ENCONTRÓ A SU VIEJA EN LA MOVIDA
Se lo quitó de encima, lo sacó encuerado al patio y lo mató a pedradas, la mujer, al ver que ella correría la misma suerte, salió a la calle ahí se vistió y se fue. Como dijo el Monje Loco “Nadie sabe, nadie supo”.
Un hombre le dio en toda la madre al “Sancho” porque lo encontró que estaba muy apurado arriba de su vieja, los dos estaban en traje de rana. Esto sucedió en la calle sur 4 de la colonia Independencia, la noche del miércoles.
Juan, de 30 años, un hombre dedicado a su trabajo, estaba en su turno trabajando en una fábrica refresquera, y con eso de salir y entrar el cambio de clima le soltó el moco, con dolor de cabeza, o sea que la gripa le llegó de un momento a otro, eran las 10 de la noche, pidió permiso al supervisor de que se fuera a su casa porque se sentía de la patada; como trabaja en La Paz para su desgracia no pasaba ni un taxi, y se la aventó a pata, con el frío se estremecía, pero pensó que llegando a su dulce hogar se iba a calentar con su vieja, a ver si desaparecía la gripe.
Eran cerca de las 11 de la noche, con mucho cuidado abrió la puerta de su casa para no despertar a su mujer, caminaba despacio sin hacer ruido, al acercarse a su recamara escuchó unos gemidos de una mujer desesperada que pedía más, por su mente pasó que algo le estaba pasando a su mujer, que a lo mejor tenía la tripa (perdón) la gripa.
Los gemidos eran cada vez más fuertes y decidió abrir la puerta de un jalón. Ahí encontró a su mujer, que le estaba poniendo Jorge al niño, como estaban en traje de Adán y Eva, rápidamente les aventó la ropa a la calle por la ventana. Furioso con el que se estaba comiendo su torta, lo agarró de las greñas, lo sacó al patio, la traición, los celos lo cegaron y se volvió loco, le dio una patada con todas sus fuerzas en los bajos, que el hombre gritó con todas sus ganas, como si se los hubiera volado.
No lo dejó parar, le sonó un gancho en la mandíbula que lo noqueó, agarró un block y con todas sus fuerzas se lo aventó en la cholla, que le dejó la cabeza como calabaza.
La mujer salió a medio vestir gritándole que lo dejara, pero Juan la correteó y le dijo “ahora te toca a ti”, la señora salió corriendo gritando como loca, los perros no dejaban de ladrar y despertó a los vecinos, que salieron a ver qué Pez.
Al ver que estaba un hombre muerto llamaron a la policía al 911, que al llegar no encontraron al asesino, ni tampoco le vieron la cola a la señora, que dicen que salió como alma que lleva el diablo.
Llegó el Ministerio Público y anotó en su carpeta investigadora que se habían echado al plato a uno que encontró dándole de comer al chango. Entre sus ropas encontraron una credencial con el nombre de Yair “F” de 20 años de edad, de oficio albañil, dieron orden de que se levantara el cuerpo y se mandara al médico Forense para hacer la necropsia de ley.
Los investigadores comenzaron hacer preguntas a los vecinos para saber qué es lo que había pasado, una señora que vive a un lado de donde ocurrió el crimen les comentó que su vecina Silvia tenía un amante, y todas las noches esperaba que se fuera a trabajar su esposo y le abría la puerta, ya tenía tiempo y que a lo mejor les cayó en la maroma.
Revisaron toda la casa para buscar alguna pista y solo encontraron unos calzones de mujer y un zapato. Informó la policía investigadora que ya le andan pisando los talones, tanto al hombre como a la mujer, que de un momento les echarán el guante.
MANOS ARRIBA PATAS A LA BARRIGA
Con pistola en mano roban un Oxxo. A plena luz del día tres sujetos asaltaron una sucursal Oxxo, que se encuentra en el fraccionamiento Rancho San Antonio, de Tizayuca Hidalgo, donde se llevaron un botín de mil 300 chuchos. Los ladrones se pelaron rumbo a la Ciudad de México por la autopista.
Los empleados dijeron a la policía que era medio día, unos estaban descargando la mercancía, otros esperando clientes, el vigilante de seguridad, parado firmes en la puerta, y la cajera dándose su manita de gato, porque a esa hora no habían entrado ni las moscas, de pronto llegaron tres clientes, echaron mano a su cintura y sacaron una pistola cada uno y les dijeron: “Este es un asalto, júntense y nadie se mueva porque no los agujereamos, y cállense el hocico”.
Los empleados levantaron las manos y se quedaron quietos con el miedo de que les dieran en la madre, llegaron con la cajera y antes de que se lo pidieran les entregó el dinero de las ventas del día, sin hacerla de tos, los delincuentes salieron y se subieron en un automóvil Chevrolet Tipo Chevy, color blanco, y sacando las manos por las ventanillas les aventaron sus cremas.
Los empleados reaccionaron al mismo tiempo, corriendo de un lado para otro, mirando hacia la calle, otros llamaron a la policía, pero no les tomaron el número de placas porque no llevaba, ya calmados esperaron sentados a la policía, que llegaron barriéndose, frenado rechinando las llantas, con la carabina bajo el brazo, buscando dentro de la tienda, en el baño, en los pasillos, y les dijeron los empleados que ya se habían ido.
Sin darle tiempo se subieron en la camioneta patrulla y se fueron sin preguntar por dónde, regresaron después de dos horas preguntándole a la cajera que por dónde se habían ido por que los buscaron en toda la carretera que va rumbo a Pachuca, les contestó que se fueron rumbo al Distrito Federal, y la zurraron diciéndole que los afectados tienen la obligación de darles los datos para que ellos cumplan con su deber, y les contestó que nadie les preguntó nada.
CAYÓ UN RATÓN EN MANOS DE LA CHOTA
Un consumado delincuente, que ya le andaban pisando los talones porque tenía averiguaciones por robo de casa habitación, asaltó a mano armada, fue capturado con una pistola lista para actuar; eso fue por las denuncia de un vecino vigilante que les dijo a los gendarmes que llevaba una fusca clavada en la cintura.
A los uniformados les sudó la cola para aventarse a detenerlo, pensaron que a lo mejor era un pistolero del oeste y los podía desmadrar a plomazos, más que iba montado en su caballo de acero y atrás llevaba a un compañero, que al verlos aceleraron, se les cruzaron, cortando cartucho de sus escopetas y les ordenaron que se bajaran de la motocicleta poco a poquito o se los llevaba Patas de Cabra, pero a los motociclistas les valió gorro su orden y salieron a toda velocidad, arrancando en una sola rueda. Los alcanzaron y les apuntaron como si los fueran a fusilar.
Eso sucedió en Plaza Universidad, del municipio de Mineral de la Reforma, por medio del radio ya les habían dicho que dos tipos iban en una motocicleta color Rojo rumbo al Saucillo. Dijeron que se llamaban Vladimir, de 28 años, y Juan, de los mismos años, quienes se les pusieron al brinco a los gendarmes aventándoles de madrazos y mentándoles su madre, pero no les sirvieron ni para el arranque, les dieron de macanazos en la cholla, y cuando estaban atarantados, a uno de ellos lo desarmaron quitándole la pistola marca Llama, color negro con mango de plástico color blanco, estaba cargada con balas calibre 22; se los llevaron con todo y moto ante el Ministerio Público.
YA SE LLEVABA UNA NISSAN ROBADA
Eduardo de 33 años de edad, iba de pelada en la camioneta robada, le cayeron los azules apuntándole con sus escopetas, asustado se bajó con las manos en alto y les ofreció dinero a los gendarmes para que lo dejaran ir, los uniformados le dieron un madrazo en el hocico para que ya no hablara. El detenido Eduardo, les dijo a la gendarmería que ha participado en tres robos de vehículos en esta ciudad, recibiendo como pago mil chuchos por unidad.
Se informó que la noche del martes se reportó a todas las corporaciones de gendarmes que en la colonia Plutarco Elías Calles, se habían robado una camioneta tipo estaquitas, color blanco. De volada se implementó un operativo de búsqueda y localización y darle en la madre a quien la llevara; en el puente de la colonia Venta Prieta vieron que la mencionada camioneta corría a toda velocidad, y le dieron alcance metros adelante, por el altoparlante le indicaron: “Ese de la camioneta oríllese a la orilla”, le fue bajando hasta que se paró, le dijeron que les mostrara los documentos y el ladrón se comportó de manera agresiva con los uniformados “porqué me paran güeyes, que no ven que llevo prisa”, los gendarmes le contestaron “a nosotros no nos amenaces”, le sonaron un madrazo con la culata de su escopeta, que cayó al suelo y lo pararon de las greñas.
Al ver que estaba perdido les ofreció la cantidad de 15 mil varos para que lo dejara ir, que solo lo esperaran un round mientras hacía una llamada. También les dijo que les dejaba la camioneta pero le contestaron que no mame, que esa era robada. Se lo llevaron ante el Ministerio Público y declaró que fue a la colonia Plutarco Elías Calles y unos hombres le iban a entregar la camioneta, que él la iba a llevar a Ciudad Sahagún, Hidalgo, ya no lo dejaron hablar, lo pasaron con la Coordinación de Investigación para que los agentes lo investigaran.
MORDIERON A UN POLICÍA
María de 53 años, caminaba como la Patita por la colonia Cuauhtémoc, se le acercó un joven, le arrebató su bolsa y corrió a todo lo que daba. La señora gritó muy fuerte, que espantó al conserje de la escuela Pedro María Anaya, que al cerrar la reja se machucó una mano.
De chiripada pasaban por ahí una pareja de policías, les dijeron que el que iba corriendo no era un atleta, que era un ladrón que había robado a la señora que gritaba.
Uno de los policías corrió tras él, al llegar al mercado de la colonia Morelos se le aventó agarrándole las patas, cayendo el ladrón de puro hocico, junto con el policía que se raspó la barriga. Se pararon rápido pero el policía fue más veloz, lo agarró muy fuerte del pescuezo, el ladrón le dio una mordida en una mano al policía, quien lo soltó y salió corriendo como diablo, pero lo volvió alcázar en la calle Colegio Militar, para que no lo volviera a morder le dio de madrazos con el tolete en la cholla para atarantarlo. Llegó su compañero y pidieron la patrulla y lo metieron a huevo, llevándolo a la barandilla de Seguridad Pública. Le dijo al Ministerio Público que se llama Oscar, de 25 años, que se encontró la bolsa y el policía se la quería quitar.
Cuando estaba de chismoso, llegó la señora, reconoció al ladrón les dijo la cantidad de dinero que traía en la bolsa, la abrieron y tenía mil 300 pesos, después confesó que se la había arrebatado, le dijo al policía que lo agarró que cuando salga le va a rajar la madre. El policía con el permiso de sus superiores le dio uno en el hocico para que se callara, y se fue al Centro de Salud para que lo inyectaran contra la rabia.
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