LOS TIROS ABIERTOS SON UN PELIGRO
Los tiros de mina siempre han sido un riesgo para los habitantes de Pachuca, sobre todo de los barrios altos. Sacando datos de la Compañía Real del Monte y Pachuca en el año de 1996, la capital hidalguense tiene más de 5 mil kilómetros de túneles.
Se encuentran en las faldas de los cerros de San Cristóbal, La Magdalena, San Nicolás, Santa Apolonia, El Lobo y Cubitos. También en los barrios y comunidades que son: Camelia, San Miguel Cerezo, La Estanzuela, San Guillermo y Dos Carlos.
Para proteger las minas se hacen unos tiros profundos que llegan a comunicarse con cañones o túneles de las mismas. Les llaman lumbreras. Algunos los conocen como respiraderos, que sirven para que entre aire y salgan los gases tóxicos de los laboríos y no se desgaje el cerro.
Desde siglos atrás, las minas permanecían a los extranjeros. Primero a los españoles, entre 1553 a 1824. A partir de este último año llegaron los ingleses, que compraron las minas a Pedro Romero de Terreros III. En el año de 1875 venden la empresa minera a un grupo de mexicanos que encabezaban Nicolás Besistigui y Manuel Escandón. En el año de 1904 venden la empresa minera a los norteamericanos, que explotaron todas sus vetas, sacando el mineral de las minas de plata.
Debidos a los malos tratos que se les daban a los indios que trabajaban en las minas, aunado a que les pagaban muy poco, Agustín Guzmán junta a un grupo de trabajadores para formar un sindicato minero que los protegiera con prestaciones.
La jornada era de 12 a 15 horas. Cargas de trabajo sin día de descanso. Se reunieron miles de trabajadores de distintas minas regiones: Chihuahua, Guanajuato, Atotonilco el Chico, Real del Monte, y Pachuca. En el año de 1934 se forma el sindicato minero.
Se juntan más de 20 mil trabajadores mineros en el edificio de la Escuela de Artes, que después fue el ICLA y luego la Universidad, hoy oficinas centrales de la misma. Y nombran a Pachuca la sección número uno, y a Real del Monte la sección dos. Formalizando un contrato colectivo de trabajo.
Exigen que cada empresa tenga un hospital para los accidentes adentro de la mina; una clínica minera para la familia de los trabajadores; un dispensario médico para que atienda al trabajador y lo incapacite cuando sea necesario, con un 60%.
Se dividirán las jornadas y categorías de casa y de contrato. Los de casa, trabajaran las 8 horas por jornada, de categoría de ayudantes, de ademador, de rielero, de tubero y de cochero. Los de contrato trabajarán todo el tiempo que se necesite, de perforista, ayudante de perforista, cochero de contrato, y ganaran una propina más, según el cuele que tumben. Y se tendrá que indemnizar por si pierda algún miembro, o muerte.
Las compañías mineras, la mayor parte extranjeras como Santa Ana, El Bordo, Santa Gertrudis, La Blanca, por unos años aguantaron pero con los accidentes, tuvieron que cerrar junto con las empresas chicas. Algunas las desmantelaron y otras minas fueron abandonadas.
En el año de 1947 la empresa fue vendida al gobierno, con la condición de que los gringos y los ingleses se quedaran administrándolas, haciéndose la primera empresa paraestatal. Todas las minas fueron comunicadas a la compañía Real del Monte y Pachuca. Así duró hasta el año de 1985, cuando la empresa es vendida a un grupo llamado Acereros del Norte, comprando las minas de Real del Monte y Pachuca.
Despiden a los extranjeros, y años después, la compañía liquida a sus mineros y se van, debiendo una cantidad grande de millones al gobierno federal. Por conveniencia dividen con el gobierno varios edificios: el de la calle de Mina, que fueron las oficinas de la Compañía San Rafael, y una casa grande que está en Hidalgo y Mina; un edifico que está a un lado de la iglesia de La Asunción, donde algunos años fue sede del gobierno del estado; la Hacienda de Loreto. Maestranza, se le queda a los compradores, y al gobierno le dan los edificios de la calle de Allende, donde están las oficinas de DIF Estatal.
En aquellos tiempos, como líderes corruptos estaban los de la liberación minera del sindicato. Liquidan a sus mismos compañeros pero no de acuerdo con los años de antigüedad, sino como les dio la gana.
La colonia 11 de Julio fue repartida a los amigos de los secretarios, y la Compañía Real del Monte quedó abandonada. De los 9 mil trabajadores que tenía en sus minas y haciendas, sólo se quedaron 75, que son los que están dándole mantenimiento a las minas de San Juan Pachuca y la Hacienda de Beneficio de Loreto.
Algunos trabajadores pelean sus derechos. Regresan a trabajar. Se hace cargo de pagarles la Secretaría de Hacienda. Por las leyes federales, los trabajadores no podrían quedarse sin ninguna institución médica, y los meten al Seguro Social. La administración del IMSS no aceptaba a unos cientos de mineros silicosos. Quedan que les van a aceptar su antigüedad, pero cuando pasen de los 60 años los van a pensionar de acuerdo con el salario que ganaban. En este tiempo reciben una pensión de 300, 500 y 800 pesos al mes.
Haciendo un recorrido de minas y túneles abiertos, encontramos en el Cinturón de Seguridad que se encuentra en las faldas del Cerro de San Cristóbal, rebajes, túneles. Algunos están tapados con basura. Las minas chicas, llamadas terreros, fueron cerradas totalmente en el año de 1985, sacando a más de 3 mil mineros sin pagarles ni un solo peso. Y llegó el hambre, sin que nadie los auxiliara.
En las faldas del Cerro de San Cristóbal se encuentran la mina de Cuixi. A unos metros más abajo, mina El Porvenir. En el barrio El Arbolito están las minas de Analcos, San Cristóbal, Rosario, San Juan Pachuca, que era la matriz de trabajo. Ahí llegaba todo el mineral de las minas de Real del Monte y Pachuca. Y quiebran totalmente las minas de San Guillermo, Dos Carlos, San Carlos y La Blanca.
La mina de San Juan Pachuca tiene una profundidad de 400 metros, y se junta con varias minas grandes. En determinado nivel, que son metros de profundidad, se comunica con la mina de Paraíso; en el nivel 100, a la mina de San Francisco, en el 250, a la mina de Fortuna, que comunica con todas las minas de Real del Monte, Purísima, Dolores, La Rica, mina Acosta, Dificultad, y mucho otras.
En el nivel 370 comunica con las minas de Santa Ana y El Bordo. Además está unida a la Hacienda de Beneficio de Loreto, donde se procesan los minerales para sacar la plata y el oro, con departamentos de quebradoras, molinos, tanques, fundición, cianuración, láminas y precipitados. De ahí salían los lingotes de 32 kilos de plata y 15 de oro, directos a la Casa de Moneda, para hacer las onzas Troy.
A un lado está la presa El Tulipán, que surtía agua a la ciudad de Pachuca, y también pasaba por el Rio de las Avenidas. Al pasar el tiempo, la dejaron secar. Y usaron el Río de las Avenidas, haciendo desniveles. Ahora el agua es sacada de las minas de San Juan para surtir la ciudad de Pachuca. La Compañía se la vende a Caasim.
En la presa El Tulipán, a un lado, tiene un tiro que la gente le llama Maldito, porque estaba entre la maleza, y seguido se caían las personas, sin poderlas sacar porque tiene unos 400 metros de profundidad.
Desde la compuerta de la presa se ven en el cerro grandes paredones de la mina de San Buena Ventura, donde se juntan los cerros de San Cristóbal y La Magdalena, formando una grande cañada que en tiempos de lluvia, por los escurrimientos de los cerros, forman una bonita y hermosa cascada. A unos 15 minutos de Pachuca.
Siguiendo, la carreta de La Estanzuela se ve un cerro que tiene un cráter grande. Según cuenta la historia, que a principios de siglo explotó un polvorín de la mina de Paraíso, donde murieron cientos de mineros que nunca pudieron sacar porque se sentó el cerro.
Más adelante, está la mina de Camelia. En la actualidad, es la única que funciona. Y se junta con la de San Juan, para darle mantenimiento a las demás minas, que fueron cerradas hace más de 10 años. Y a la salida del pueblo, está un castillo de piedra, lo que fueron las oficinas de los ingleses. Tambien ahí, se encontraba la Hacienda de San Rafael.
Vamos a regresar al camino antiguo e intransitable para automóviles, que era el paso de los trabajadores para subir al pueblo de Cerezo. Están la mina del Cristo, Santa Úrsula, San Buena Ventura, Santa Ana, El Bordo, La Luz, Sacramento, Dinamita, y Escandón.
Otras de las minas importantes, se encuentran en el Cerro de Cubitos. La de Paricutín, también llamada de Nueva Australia, la mina más caliente que hay en Pachuca, junto con la mina de Arras, donde los trabajadores tenían que trabajar a unos 30 grados de temperatura; por eso fue cerrada en el año de 1954.
La mina Mariposa y la de Minerva. Cerca de la mina de Paricutín se encuentra la mina El Álamo. En el barrio El Lobo está una de las minas más grandes que hubo, del mismo nombre, entre las calles de Bugambilia. La mina de Santiago, que se encuentra arriba de la calle de Ocampo.
Cundo pusieron el Cristo Rey que está en el Cerro de Santa Apolonia, varios vecinos del Cerro El Lobo y visitantes, para cortar camino, se subieron por el cerro y ahí cayeron varias familias en los tiros abiertos, hasta que por medio de las autoridades obligaron a la Compañía Real del Monte a que los tapara o pusiera una protección alta.
También se contaba con los almacenes de Maestranza, donde llegaba el material de los Estados Unidos para el trabajo de la minería, y la mina Acosta, de Real del Monte. En el bulevar Felipe Ángeles se encuentra un camión marca March, que trabajaba con cran. La Compañía mandó hacer en Nueva York 20 camiones, que en los años 50 atravesaban Pachuca para llevar material a las minas, desde la colonia Maestranza.
Eran unos carros de carga, de redilas, que cargaban 7 toneladas, y caminaban a vuelta de rueda porque su velocidad que alcanzaban era de 15 kilómetros por hora. Como estaban pintados de verde, les llamaban las cotorras.
De los edificios que tenía la Compañía Real del Monte y Pachuca, por no pagar el Seguro Social se los han estado decomisando, como el terreno de Maestranza, el edificio de La Asunción, que es un elefante blanco, y ahora le tiran al edificio de las Cajas Reales, que están en la calle Venustiano Carranza.
Hubo trágicos accidentes, como la quemazón de la mina El Bordo, donde murieron 86 mineros en el mes de marzo del 1920. Otro lamentable accidente ocurrió en el año de 1968. Se correó la jaula en la mina Purísima de Real del Monte, donde murieron 37 mineros. En el año de 1983 se reventó el cable del malacate del contratiro de la mina de San Ana, y murieron 19 trabajadores.
Es obvio que las minas son peligrosas. Siempre lo han sido. Porque hay tiros a flor de tierra en los cerros. Las minas dejaron cientos de muertos por accidentes, miles de muertos por la enfermedad de silicosis, y otros miles que todavía la padecemos.
En Pachuca, aparte de la Hacienda de Beneficio de La Luz, que después se llamó Loreto, se tenía la Hacienda de Guadalupe; Purísima Grande, que estaba a la salida de la carretera a Real del monte; Purísima Chica, que estaba en la calle de Felipe Carrillo Puerto, y después fue fábrica de coca cola. Estas haciendas fueron las que utilizaron el sistema de patio.