UN INFIERNO BONITO

UNA PROFESORA LLORA
Sus gritos se escuchan en todo el fraccionamiento de Tulancingo, espantan a los perros que no dejan de ladrar. La profesora sale a pedir auxilio y se mete a su casa y llora mirando por la ventana. Los vecinos han tratado de echarle la mano para que se calle, pero ella quiere a las autoridades, las ha llamado y no llegan.

Custodiada por un grupo de vecinos llegó al Ministerio Público y soltó un fuerte grito, que el agente social se cayó de la silla y le dijo que le llegó un recado. 
La profesora Sandra, subiendo y bajando el moco y sonándose fuerte la nariz, dijo que recibió una llamada en su teléfono “Tengo secuestrada a su hija y quiero que me dé 10 mil pesos en media hora, si no la destripo y también a la viejita”.
El agente del Ministerio Público le dijo que le contara con calma todo lo que había pasado, para ir a darles a los secuestradores 10 mil macanazos en el hocico.
Le explicó la maestra Sandra que tuvo que salir al Distrito Federal donde la operaron del cuajo. A las 6 de la tarde recibió una llamada de su hija de 14 años de edad, le platicó que había perdido su celular y que del mismo aparato le llamaron a su abuelita para exigirle el dinero, y le dijo que la viejita por un  pelito de rana para las patas de un paro cardiaco. La profesora le dijo a su hija que se relajara, le recomendó que ya no contestaran el teléfono. Después la niña le mandó un mensaje de texto, donde le decía que le exigían dinero, si no lo daban le daban matarile a su abuelita y a ella. La maestra le regresó el mensaje diciéndole que no les hiciera caso, que apagara su teléfono.
Nuevamente recibieron un mensaje que las hizo estremecer de pies a cabeza, “Qué pasó, ya me cayeron gordo voy a matarlas”, la maestra que estaba escuchando por el celular enlazado pidió su alta de inmediato y llegó a Tulancingo para cuidar a su hija y a su madre, porque estaban a amenazadas de muerte.
Le pidieron al policía que cuida el fraccionamiento que las acompañara a dar de baja ese número, y exigieron a los gendarmes que  si ellos no podían agarrar a los que les hablaban, iban a formar un grupo autodefensa para estar seguros.

UNA SEXOSERVIDORA SE DESMADRÓ
Una mariposa nocturna que le hace al talón en el  bar de mala muerte que se encuentra en el corredor de las caricias; Guadalupe  de 27 años, salió con un cliente. Lupita, una mujer guapa, tiene poco tiempo de estarle poniendo duro y tupido, que no conoce las reglas del amor, se avienta como el gorras por dinero, uno de los clientes le ofreció una lana para que se fuera con él, lo acompañó a pesar de que andaba súper borracho.
Se subieron en un coche y se dirigían al hotel San Antonio El Desmonte, el cliente a penas se podía sostener en pie, agarraba el volante con las dos manos y abría sus ojos lo más que podía, con el alcohol que se había empujado los tenía de Chale.
Era de madrugada y sobre la carretera a Ciudad Sahagún, al dar vuelta en un retorno, le agarró la mano el chango y se fueron a estampar en la banqueta. Ella quiso dar el volantazo pero era demasiado tarde, cerró los ojos y esperó el madrazo. Se abrió la cabeza, se torció el pescuezo, el borracho estaba prensado  en el coche, no se podía mover, del golpe se le había bajado la peda, le dijo a la mujer que se fuera antes de que llegara la policía.
Guadalupe salió caminando como cangrejo, despeinada y sin un zapato, se paró en la carretera por varias horas, nadie se detenía porque saben que en ese tramo se aparece La mujer de negro.
Por fin pasó un taxista que la llevó a su trabajo, donde sus compañeras la trasladaron al Hospital General. Guadalupe no se acordaba del sabor de la noche, ahora tenía el sabor de la cruda, una de sus compañeras que se dedica a lo mismo le dijo que ellas son como los pescados, que no pueden salir cuando andan en el agua, ella les dijo que perdió toda la noche y no cobró, que no sacó ni para el almuerzo.

PIDIÓ PRESTADO UN CABALLO
Como lo perdió ahora no puede devolverlo; Francisco Melo fue denunciado penalmente al Ministerio Público de Tulancingo, Hidalgo, por la señora María Teresa, ambos viven en San Nicolás Cebolletas.
Explicó a las autoridades que es la dueña del caballo de raza criolla, color blanco, de dos años, no tiene ninguna marca. Dijo que el día 20 de noviembre de este año, estaba en su casa cuando entró su hijo Santos Franco, a decirle que un vecino la estaba esperando, quería que le prestaran un cuaco.
Sus otros hijos le dijeron que Pancho Melo era un charro de los mejores de la región, únicamente se le había muerto su caballo, un alazán Lucero, y lo quería para una competencia.
La señora le dijo que con mucho gusto, pero que cuántos días iba a ocupar al animal, le respondió que se lo devolvía en una semana, lo necesitaba para unas carreras. Le dijo que se lo llevara pero que se lo devolviera lo más pronto posible. Pasó el mes de noviembre y a la señora no le daban su caballo, fue a buscar a Francisco a su casa para preguntarle qué Pez con el animal; estuvo tocando pero no le abrieron.
Transcurrieron los días y diario iba a buscarlo pero nunca le abrían en su casa, a pesar de que sabía que estaban adentro; uno de los vecinos le dijo que ya no gastara la suela de sus zapatos buscando a Francisco Melo, porque salía muy temprano y llegaba muy noche, y si lo buscaba por lo del caballo, ya lo había vendido y han visto al animal en tierras de don Arturo Romero.
La señora fue a decirle al señor Arturo que le devolviera el cuaco porque era de ella, le contestó que se lo compró a Pancho en 8 mil pesos y le enseñó un recibo; por eso la señora fue a poner su demanda en contra del que abusó de su confianza, que es un joven de 22 años y lo pueden encontrar en San Nicolás Cebolletas.
La policía lo agarró y declaró que se jugó una buena lana porque le habían dicho que el caballo de la señora estaba al tiro para correr, pero llegó al último y perdió todo y tuvo que venderlo.
 
SE LE METIÓ EL DIABLO
A Gerardo Arias Serrano, con domicilio en Fernando Rivemar Rodríguez, en San Javier, se le metió el diablo, estaba como loco, caminaba de un lado a otro como león enjaulado, diciendo palabrotas de arriero, a su paso se le presentó su vieja y le preguntó que qué  le pasaba, le contestó “Que te importa” y se le fue encima jalándola de las greñas, con el puño cerrado le daba en la cara y le mentaba la madre.
La señora se quiso defender aventandole manotazos pero le fue como en feria; el señor la tiró, la arrastró de las greñas hasta la puerta de su casa, la levantó, le dio de cachetadas y una patada en las nalgas, que la hizo rodar a media calle y le dijo que nunca regresara. Poco después llegó la hija de Gerardo, llamada Vanessa, venía del salón de belleza porque en la noche se iba ir a una boda, le dijo a su padre que por su culpa su mamá se había ido de la casa, que qué es lo que pasaba.
El señor estaba como agua para pelar pollos, a golpes dándole la misma dosis que a su madre, la sacó a empujones de la casa. Toda madreada salió derecho al Ministerio Público quejándose en contra de su padre, que se había vuelto loco porque le dio una madriza salvaje, le dejó la cara hinchada, despeinada como “El Harapos” y con un fuerte golpe en el brazo, que se lo había luxado. Les pide justicia.
El representante social la mandó al hospital, donde se quedó internada por los golpes que le había dado su padre y en la cama de al lado estaba su mamá, quejándose del mismo dolor. Los agentes investigadores lograron la captura del salvaje golpeador y lo pusieron ante el Ministerio Público, y declaró que su vieja siempre lo ha humillado, lo cela y lo tiene vigilado con alguno de sus familiares, que de momento le llegaron ondas electromagnéticas al cerebro, se le prendió el foco y solo quiso demostrarle que él es el único gallo que canta en el gallinero, pero se picó y se siguió de filo, que no supo qué le pasó, pero palo dado ni Dios lo quita.

AGARRARON A UN LADRÓN
Un menor de 14 años lloraba porque le cayeron robando en la escuela, se juntó gente del pueblo y le iban a dar en la madre por mañoso, es un menor de edad y roba como un adulto; le cayeron en la maroma dentro de la escuela primaria en la comunidad de Zacualtipanito, que pertenece al municipio de Tenango de Doria.
Dijeron los vecinos que ya es justo que paren a los ladrones y deberían de matarlo. Junto con el ladrón quedaron detenidos el director de la Policía Municipal y el juez conciliador, y no los dejaban salir hasta que llegara el Ministerio Público con el fin de que haga justicia.
Después de muchas horas negociaron, liberaron al chamaco ladrón, y lo entregaron a la policía Estatal. De acuerdo con el reporte judicial, los uniformados municipales de Tenango de Doria, informaron que en la comunidad de Zacualtipanito los habitantes había agarrado a un niño cacomixtle, y los vecinos habían secuestrado al jefe de la policía y al juez municipal que habían acudido al auxilio del ladronzuelo, y querían dejarlo ir porque dijeron que la Comisión de los Derechos Humanos los demandaría.
Llegaron más de 200 vecinos y dijeron que no dejaran ir al ladrón, no importa que fuera un niño, así comienzan y terminan en grandes delincuentes, y que también se quedara encerrado en uno de los salones hasta que llegara el Ministerio Público. Las autoridades armaron con carabinas a todos los gendarmes y se lanzaron al rescate del ladrón y de los dos funcionarios, antes de que los madrearan porque la chusma no entendía razones.
A las 10 y media de la noche llegaron las fuerzas públicas al centro de la comunidad, donde estaban que se los llevaba la grosería unas 200 personas y lanzaban consignas contra los detenidos, no dejando salir al jefe de la policía  y al Juez. Fue después de las 12 de la noche, que convencieron a las autoridades comunales que en presencia del fiscal común se castigara en formal derecho al menor que le cayeron robando.
A petición del delegado de la comunidad, dijo que entregarán lo que el muchacho se había conejeado: una computadora Laptop, dos teléfonos celulares, un quemador de discos y tres mil 150 pesos; el ladrón fue entregado a las autoridades, el Agente del Ministerio Público les echó en cara a los vecinos diciéndoles que no se pasaran de listos, porque a las autoridades se les respeta, y no es justo que estuvieran encerrados el Director de Seguridad Pública y el Juez conciliador del pueblo.
Dijo uno de los líderes, que el policía y el juez estaban con el muchacho dándole consejos, al ver que llegó gente del pueblo armada con palos, piedras y tubos, corrieron y se encerraron en un salón, donde les fueron a tocar diciéndoles que el asunto estaba arreglado, que salieran y respondieron que ni madres.
gatoseco98@yahoo.com.mx

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