UN INFIERNO BONITO

NADIE SABE NADIE SUPO

Todos los vecinos de la colonia Ampliación Santa Julia de Pachuca estaban muy espantados cuando de momento les pasaron rozando algunas balas ¡Ay mamacita linda!, y patas para que las quiero, algunos se tiraron pecho tierra, otros corrieron como locos tapándose la choya con las manos y algunos se encerraron a piedra y lodo, esperando que llegaran los uniformados. Varias detonaciones de armas de fuego fueron reportadas por la mañana del domingo, eso hizo que saliera todo un batallón armado para contestar el fuego en la calle de Pirú.

Llegó la gendarmería con su carabina bajo el brazo, el ojo en la mira y con el dedo en el gatillo, listos para jalarlo y contestar los plomazos, pero se fueron levantando poco a poco y saliendo de su escondite porque no había nadie, le preguntaron a un señor que temblaba como gelatina, tenía los pelos parados y estaba más amarillo que un chale, ¿Qué era lo que pasaba?

Les contestó que en un principio pensó que eran los cohetes que prenden cada que anotan gol los Tuzos del Pachuca, pero luego se acordó que jugaban hasta la noche, contra el Santos. Él salió a buscar a su vieja que la mandó a traer unos tamales y fue cuando comenzó la balacera.

Los uniformados utilizaron los conocimientos adquiridos por su nuevo jefe y daban vueltas como jicotes mirando para todos lados, porque es inusual que en Pachuca haya una balacera. Saben que en la ciudad era una tradición quemar cohetes, pero desde que metió su cuchara Protección Civil y se los quitó, ya no avientan ni un buscapiés.

Los gendarmes están dentro de un círculo misterioso porque solo encontraron una camioneta Dodge tipo Durango, abandonada, color verde, pero de ahí en fuera estamos igual que ellos, no sabemos nada.

Le vamos a dar los primeros reportes que nos dio la policía, donde nos cuentan que como a las 9 de la mañana les reportaron por el C-4 que sobre la avenida Ferrocarril Central, los vecinos escucharon detonaciones de balas, los que andaban en la calle dijeron “Vieja el último”, cada quien se metió a su casa y ya no les vieron la cola, uno de ellos que le gusta mucho el chisme, le dijo a los uniformados que los vio, que nadie se lo dijo “unos monos viajaban en una camioneta tipo Durango, color verde, con placas de circulación 215-VKC, se emparejaron con la camioneta que estaba estacionada y abrieron fuego en contra de otros que andaban en otra camioneta, color arena”. Eso movilizó a la policía, que llegó al lugar en unos cuantos minutos, peinaron toda la zona y los buscaron hasta por debajo de las piedras, sin localizar a ninguno, parece que se los tragó la tierra, pero poco después encontraron la camioneta verde tipo Durango.

Varios policías dijeron que a distancia vieron cuando un sujeto se bajó de la camioneta y se metió a una casa que fue identificada, es de color azul la fachada. Hasta el lugar llegaron varias camionetas patrullas y agentes de investigación que rodearon el domicilio, pero no pudieron entrar para sacar al que se metió, porque dijeron que no llevaban orden judicial.

Otro grupo de policías localizaron abandonada la camioneta color arena, sobre la calle Venustiano Carranza, en la misma colonia de Ampliación Santa Julia.

Sin embargo nadie confirmó si hubo heridos o no, por ahí se escuchó decir que sí hubo un herido, y como no llegaban lo auxiliaron los vecinos, pero no se sabe a donde se lo llevaron mucho menos su estado de salud.

Entre los vecinos de la calle de Pirú se supo que minutos antes de la balacera, escucharon que varias veces una motocicleta pasaba de un lado a otro, “hacía mucho ruido”.

Luego escucharon la voz de una mujer que les dijo “váyanse a esconder porque los andaban buscando para matarlos”.

Dicen los vecinos que no se asomaron por el temor de que les dieran en la madre, uno corrió a todo lo que le daban las patas y se metió a la vecindad, donde dijeron que tenía aplanado azul.

Comentaron que con mucha frecuencia llegan varios tipos para reunirse con la mujer joven que ahí vive. No saben a qué se dedica pero son gente de cuidado.

Así se pasaron la tarde con las patrullas, algunos preguntando a la gente, pero no les deban razón. Uno de los testigos les dijo a un grupo de uniformados “Porque no se meten, lo sacan y lo hacen que confiese”, uno de los agentes les dijo “es que no tenemos una orden judicial para sacarlo”; el vecino preguntón les contestó “No mamen, y para un ratero llegan y tumban la puerta, le dan de madrazos y lo sacan de las greñas, y ahora dicen que no pueden; a otro perro con ese hueso”. El vecino estaba como cuchillito de palo hasta que le dijeron “Vete o a ti te agarramos y decimos que tu fuiste el que se metió a la casa color azul”.

Horas después se fueron cada chango a su mecate y así quedamos, sin saber qué es lo que pasó porque ninguna de las camionetas estaban con agujeros de bala; en cuanto sepamos algo se los diremos. Porque después agarraron de vacile a los agentes y una viejita les dijo “Porque no le dicen al Gobernador que anda cayéndoles, agarrándolos descuidados, que le caiga al señor que se metió a su casa y así se ahorran la orden del juez”.

 

INVESTIGAN AL QUE IBAN A LINCHAR

Esto es lo que verdaderamente pasó con el que iban a linchar en el municipio de Mixquiahuala, donde desmadraron  a un uniformado y dos agentes investigadores; los tres, policías del  pueblo, y lo decimos públicamente para que ustedes sepan la verdadera historia de todo el desmadre, donde pagaron justos por pecadores, eso nos dijo un pajarito.

La Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo logró que el juez Pablo Coiffier dictara un auto de vinculación de proceso, en contra de los delitos de asalto y robo de vehículo, en agravio del dueño del tractor.

Los hechos ocurrieron de esta forma. El pasado miércoles 12 del presente mes, en el municipio de Mixquiahuala, un menor de 16 años realizaba trabajos de campo a bordo de un tractor propiedad de su padre, pero no del suyo, sino del muchacho.

Al chavo campesino le sudaba el coco, haciendo los surcos, sin saber que ocho ojos estaban mirando todos sus movimientos. De momento fue abordado por cuatro sujetos que sin decirle ninguna palabra lo bajaron de las greñas de la unidad, lo tiraron al suelo y lo amarraron de las manos y de las patas con cinta canela, le pusieron una en la boca para que no gritara; tres de los ladrones se quedaron cuidando al chamaco, mientras el otro se llevó el tractor.

En la fuga, declara el dueño del tractor, que en el camino iba a ver a su hijo y encontró su unidad, que era conducida por un desconocido, con su camioneta le cerró el paso y le preguntó que quién era y dónde estaba su hijo, el hombre se bajó del tractor y se metió entre la parcela corriendo.

El señor a todo pulmón dio la voz de alerta, salieron varios vecinos y les pidió que le echaran la mano para localizar a un hombre sospechoso, fue cuando llamaron a la policía municipal y estatal y a los agentes de investigación de Mixquiahuala.

En el operativo de localización y búsqueda los primeros en localizar al fugitivo fueron los pobladores, que no se anduvieron por las ramas y luego, luego, comenzaron a golpearlo, cuando supieron lo que le hizo al muchacho pidieron lincharlo.

Le estaban dando un escarmiento para que se le quitara lo ladrón, llegaron muy salsas los agentes haciéndolos a un lado  empujándolos para llevarse al que tenían detenido.

Pero como era mucha gente del pueblo le dijeron que se llevaba madres, que ahí mismo lo iban a juzgar y lo iban a matar.

Los agentes al ver que eran más de 200 campesinos, se los dejaron y se lo llevaron hasta el kiosco del poblado, los hombres echaban chispas en contra de la policía, los agentes quisieron  utilizar los conocimientos pero entre todos los cargaron y los aventaron al suelo desde arriba cayendo de ranazo, quienes quedaron inconscientes.

De urgencia fueron trasladados a su atención médica; pero a quién se le ocurre enfrentarse a los que estaban como para pelar pollos. Finalmente y para no hacerla de tos, el hombre fue rescatado y puesto ante las autoridades, que ya se lo fregaron.

 

ENTRARON A UN RESTAURANTE

“¡Nadie se mueva! manos arriba, patas a la barriga”, comían en un restauran ocho personas, cuatro machines y cuatro viejas greñudas. Momentos de terror, de angustia, vivieron la tarde del sábado muchos de los que estaban moviendo bigote en un  restaurante que se encuentra en Tizayuca, los mismos empleados y empleadas dicen que fue una horrible la pesadilla que sufrieron en el fondo del infierno, donde le vieron la cola al diablo.

Después de haber consumido los sagrados alimentos, los hombres y las viejas se levantaron al mismo tiempo, tomaron los cuchillos de la cocina y con ellos amagaron a los presentes, para despojarlos de sus pertenencias y se escaparon en un coche lujoso BMW.

El atraco ocurrió a las 3 de la tarde, a pesar de que las víctimas llamaron de volada a la policía, llegaron cuando ya les había hecho digestión en los calzones. Los ladrones se pelaron de casquete sin saber el rumbo por dónde se fueron.

De acuerdo con los primeros reportes de la policía que llegaron al restaurante, que se encuentra sobre la autopista México-Pachuca, a la altura del balneario “Los Flamingos”, los  cuatro ladrones junto con sus viejas, estaban como clientes, pidieron el servicio, comieron de lo mejor lo mismo que tomaron, dijeron varios de los testigos que se dirigieron a la cocina del establecimiento de donde agarraron varios cuchillos, con los que los amagaron.

Entre los comensales y el personal se llevaron más de 8 mil pesos, aparte lo que comieron, que parecían pelones de hospicio, y chuparon de lo mejor, pidieron botellas de las caras. Pensaron que eran ricos por el coche que traían y hasta los meseros les dieron un magnífico servicio, para ganarse la propina, pero fue al revés, les quitaron lo que les habían dado por eso estaban mentándoles la madre.

Una vez que pelaron a los que estaban comiendo, se fueron y escaparon; dijo el dueño que como está la cosa, desde hoy en adelante se les va a cobrar como vayan pidiendo, y luego pondrá rejas a la entrada de la cocina.

gatoseco98@ yahoo.com.mx. 

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