la calle de Hidalgo, y como les deja dinero a los de la presidencia, están poniéndose de acuerdo de que Pachuca se convierta en la capital Mágica.
La pobreza y el hambre continúan, los precios suben, las calles están para llorar, por las lluvias. Las calles de las colonias parecían como cráteres de la luna. Antes de que se le acabara el hueso a el presidente municipal, mandó rebachear, que quedó, pero a la primera lluvia fuerte se llevó lo que le echaron. Dejó el hueco e inundó la calle, que se llevó el chapopote con piedras. Ahora es trabajo que se les queda a Omar y a doña Yola, que va a estar pelón para que deje a la ciudad como lo era antes. Los policías, entran y salen jefes y no pueden terminar con los ladrones.
Cada que el gobernador está en una ceremonia, dice con orgullo: “El Estado de Hidalgo junto con su capital, es el más seguro de la república mexicana porque tenemos una sola policía”. Que no mame, que meta más. una sola policía no va a poder hacer nada nunca.
Y así llenaríamos las páginas de los periódicos diario y nunca terminaríamos. Me faltó mencionar la Plaza de Independencia donde la gente está tapándose el sol en las banquetas porque no hay sombrita. Donde pusieron una biblioteca, señores, la cultura no se da en Pachuca. Hay tenemos la biblioteca de Garibay, Cultura y las Artes, la de la Universidad de Abasolo. Donde si la gente va y se llena es en el mes de abril cuando se realizan programas culturales y populares en la Fundación Arturo Herrera Cabañas.

  

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