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UN INFIERNO BONITO

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SE LO ECHARON AL PLATO
Sucedió en el municipio de Tepeapulco. La señora del muerto escuchó un balazo afuera de su vivienda, sintió mucho miedo que los pelos se le pararon, con el Jesús en la boca se asomó por la ventana a ver qué Pez, movió la cabeza para todos lados pero no vio a nadie, solo escuchó el ladrar de los perros que se le puso la carne de gallina.

Por las moscas, con mucho cuidado, salió con un garrote en la mano, al no ver nada se volvió a meter a su casa, sintió un frío para perros, eran las 4 de la mañana. A esas horas la policía pasaba por el lugar, también habían escuchado los disparos, dieron la vuelta con la carabina bajo el brazo, con el dedo en el gatillo listos para soltar el plomazo.
Se quedaron quietos al encontrar el cuerpo de un cristiano, que estaba con la cola para arriba cerca de las vías del tren a un lado de su domicilio, en la calle Artemio Vázquez Peña, en la colonia Independiente, con el número 21.
Llegaron los peritos de criminalística y al verlo todo quedó en silencio, no quisieron hacer la mosca chillar, dijo el comandante que era posible que se tratará de un ajuste de cuentas.
Por ahí se supo por medio de un vecino que a esas horas llegaba a su casa, unos sujetos viajaban en una camioneta y le disiparon, con la luz de la luna vio como un hombre cayó al suelo levantando las patas, él se metió agachado, no le fuera a pasar lo que al perico, espantado llegó y le dijo a su vieja lo que había pasado, le contestó la señora que se callara el hocico porque venía borracho y no le hizo caso, él fue quien llamó a los uniformados.
En menos que canta un gallo se juntó mucha gente y salió la esposa del señor que mataron, se llama Brenda Martínez, que al saber que se habían quebrado a su viejo se puso como loca y ahuevo quería ir tras los asesinos, los socorristas de la Cruz Roja le dieron un calmante y así pudo declarar lo que ella sabía.
Comentó la mujer que muy cariñosa como siempre se despidió de su viejo, dejándolo en la calle y ella se encerró como la puerta negra, se metió a acostar cuando de momento escuchó una ráfaga de balas.
Dijo que el corazón le latió a madres, se asomó por la ventana vio para todos lados pero no vio a nadie y se siguió haciendo la meme. Otro de los vecinos dijo que a esas horas se paró al baño y después de los balazos se asomó y vio a un coche Cadillac, de modelo atrasado, color arena, que pasó echo la raya, se fue entre las calles pero se fijó que las placas eran del Estado de Sonora. De acuerdo con lo que pudo apreciar eran tres los que  iban dentro de la unidad, vio que se fueron por la calle Bosques, que conduce hacia la vía del tren en Otumba y Emiliano Zapata.
Se juntaron varios elementos policiacos, agentes y de la gendarmería, andaban hechos la mocha por todas partes con sus operativos de localización y búsqueda. También había llegado al lugar el Agente del Ministerio Público, que de volada anotó en su carpeta de investigación la muerte de un hombre, lo acompañaban los agentes investigadores, protección civil, el grupo de rescate y los bomberos. Estaban sacando todos los datos pero los chillidos de la mujer los pusieron nerviosos y mejor se retiraron, después se encontraron en el hospital, aprovecharon que estaba tranquila para que volviera a declarar.
La mujer Brenda Hernández, de 30 años de edad, les dijo que su esposo se llamaba Arturo Ruiz Dávila, de 29 años y que era empleado de la empresa “Greenbrier” en Ciudad Sahagún. También les comunicó que su viejo tenía tiempo de andar viajando a la localidad de Tepeyahualco, desde el viernes hasta el domingo, y que en las últimas ocasiones regresó madreado, solo le dijo que se aventaron un cayo con unos monos, sin embargo cuando él ya se iba ella estaba atrancando la puerta con el pasador, y escuchó una voz que le dijo: “Bájate hijo de la Changada”.
Luego se escuchó un balazo, pero no vio nada, comentó que a lo mejor lo subieron al coche, ahí lo mataron y lo fueran a tirar cerca de las vías. Los uniformados y agentes de Tepeapulco, Ciudad Sahagún y Emiliano Zapata, formaron el operativo “Cero” y salieron por varios rumbos; a las pocas horas regresaron con cero detenidos.

SU SUEGRA LO PUSO QUIETO DE UNA MADRIZA
Mariano Hernández Pérez, de 28 años de edad, repartidor de Chescos, el domingo se fue de Picos Pardos con unos amigos olvidándose de su vieja y sus hijos; por la madrugada llegó a su casa de la calle de Simón Bolívar 518, del barrio de la Palma. Agarró a patadas al perro, que lo desconoció y le ladró, su vieja se levantó a decirle que no le pegara al Sultán, que se callara el hocico, eran las 4 de la mañana iba a despertar a los vecinos. Eso enfureció a Mariano, la agarró de las greñas, le gritó en la oreja: “Para darme órdenes solamente mi jefecita y eso ya no puede hacerlo porque está comiendo pinole en el panteón”, le dio de cachetadas y la mandó a dormir.
La señora Susana González Martínez de coraje lloró, el borracho buscaba en el refrigerador algo para chupar. El sube y baja del moco de la mujer despertó al niño chiquito, que soltó un grito como si le estuvieran apretando el gañote, la señora lo mecía entre sus brazos para que se quedara dormido y le gritó su señor: “Calla a ese escuincle antes de que le aviente un zapatazo”. Por los gritos el niño se espantó y chilló más fuerte.
Eso sacó de quicio al tomador y le dijo a su señora “no te dije que lo callaras”, le arrebató al niño de los brazos a su vieja, lo aventó a la cama, rebotó y rodó del otro lado cayendo de cholla, del madrazo se privó. Susana corrió a levantar a su criatura, diciéndole a su viejo que él tenía la culpa si se le caía la mollera. Alegaban a gritos cuando llegó la señora Julia Martínez, la mamá de Susana, que vivía en la misma vecindad, dándole un jalón de greñas a su yerno lo mandó de nalgas al suelo, le preguntó a su hija qué pasaba, llorando le contó todo, Doña Julia, que está como caballota, se le fue encima al pobre de Mariano, no le aguantó ni un round, lo dejó todo desmadrado y lo corrió de la casa.
Mariano tenía los ojos de sapo, apenas podía ver, caminaba como viejito. Bajó a la calle de Guerrero, por la escuela Justo Sierra, paró un coche que lo llevara a Seguridad Pública, el chofer no se dio cuenta cómo estaba. En la calle de Romero bajó un automóvil y chocó con el taxi donde viajaba Mariano. Llegó la Policía Municipal, al ver que estaba madreado, pidió una ambulancia, se lo llevaron al Hospital General. Horas después declaró ante el Ministerio Público que su suegra lo había golpeado, no le creyeron, quedó detenido por echarle la culpa a otra persona tapando al taxista.

PERSEGUÍAN A UN CACOMIXTLE
Ante la ola de ladrones de todas las marcas, los habitantes de los pueblos y colonias están buzos caperuzos para que no les bajen sus cosas, así que sospechoso que ven no le quitan la vista, lo siguen y no paran hasta agarrarlo. Un  hombre persiguió a un ladrón en el momento en que salía de su casa, que la había robado. Avisó a la policía y lo fueron siguiendo desde San Agustín Tlaxcala hasta Pachuca, donde se lo enchilaron.
Pasaba del mediodía y se supo que un hombre a bordo de una camioneta hizo señas a los policías que estaban en un retén rumbo a Pachuca, sobre la carretera Actopan, a la altura de la Universidad. Con desesperación un hombre les señaló a los uniformados, haciéndoles señas con las dos manos, un coche Volkswagen Jetta, color azul, número de placas 661- VWT de la Ciudad de México. Como no dejaba de hacer señas los uniformados se acercaron a ver si no tenía calambres el que les gritaba, y les dijo que en ese carro iban unos ladrones.
Los gendarmes lo alcanzaron y le dijeron que se bajara, cuando se estaba quitando los pantalones le gritaron que del coche. Los policías realizaron una inspección vehicular y encontraron en el asiento trasero diversos objetos electrónicos de los que el conductor no pudo justificar que eran suyos. El agraviado se acercó al lugar y reconoció todos los objetos, les dijo a los gendarmes que desde hace unos minutos, cuando él llegaba a su casa, los acababan de cargar. Vive en el municipio de San Agustín Tlaxiaca, de donde se los habían robado.
Dijo que los siguió sin que se diera cuenta, hasta que encontró la patrulla y les avisó, el ladrón fue llevado a las instalaciones de Seguridad Pública municipal de Pachuca, para ponerlos en las manos de la autoridad. Le dijeron al agraviado que después pasara por los objetos robados porque no había quien hiciera un inventario, les dijo que mejor se esperaba porque luego se la pueden hacer de cuento ratero.

PONGANSE ABUSADOS CON LOS BILLETES
Atraparon a tres tranzas que andaban cambiando billetes de 500 pesos falsos. Se sabe que pertenecen a una banda bien organizada, pero fueron detenidos en el municipio de Zempoala. Ya los tenían bajo la lupa, comentaron los agentes que les iban pisando los talones y no los perdían de vista, y en el momento que se disponían a cambiar un billete de 500 pesos balín, les cayeron en la movida.
Dijeron los gendarmes que viajaban en un vehículo viejo y que estaba lleno de marihuana, que cuando olieron a la policía se hicieron ojo de hormiga y lo abandonaron.
La primera detención se dio en la calle de Tepa, en la colonia conocida como “El Cerrito”, cuando la dueña de una tienda solicitó la presencia de los uniformados y señalaba a un hombre, haciéndoles señas con los dedos de que se apuran antes de que se les pelara, porque había comprado varios productos y pagó con un billete de 500 pesos falso.
Otro señor que estaba como agua para pelar pollos y se jalaba de las greñas, dijo a los uniformados que entró un cuate y pidió una cajetilla de cigarros y pagó con un billete falso, les señaló que ahí iba, ya listo para emprender el vuelo, los uniformados corrieron tras sus huesos y lo pescaron y al poco rato al segundo. El primero dijo que tenía 18 años de edad, y se lo llevaron a la barandilla, diciendo el comandante que se pusieran abusados no les fuera a pagar  la multa con billetes falsos. Para estar más seguros en tiendas y en la misma barandilla pusieron anuncios de “No se reciben billetes de 500 pesos”.

¡NO TE CALLES!
Las autoridades no han podido detener al hombre Rata, que se llevó muchos millones de pesos de Radio y Televisión, se llama Sergio Islas Olvera. Le pueden caer de visita sorpresa en Venta Prieta.
gatoseco98@yahoo.com.mx