Home Un Infierno Bonito UN INFIERNO BONITO

UN INFIERNO BONITO

0

Un viejito le quiso hacer al ciclista

En Pachuca les han dado luz verde para que todos los que quieran usen sus bicicletas, y hagan ejercicio y deporte. Para esos les han puesto ciclopistas para evitar que los machuque un coche, aunque algunas ciclopistas las agarran los motociclistas y otras las camionetas del servicio público para subir y bajar pasaje. Hay algunos de los ciclistas que se juegan el cuero al andar en las calles del centro de la ciudad, y se meten como hueso de lavativa por todas partes, los automovilistas les mientan la madre.

 

Lo que hace el chango hace la changa, Mario Benítez Monzalvo, de 78 años de edad, se calentó y se puso a arreglar su bicicleta del año del caldo, pero más le hubiera valido quedarse en su casa como gato ratonero, escuchar los consejos de su vieja y no salir a dar una vuelta en su bicicleta, para que no se le oxidaran las rodillas.

Su vieja le dijo que no fuera porque lo podía matar un carro, todos los choferes de taxi y los particulares manejan como locos, se pasan los altos, se brincan los topes. Mario la mandó a volar, le dijo que es mentira lo que dicen, y siguió engrasando los ejes de su bicicleta, le echó aceite, la puso al revés con las llantas para arriba y le daba con las manos a los pedales, que las ruedas giraban a todo lo que daban.

Cuando ya estaba lista, se tapó las orejas para no escuchar a su vieja y salió con su bicicleta, como es de bajada donde vive en la calle de Maclovio Herrera, en el barrio del “Mosco”, varias señoras corrían con su mandado para subirse a la banqueta y le gritaban “viejo payaso”.

Le dio duro al pedal, sintió que ya le faltaba el aire, tomó su tiempo para respirar, se bajó a hacer unas sentadillas, que dejó un montón de polilla,

la gente lo miraba y les daba risa; el señor llevaba una gorra como la del chavo del 8 y se veía bien vaciado. Mirando para todos lados, dio vuelta a la Iglesia de la Asunción, se metió por la calle de Venustiano Carranza.

Esa calle es un verdadero desmadre, hay un paradero de camionetas, y en las banquetas no se puede circular porque hay vendedores ambulantes de todo tipo de verduras, a los que transitan de un lado a otro los coches les pasan rozando las nalgas. Don Mario iba a las vivas para que no se lo fueran a llevar de corbata.

En un descuido le agarró la mano el chango, se descontroló y al dar el pedalazo la llanta de la bicicleta chocó en la  banqueta y salió disparado, cayendo encima de unas señoras que estaban agachadas escogiendo sus nopales, pasó un taxista como están acostumbrados y le machucó la rueda trasera.

Las señoras, a quienes les había caído encima, lo aventaron cayendo debajo de la banqueta y por poco un coche le machuca una pata, le dijeron hasta de lo que se iba a morir -viejo menso, estupido- y no faltó una de las inditas que le dio una cachetada, tardó para enderezarse y hacía muchos gestos. Vio su bicicleta y fue a levantarla, encontró a un amigo afuera de las Cajas de la Compañía Real del Monte, y le ayudó a que se recargara en la pared.

Le dijo don Mario que le echara la mano para arreglar su bicicleta, el vecino le dijo que ya no servía la llanta, estaba destrozada y el cuadro chueco, que le aconsejaba que la fuera a vender al Parián, donde compran los fierros viejo.

Tomando aire y echándose saliva en los raspones y sobándose la pierna, le pidió ayuda a un policía de tránsito, le preguntó que si se sentía mal, le dijo que sí pero lo que más le importaba era su bicicleta. Uno de los testigos le dijo al tránsito lo que le había pasado, que el señor se distrajo, chocó con la banqueta y cayó encima de las señoras, su bicicleta quedó en la calle, pasó un taxista y la machucó.

El tránsito llamó a la patrulla, Mario les dio las pocas señas, dijo que no le vio la cara porque las viejas lo estaban regañando, lo subieron a la patrulla con todo y bicicleta y lo fueron a buscar, pero parece que se lo tragó la tierra. A punto de chillar le dijo al Ministerio Público lo que pasó, pero le contestó que no había nada qué hacer porque él no sabía quién le había dado en su madre a la bicicleta. Don Mario le pidió de favor que si le daban un aventón porque se tenía que llevar la bicicleta a su casa. Le dijo que no, se tenía que quedar en el corralón mientras agarraban al culpable.

 Al llegar a su casa su vieja, doña Tomasa, lo puso como palo de perico, le repitió muchas veces que eso le pasó por desobediente, que ya está viejo para hacerle al ciclista, si al caminar le rechinan los huesos en la bicicleta se iba a desarmar. Le dijo la señora que ya no le contara nada, porque por baboso ella le iba a dar en la madre, que es más terco que una mula. La señora movió la cabeza y le mentó la madre.

 

A BALAZOS SE LA ECHÓ AL PLATO

Esta es la historia de un desgraciado que luego de darle de plomazos a una señora, delante de su hijo, se escapó del estado de Hidalgo, se fue a esconder al Estado de México, se cortó el cabello quedando casi pelón para despistar a la policía. Esperaba juntar una lana para escapar a los Estados Unidos, y así se olvidaran de la muerta.

Pero no contaba con que los agentes de investigación, cuando se ponen las pilas, andan como carritos de control remoto y en menos de dos meses lo agarraron y le dieron para dentro. Hoy está durmiendo tras las rejas el probable asesino por el delito de homicidio calificado en agravio de Cecilia Hernández Vite.

Según los informes de “la Tira”, el 9 de febrero del presente año en el municipio de Calnali, al encontrarse en la fiesta de carnaval, dos menores de edad de 8 años, comenzaron a pelear. Uno era hijo de la mujer y el otro el hijo del asesino. Al enterarse el señor de que su hijo estaba siendo golpeado por el hijo de la señora, quiso defenderlo pero salió la señora Cecilia y le dijo que calmantes montes, que los dos estaban parejos, y eran del mismo peso.

Eso le cayó como patada de mula al hombre que echó mano a su cintura, sacó una pistola y disparó sobre la madre del menor, que le había ganado a su hijo. Se escapó corriendo sin que nadie supiera su paradero.

Los agentes, con una orden de aprehensión, se dedicaron a buscarlo y lo encontraron en Ecatepec, Estado de México, se gestionaron los trámites con los agentes de allá, y por eso el viernes pasado, al estar como soldados afuera de su domicilio en la calle Pájaro Azul, se detectó actividad de un  vehículo Nissan Tsuru, color gris, con placas del Estado de México, iba con 4 ocupantes sobre la avenida López Portillo, y al tener la seguridad que adentro viajaba el probable asesino lo detuvieron.

Dijo a las autoridades que durante mucho tiempo se estuvo ocultando en hoteles y domicilios particulares de sus familiares en el Estado de México, así como se cambiaba diario de ropa, pero se lo enchufaron.

 

SE CAYÓ EN UNA COLADERA

Ricardo Camacho García junto con su vieja, Berta Reyes Cruz, fueron a hacer unas compras, y muy tranquilo caminaban por la calle de Matamoros frente a la Compañía de luz, llevaba cargando a su hijo pequeño, pero al ir comiendo camote pisó la tapa de una coladera que se volteó y se fue para dentro, el niño pegándose en la choya, por más que lo quiso proteger se le cayó.

La señora aventó lo que llevaba en las manos, lo levantó, pero el niño del madrazo estaba desmayado, angustiada comenzó a gritar y se le acercó una mujer policía, quien pidió una ambulancia y se lo llevaron al Hospital del Niño DIF y lo internaron en terapia intensiva. Llorando, padre y madre por la tragedia esperaban angustiados noticias de la salud del niño, pero pasaron las horas y no les comunicaban nada.

Ricardo, en silencio, se echaba la culpa porque no se acordó que en el Centro Histórico de Pachuca las coladeras son las que mandó a poner Porfirio Díaz,  y por lo viejo se han convertido en trampas mortales, porque no es el primero que cae en una de ellas. Salió a poner su demanda en contra de la Presidencia Municipal o CAASIM, que son los responsables y pide que le paguen las curaciones pues no cuentan con dinero para los gastos.

Explicó que él ha estado enterado que hay un  comité para restaurar el Centro Histórico a la   modernidad. Han arreglado varias cosas, edificios como lo que era “El Casino Español”, pero primero deberían de arreglar las coladeras que son del año del caldo. Pero quiere que busquen a un responsable. Él se cayó en la coladera porque no tiene en las patas ojos de pescado que la pudieron ver.

 

SE ROBÓ A SU HIJO

Una mujer gritaba a todo pulmón, sus gritos eran desgarradores que hasta habían espantado a los perros y no dejaban de ladrar. La gente que los escuchaba pensaba que era una vieja loca de las muchas que hay en Pachuca, pero no. Eran de una madre histérica a punto de volverse loca al enterarse de que su viejo se había llevado a su hijo.

Toda desgreñada con los ojos de cotorra y chillando a moco escurrido, fue a poner una demanda al Ministerio Público, pero no le entendían ni madres. Ya calmada les dijo que se llama Gloria López Hernández, y está arrejuntada desde hace 5 años con un hijo de todos modos, que seguido le pone de madrazos y no le da para el pipirin.

Que ella trabaja de gata y en su día de descanso se avienta lavando unas docenas de ropa ajena. Les dijo que el día de anterior por la mañana llegó su borracho viejo y le pidió de almorzar, como no había nada de comer se la zumbó a cachetadas y a golpes con el puño cerrado. Le dio un aventón que cayó de cola, se fue para atrás y se pegó en la cabeza con el escalón y quedó noqueada, su viejo pensó que la había matado y se llevó a su hijo José Ramón Hernández, de 3 años de edad.

Les dijo que su viejo también se llama José Ramón y tiene su quelite en México, en la colonia Romero Rubio, que piensa que para allá se llevó a su hijo. Les dio las señas de cómo era su marido, el niño estaba vestido de blanco, con suéter rojo, que es el uniforme de la guardería. Los Ministeriales fueron a la Central de autobuses y bajaron de un camión al robachicos, que por poco y se les va.

José Ramón se quiso defender aventándoles de madrazos a los ministeriales, pero de dos soplamocos lo calmaron y lo llevaron a Seguridad Pública ante el Agente Social, quien lo mandó a encerrar, y la señora salió muy contenta agarrando su chiquito.

gatoseco98@yahoo.com.mx