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UN INFIERNO BONITO

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POR CREYENTE SE LO CHUPÓ LA BRUJA

Eduardo García Méndez, de 50 años, estaba que se lo llevaba la grosería, se parecía al negrito sandía por las maldiciones que decía, su jefa le quería lavar el hocico con creolina por grosero, hablaba solo y meneaba las manos como director de orquesta, se notaba que echaba chispas.

Salió en su coche como alma que llevaba el diablo y le explicó al Agente del Ministerio que lo engañaron como a un chino, y le robaron más de un millón de pesos en joyas como anillos, pulseras y medallas de oro; es dueño de una joyería que se encuentra en el centro de la ciudad de Tulancingo, Hidalgo.

Pide que se investigue a una de sus empleadas llamada Mariana Hernández Santiago, de 19 años de edad, le dijo que venía de una ranchería de Huehuetla, él la ayudó, le dio trabajo, abría las cortinas, hacía el aseo, se supo ganar su confianza, su esposa le ayudó mucho a su personalidad, le compró vestidos que cortos para que enseñara los chamorros, le hizo que tirara los huaraches y le dio unas zapatillas; despachaba en el mostrador, abría y cerraba la joyería, se quedaba en su casa.

Una noche platicando con él y su señora María de lo Ángeles López, les contó que ella tenía una amiga que le hacía a la brujería, y que la joyería,necesitaba que le dieran una limpia porque las ventas estaban muy bajas, y que ni el Buen Fin le ayudó, que a lo mejor los dueños de las joyerías cercanas le habían echado polvos de mal agüero, o le tiraban sal para alejar a los clientes.

Les dijo que su amiga vivía allá en su comunidad, pero desde chica la llevaron a Veracruz y estuvo en un curso con los brujos de Catemaco, y sacó 10 en el examen, se las sabe de todas todas para hacer limpias, para alejar a los malos espíritus. A don Eduardo y a su vieja les pareció buena la idea, porque saben que les ha caído la mala suerte, pero ellos pensaron que era por ver un gato negro, y un día la señora se pasó debajo de una escalera.

Al día siguiente la muchacha llevó a su amiga, era una mujer chaparrita prieta como pinacate y dijo que se llamaba Lucha Margarita Pérez, platicó con ellos y les dijo que para hacer la limpia tenían que cerrar el negocio, les pidió cajas y les dijo que todas las alhajas, joyas y oro, se tenían que envolver en papel color negro y de aluminio, y así lo hicieron. A las doce de la noche de un martes 13, comenzó hacer su limpia, pidiéndole al todopoderoso que alejara al malo para que la gente entrara  a comprar a esa tienda.

Regó agua bendita en todos los rincones y les echó la bendición a don Eduardo y a su señora. Los limpió con un ramo de pirul y los limpió con un huevo.

Les dijo que para que todo saliera muy bien no deberían abrir las cajas durante 72 horas, ni las tenían que tocar. El sábado pasado, que abrieron la joyería y las cajas para sacar las joyas y ponerlas en el aparador, se dieron cuenta que no había nada, los envoltorios estaban rellenos de  papeles; comentó el señor que no sabe el monto de lo robado, porque no han sacado el inventario, pero le calcula más de un melón de pesos. No saben nada de la bruja Lucha Margarita ni de Mariana, que los madrearon por creyentes; dijo el señor Eduardo que la india ladrona se había ganado su confianza, ella tenía las llaves, a veces la mandaban abrir temprano, mientras ellos se echaban el mañanero.

 

MADREÓ A SU VIEJA Y SE LO LLEVARON AL BOTE

José Benigno González Juárez, de oficio carpintero, de 43 años de edad, no se parece nada a Pepe “El Toro”, este carpintero es borracho, parrandero y jugador, igualito a Juan “Charrasqueado”, vive con su vieja María de la Luz Cruz Franco en prolongación Zimapán 208, de la colonia Cubitos, cada que llegaba borracho la jalaba de las greñas y le ponía una madriza.  

Jugándose el pellejo la señora lo fue a demandar al Ministerio Público. Llegó con los ojos hinchados como de rana, de los madrazos que le dio su borrachento viejo. Declaró que Benigno tiró la puerta de su casa a puros caballazos, iba bien chupado, al verla comenzó a insultarla y le cantó una canción: “vende caro tu amor, aventurera”, ella no le hizo caso, estaba uniformada para irse a trabajar.

María de la Luz trabaja como mesera en el Bar “Los Ángeles”, el borracho burlón le dijo que ya se iba al talón, y le aventó una cerveza manchándole la ropa, como Benigno tenía una herida en una mano y le salía sangre, se la embarró en todo el uniforme, ella no le dijo nada para que no se la sonara, se fue a cambiar y no fue a trabajar.

Cuando salió del cuarto para meterse a la cocina, Benigno le pegó con un palo de escoba en las piernas y en los brazos, y luego con el puño cerrado le dio en un ojo y luego en el otro, en la nariz, la tumbó, la jaló de las greñas arrastrándola hasta el cuarto donde con unas tijeras le dijo que le iba a sacar las tripas, la señora gritó y los vecinos llamaron a la policía. Cuando llegó, Benigno se iba a escapar por la azotea, pero por lo briago se cayó y lo apañaron, llevándoselo a la barandilla, ahí fue donde la señora soltó la sopa.

Dijo que tiene viviendo 3 años con él y ha sido un verdadera pesadilla en la calle del infierno, y seguido le ha visto la cola al diablo, a cada rato la madrea  por  nada, ella tiene que ir a trabajar porque no le da dinero para mantener a sus hijos.

Le leyeron la cartilla a Benigno y lo encerraron, desde adentro de los barrotes de la reja gritaba que su vieja es una chismosa, que le pegó porque encontró en su casa a un cuate que le dicen “El monas” que le clavó una navaja en la mano. Se escuchó una voz de los que estaban adentro: “Cállate loco”.

 

POR UN PELITO SE MUERE POR ANDAR DE “SANCHO”

Juan Sánchez Roldán tenía tiempo de haber dejado a su vieja porque era muy exigente para el dinero, francamente a él no le gustaba trabajar, como dice el dicho “al trabajo y a los madrazos, casi nadie le entra”. Vivía solo en espera de que le cayera una movida, había pensado ser padrote o “Sancho”, el chiste era que lo mantuvieran.

Por ahí le llegó el chisme que en la vecindad de la calle de Reforma, junto a la vecindad del “Garbanzo”, vivía una señora que se llamaba Petra, que a pesar de tener marido, era una gallinita ponedora. Juan buscó la oportunidad de llegarle hasta que se le hizo, y de ahí para el real. Pero los chismes corren como el viento y se enteró el esposo de Petra, que le andaban bailando el venado y una noche se les cayó el teatrito.

Alfredo Jiménez, trabajador de la Hacienda de Loreto, regresó a su casa a medianoche, quiso entrar pero estaba cerrado, al tocar la puerta le preguntó a su vieja que por qué atrancaba, ella muy nerviosa le dijo que escuchó ruidos y por eso lo hizo; la señora buscaba la forma de que su señor se saliera pues tenía al “Sancho” debajo de la cama, le preguntó que porqué se había salido del trabajo, Alfredo le dijo que de momento le dio diarrea, algo le cayó mal. La señora lo mandaba a la farmacia a comprar alguna pastillas, pero él le dijo que no que le llevara la bacinica.

Alfredo, ocupó la bacinica y la metió debajo de la cama, casi poniéndola en la cara de Juan, que no se podía mover con el temor de ser descubierto. Pasaban las horas y Juan temblaba como perro, por el frío que se colaba por debajo de la puerta  y estaba encuerado. Amaneció y Alfredo discutió con su señora a manera de armar un escándalo y que los vecinos llamaran a la policía.

Al llegar la policía sacaron de debajo de la cama a Juan “El Sancho” todo tieso, no podía hablar y así se los llevaron al Ministerio Público, acusándolos a él y a su vieja de adulterio. Tiempo después la señora Petra obligó a Juan a que viviera con ella y la mantuviera, que por su culpa se había divorciado. Juan trabaja en lo que caiga y tiene que llegar temprano, si no su vieja lo va a sacar a madrazos, (el andar de “Sancho” tiene sus riesgos).

 

SE ADELANTÓ A CELEBRAR EL AÑO NUEVO

Justino Hernández Ramírez, como ha visto que el gobernador prende el árbol de Navidad en noviembre, él quiso hacer lo mismo, como le adelantaron su aguinaldo se fue de borracho, junto con unos amigos que sonsacó y le dio en la madre a su dinero. Pero cuando llegó a su casa, su vieja a madrazos lo hizo volver a la realidad, que en este mes es Navidad y para el otro es año nuevo.

A la señora se le pasó la mano, el pobre de Justino fue a pedir ayuda buscando desesperado a la diputada local para que le echara la mano en la violencia de género. Pero como no la encontró tuvo que ir al Ministerio Público a acusar a su vieja que lo desmadró, le echó todos sus tiliches a la calle, no lo deja entrar a su casa y lo amenazó que va ir a poner su demanda al DIF para que le quiten la pensión, aunque no le va alcanzar el 25% para cada uno de sus hijos, porque tiene 10.

Declaró que llegó a su casa en la calle de Quintana Roo, en el barrio del Mosco, lo llevaron sus amigos de trabajo de la Coca Cola porque se le pasaron las cucharadas, “cuando tocaron fue abrir mi vetarra, que se llama Amalia Rodriguez Larios, me metió de las greñas y a mis cuates les mentó la madre por sonsacadores, de los palos que me dio en la cholla se me bajó la briaga, me pidió el gasto, le dije que me lo había gastado pero iba a pedir un préstamo, me dio de cachetadas y trompones en la cara; en un costal empacó todas mis cosas, me jaló de un brazo, me puso en la puerta y me dio un aventón que caí rodando a media calle, ahí me fue a levantar la Cruz Roja”.

El pobre hombre pide que metan a la cavernaria de su mujer a la cárcel porque la casa es suya, y que no es culpa de él que adelanten las fiestas de fin de año, porque descontrolan como el horario de verano.

gatoseco98yahoo.com.mx