CORRIÓ DE SU CASA A SU JEFA
La señora Mariana Hernández, de 78 años de edad, anda buscando la forma de entrar a un asilo de ancianos, a lo mejor no lo encuentra o no le saben decir porque ahora se llaman “Casa de la Tercera Edad” y se encuentra en la colonia Matilde; las autoridades correspondientes le han dicho que tienen casa llena, que mientras se quede en la calle y cuando se muera un viejito la mandan llamar.
La encontraron durmiendo debajo de un puesto de tacos, a un costado del mercado de Barreteros, los gendarmes la sacaron jalándola de las patas y como no llevaba identificaciones la trasladaron ante el Ministerio Público.
Declaró que ella tiene una casa que le dejó su difunto marido, en el callejón de Peñuñuri, en el barrio del Arbolito, se la pasaba haciéndole mandados a las vecinas, tirándoles su basura, se la llevaba chicas, pero la pesadilla que ha vivido en las puertas del infierno comenzó hace 4 años, cuando su hijo de nombre Joaquín López Dóriga, (perdón) Joaquín López, que se llevó a vivir a su vieja Enedina González y desde esa fecha ha pasado las de Caín por los malos tratos de su nuera, que la agarró de gata.
Tiene que lavar la ropa de ella, de su hijo y su nieto, lava los trastes y hace la limpieza, y cuando llega su hijo, la nuera le dice que ella hace todo porque su madre está vieja y se la pasa durmiendo todo el día. El martes pasado la señora se levantó temprano, se dio su manita de gato a ver si de chiripada encuentra a un viejito de su vuelo, cuando iba a salir su nuera le dijo que se llevara a su hijo a dar una vuelta, porque estaba de chillón.
La señora Mariana le dijo que no podía porque iba a buscar chamba, que mejor al rato regresaba y se lo llevaba, su nuera agarró al niño, lo cargó y lo puso en sus brazos y la encaminó a la puerta. La señora como ya le falla la vista, al bajar por la calle de Galeana se tropezó con una coladera abierta y se fue de boca, llevándose a su nieto de corbata, que se pegó en la cholla y se abrió la cara.
Se regresó y al verla su nuera le dijo que era una vieja inútil, le mentó la madre y le dio un aventón cayendo parando sus patas, amenazándola que cuando llegara su hijo no se la iba acabar. Por la noche cuando llegó Joaquín se armó el desmadre, su vieja le dijo que su madre estaba borracha y se llevó al niño a la fuerza, lo tumbó y se dio un calaverazo, que se abrió la cholla. Eso enfureció a Joaquín, que le dijo a su mamá que agarrara sus tiliches y que se fuera de la casa, que buscara a su otro hijo que vive en la colonia Cubitos, que esa era su casa porque cuando su padre estaba a punto de estirar la pata le dijo en el oído que se la dejaba de herencia, porque sospechaba que la señora Mariana tenía un “Sancho”, y casi a empujones la sacó de su propia casa.
Fue a buscar a su otro hijo a la colonia Cubitos pero como todo está cambiado y casi no ve, se perdió y no lo encontró. Era noche, las patas las tenía como bolillo de tanto caminar, y no pudo dar un paso más, ni para atrás, ni para adelante, se acurrucó debajo de un puesto y con lo calientito se quedó dormida, pero ya en la madrugada sintió que la jalaron de las patas, eran unos policías que le apuntaban con sus escopetas, le pidieron que se identificara, como no llevaba ni la del IFE la subieron a la camioneta patrulla y se la llevaron a la barandilla, acusándola de dormir en vía pública, sin permiso que estaba borracha o que se quería robar algo. Que a lo mejor era un “Halcón” de la delincuencia organizada.
Levantó el acta en contra de su hijo y su nuera que la corrieron de su casa por vieja, iba a esperar que alguien de La Casa del Adulto Mayor o del asilo de ancianos, que está en parque Hidalgo, se pele para que la reciban, por mientras le dijo el Agente Social que por las noches tuviera cuidado que no la fueran a violar.
UNA JOVEN SE TIRÓ DE UN PUENTE
Una pareja de enamorados en la madrugada discutieron acaloradamente, se sacaron sus trapitos al sol, ella le mentó la madre, el otro le dio una cachetada, abrió la puerta del coche, corriendo se paró en el barandal más alto de un puente, abrió los brazos y se aventó un clavado, se escuchó un madrazo seco y la mujer quedó tirada en un charco de sangre. La gente que la vio le aplaudió porque fue un excelente clavado. Llegaron los cuerpos de auxilio y la encontraron viva, se la llevaron al hospital con el pico colgando.
Eran las 6 de la mañana cuando les avisaron a los uniformados que estaba tirada una vieja borracha debajo del puente, llegaron y al verla con vida trataron de darle los primeros auxilios, pero como tenía la cabeza como calabaza, mejor se la llevaron. Uno de los testigos que nunca falta, se acercó con el gendarme que sacaba el parte y le dijo que él estaba quitando las marañas cerca del lugar, porque trabaja en parques y jardines de la Presidencia Municipal de Tula de Allende, cuando de pronto llegó un coche Volkswagen, tipo Golf, color blanco, placas del Distrito Federal y vio a una pareja que se estaban peleando, escuchó todo lo que se decían y se manoteaban hasta que la chamaca se salió furiosa, se subió al puente y se aventó, el cuate al ver que estaba desmadrada se quiso pelar pero le tapó el paso el campesino con un machete en la mano y mejor se volvió a meter al coche, y lo agarró la policía.
Mientras por otro lado, los cuerpos de rescate andaban paseando a la clavadista, la llevaron a un sanatorio particular y no la recibieron, porque si se moría quién pagaba la cuenta. La llevaron a la Cruz Roja pero los médicos dijeron que su caso estaba de la patada, que mejor la llevaran al Hospital Regional donde tampoco la querían recibir, que ya estaba lleno como en el Seguro Social de Pachuca, que en urgencias tienen a los enfermos por horas, días, sentados en una silla porque no hay camas.
Al día siguiente la muchacha abrió los ojos y dijo que se llama Karla, de 20 años de edad, con domicilio en la calle Álvaro Obregón, sin número de la colonia Iturbide en el Distrito Federal, que se quiso matar por un pleito que tuvo con su pareja; el acompañante todo chiveado dijo que se llama Alberto Jiménez, de 23 años de edad, en la colonia El Salitre, del Distrito Federal, como no quiso soltar prenda de lo que había pasado, se lo llevaron a la barandilla de Tula Hidalgo y lo van a tener ahí hasta que abra el hocico.
SE LOS LLEVARON AL BOTE POR BORRACHOS
Unos borrachos estaban de escandalosos en vía pública, a todo el que pasaba le echaban bronca, otros se orinaban donde se les antojaba, eran cuatro canijos que la noche se les hizo un polvo y los sacaron del bar a empujones porque no querían salirse, les dijeron que ya había cantado el gallo, que se fueran a sus casas. Enojados porque no les vendían más, patearon la puerta y le mentaron la madre al dueño del bar, al capitán, a los meseros y meseras, y a los saca borrachos.
Los borrachos le querían seguir la tos al gato, pero ya estaban en estado de ebriedad, apenas podían sostenerse, no sabían dónde se encontraban, al verlos cerraban Oxxos y tiendas comerciales, eran las dos y media de la tarde cuando les avisaron a los gendarmes del municipio de Tula de Allende, Hidalgo, quienes mandaron dos camionetas patrullas a la colonia Ampliación Tolteca, para que fueran a calmar a los borrachentos. Al llegar los uniformados, poniéndose su carabina debajo del brazo y dándoles de madrazos, los pusieron contra la pared leyéndoles los reglamentos de la Policía y buen gobierno, pero como no les hacían caso tuvieron que darles en la madre.
Cuando los pasaron a esculcar uno por uno, le encontraron al que dijo llamarse Cristian González Badillo, de 22 años, en el bolsillo del pantalón del lado izquierdo una bolsa de plástico de hierba, que al probarla dijeron los policías que era marihuana, también le encontraron un paquete de hojas de papel arroz color negro, le dijo uno de los Cuicos que estaban hundidos, porque podían ir al paredón de acuerdo al fundamento legal del artículo 25, fracción XVIII, capítulo uno, según San Lucas, del Reglamento de Seguridad Pública y Tránsito municipal, quedaban automáticamente detenido.
Cristian le dijo que le valía madre su reglamento y se les fue a madrazos, sus compañeros también hicieron lo mismo y se armó el desmadre, hasta que llegó el apoyo y golpeándolos en la cabeza los dejaron quietos; dijeron llamarse Gamaniel de 23 años de edad, domicilio conocido en el Canal de Ampliación Tolteca, Sergio de 24, y Jesús Rodríguez, fueron trasladados al Ministerio Público de Tula, donde les explicarán los Reglamentos de Tránsito.
TODO POR AMOR
Juan Canales, con domicilio en la calle de Leona Vicario 20, de la colonia Nuevo Tulancingo, andaba de ‘Sancho’ con Marcela Díaz. Anita, su señora, se sentía huerfanita cuando supo que su viejo le andaba haciendo de chivo los tamales y bailaban el venado en su casa chica, comenzaron los problemas, llegaron a decirse hasta el huevo quien lo puso.
Anita Barraza, de 36 años, adoraba a su esposo, cuando supo que ya tenía su quelite se le partió el corazón en mil pedazos, lloraba como la Zarzamora a cada rato por los rincones, dicen que las noches se la pasaba en vela y en todo el día no se despegaba de la ventana, a ver si de chiripa llegaba su viejo infiel a quien seguía queriendo con toda su alma. Se casó a los 17 años jurándose amor eterno e inolvidable, y poco a poco se le metió la idea de salir no por la puerta principal si no por la puerta falsa. Se puso a escribir un papel como diciendo su último adiós y se ahorcó.
Ivonne Canales, de 19 años, dijo al Ministerio Público que veía a su jefa muy demacrada, muy triste y siempre llorando, había caído en depresión, le pidió que llevara a su hermanito a la escuela, cuando regresó encontró la puerta atrancada, pidió auxilio con los vecinos, entraron y vieron a la señora colgada del cuello. La bajaron con la esperanza de que estuviera viva pero ya se había ido para Morelia. Avisó al Ministerio Público el cual fue a dar fe al cadáver y encontrar un recado póstumo que decía “Discúlpame hija, pero sin el cariño de tu padre no puedo vivir, la culpable es Marcela Díaz”, agregó la joven en la declaración que tiene unos días que sus papás pelearon y rompieron una taza y cada quien para su casa, desde entonces su madre se sintió muy triste cansada sin ilusiones, se le acabó la fuerza de la mano izquierda y se fue de este valle de lágrimas.